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Lo mejor de la séptima temporada de 'Juego de Tronos': dragones, batallas y sexo

DRAGONES, BATALLAS Y SEXO

Lo mejor de la séptima temporada de 'Juego de Tronos': dragones, batallas y sexo

Por Maribel Baena

El 31 de Agosto 2017 | 15:00

Lo mejor de la penúltima temporada de 'Juego de Tronos': todos los misterios resueltos.

Los reencuentros eran algo inevitable esta temporada, algo que, sencillamente, tenía que llegar. Quizás el más esperado por parte de los seguidores era el de los Stark (los que quedan de los Stark, al menos). Ese abrazo entre Sansa y Arya, esas tensiones (inevitables, por otra parte) y esa cálida unión tras todo el movimiento... ¡Impagable! Si a eso le sumamos que Bran por fin ha demostrado su poder, y ha ayudado a sus hermanas gracias a eso, tenemos la ecuación del reencuentro perfecto.

También vivimos un pequeño reencuentro que nos supo a poco: el de Nymeria con Arya. Arya nos deleitó con un tierno saludo, pero Nymeria no parecía demasiado convencida... con su marcha atrás demostró dos cosas: que no iba a herir a Arya, que la perdonaba por lo que había hecho, y que ahora tenía su propia manada, de la que debía cuidar.

Un reencuentro muy esperado

Por supuesto, todos esperábamos con ansias que Tyrion y Cersei volvieran a verse las caras. Ella, por su parte, tiene muy claro que no va a volver a confiar en su hermano pequeño; él, no obstante, demostró mucha más confianza en ella de la que hubiéramos podido imaginar en un primer momento, poniendo incluso su vida en sus manos. Tyrion también tuvo la oportunidad de ver de nuevo a su mercenario a sueldo y a su antiguo escudero, aunque esto quizás nos supo a poco, igual que el reencuentro de Jaime y Brienne. Pero quién sabe lo que nos deparará la octava temporada, en la que aún todo puede pasar.

Despedidas hemos tenido también bastantes, empezando por la más importante: Daenerys perdió a Viserion, uno de sus hijos, que, al parecer, ahora es la cabeza del ejército de los Caminantes Blancos. He de admitir que, personalmente, este es un giro que no hubiera esperado en ningún momento. Vivir para ver, dicen, y qué razón tienen.

La muerte de Meñique nos ha cogido por sorpresa, aunque quizás también deberíamos haberla visto venir. Y es que era obvio que había traicionado a los Stark, puesto que todos lo hemos ido viendo, y también era obvio que Bran podía ver esto valiéndose de su nuevo poder. Pero lo ha usado tan poco que era lógico que dudásemos, claro. Eso sí: un sobresaliente para Arya, por actuar con tanta clase. Es la digna hija de su padre.

¡Y Jaime también ha tenido su propia despedida particular! El honor ha ganado en esta ocasión, y ha decidido abandonar a su hermana para unirse a la lucha contra los Caminantes Blancos. Porque un caballero siempre cumple sus promesas.

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