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Historia del cine de terror en España

CINE DE TERROR A LA ESPAÑOLA

Historia del cine de terror en España

Por Maribel Baena

El 30 de Noviembre 2017 | 21:50

A veces olvidamos que el cine español es importante, que potenciarlo y dotarlo de protagonismo es fundamental para que este siga prosperando.

Pero, ¿qué es el fantaterror?, os estaréis preguntando. El fantaterror es el nombre que se le dio al cine que fue famoso en esta época en España, y que era una especie de mezcolanza entre el cine de terror y el cine fantástico. Si bien es cierto que obras como 'La torre de los siete jorobados', de Edgar Neville, fueron consideradas un principio del fantaterror, no fue hasta 1961 que se habló del verdadero comienzo de este género.

'Gritos en la noche', de Jess Franco (cuyo nombre real era Jesús Franco), fue el verdadero comienzo del fantaterror. Este género comenzó entonces a cobrar vida propia, llegando a ser considerado la huella de identidad más importante de nuestra cinematografía.

El fantaterror español

Las películas que vinieron a partir de este momento fueron de las mayores joyas de nuestra historia del cine. Hubo personajes considerados incluso icónicos, muy recurrentes, como el Doctor Orloff (creado por Jess Franco) o los zombis de Amando de Ossorio. Eran películas donde se buscaba una estética precisa, donde todo tenía un fin último, y donde reinaba lo gótico; poco a poco fueron introduciendo cada vez más elementos eróticos, pero siempre dentro de lo permitido. No debemos olvidar que estamos hablando de unos años donde la dictadura todavía tenía bastante poder.

Jesús Franco y Chicho Ibáñez Serrador

Estos años no se entienden sin Jess Franco y su 'Necronomico', o su 'El conde Drácula'. Tampoco se entienden sin 'La noche del terror ciego' y 'El ataque de los muertos sin ojos', de Ossorio. Importante fue también la figura de Narciso Ibáñez Serrador, que pasó a la posteridad con '¿Quién puede matar a un niño?', así como la de Enrique L. Eguiluz y su 'La marca del hombre lobo'.

Son películas que, al verlas ahora, seguramente no consigan aportaros todo lo que en esa época fueron capaces de dar. Pero no debemos olvidar que lo importante de una obra siempre es contextualizarla, puesto que a toda película le acompaña un año concreto, un entorno concreto.

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