Satoru Iwata, de desarrollador de videojuegos a Presidente de Nintendo

DESPEDIDA Y CIERRE

Por Sergio Carlos González Sanz

El 14 de Julio 2015 | 19:52

Repasamos el camino de Nintendo desde abajo hasta el lugar donde estuvo durante más de una década. Toda una vida dedicada a la industria que hoy le despide.

Estamos en una industria tan joven que no estamos acostumbrados a algo tan natural como es la muerte de aquellos que escribieron de alguna manera nuestra infancia, adolescencia y entretenimiento en general. Ese ecosistema que llamamos "Mundo" del videojuego está llegando a un momento clave, donde los que brillaron en la época de los 8 y 16 bits van preparándose -cada uno a su manera, no siempre eligiendo cómo- para que tú, él y aquellos que ahora estudian y trabajan duro reemplacen y traten de superar al maestro.

La sangre de Yamauchi, la sangre de Iwata

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El Cuarto Presidente de Nintendo empezó desde abajo, como decíamos. Para llegar a ser el máximo dirigente de la Factoría de Kyoto hubo un largo recorrido detrás; Sapporo amaneció el pasado sábado 11 de julio por última vez antes de decirle adiós al personaje más ilustre que jamás haya dado la ciudad de Hokkaido.

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Un 6 de diciembre de 1959 llegó él al mundo en un momento donde lo digital apuntaba a ser emergente pero donde el entretenimiento digital era un proyecto tratando ser real, que ni siquiera se planteaba como una industria masiva que con el paso de las décadas formaría parte del hogar de millones de personas de diferentes culturas, sexo y edad. Él fue el responsable de que aquellos que jamás pensaron coger un mando finalmente terminasen comprando una Wii y una Nintendo DS.

El Instituto Tecnológico de Tokyo fue el emplazamiento elegido para que se graduase en informática. Acto seguido, tras varios años de trabajo y muchas horas de sueño que ni el dinero puede pagar, a finales del frío invierno de 1980 se fundó HAL Laboratory, quienes empezaron desarrollando para Commodore, MSX y NES. El actual presidente de HAL, Masahito Tanimura, estuvo con él desde el primer día hasta el último; no el día de su fallecimiento, pero sí cuando el puesto que ostentaba en el estudio se le quedó pequeño. Yamauchi confiaba en él, aunque eso es otro tema que trataremos más tarde.

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