Entrevista a Carlos Coronado: 'Koral', un mundo desconocido

ODA AL MAR

Entrevista a Carlos Coronado: 'Koral', un mundo desconocido

Por Manu Mora

El 25 de Junio 2019 | 20:30

Koral es un juego que invita a descubrir el mar. Pero lo hace de una forma y con un trasfondo que pocos se atreverían a explorar.

Mirar hacia atrás en el camino que Carlos ha ido marcando poco a poco estos años es descubrir una serie de títulos que apenas tienen que ver entre ellos. Ni en jugabilidad ni en estética. No hay más que echarle un vistazo a los tráilers de 'Koral' y de 'Infernium' para ver que son cosas totalmente diferentes y que no tienen puntos de conexión más allá de la presencia del mar en algunos momentos (o en todos).

Esto responde a la necesidad del desarrollador a la hora de seguir su propio camino. Un camino en el que no está (ni estarán nunca, según él) cosas como 'Infernium 2' o algo similar. Y esa necesidad es algo tan sencillo y la vez bucólico como "no aburrirse".

Mind: Path to Thalamus

Carlos lo tiene muy claro: no quiere repetir los desarrollos porque quiere experimentar todo lo que el mundo del videojuego puede ofrecerle. Quiere buscar nuevas ideas, nuevas formas de hacer juegos y nuevos elementos que pueda explotar y ofrecer.

Esto es, según él, una de las mayores ventajas que tiene el mundo indie. La libertad y la posibilidad de hacer cosas que, de otra forma no serían posibles.

"No me gusta la monogamia a la hora del desarrollo de videojuegos.[...]Supongo que cuando eres indie te haces indie por esto."

Y tanto es así que lo poco que nos ha contando de su próxima idea no tiene nada que ver con los anteriores. Pero eso lo dejaremos para otro momento, que nunca está de más dejar la intriga por estos lares.

Nada de secuelas

Con varios juegos que ya han dado de qué hablar, a nuestro entrevistado no le han faltado fans que le pregunten sobre esas posibles secuelas de las que él reniega. Y en este sentido es muy tajante: "no las habrá".

¿Significa esto que no habrá nunca nada más de esos títulos? Pues relativamente. Si el juego gusta y a la gente le apetece ver algo más, se podría plantear la posibilidad de algún DLC que amplíe el mundo que ha creado y la experiencia. Un DLC gratuíto, por supuesto. Pero nada que vaya más allá de eso.

Ya no es solo por sus ganas de cambios, o su necesidad de explorar nuevos elementos. Es también porque en cada juego ha puesto todo lo que podía sacar de él. Y en este sentido, hacer una continuación, una secuela, o algo más grande que un mero DLC con un poco más de contenido podría caer en el fatal error de ser repetitivo y poco innovador.

De hecho, él mismo es consciente de que sus desarrollos tienen elementos que se repiten de por sí. Puede que a veces pasen algo desapercibidos pero están ahí. El mar, el protagonista absoluto de 'Koral', es uno de esos elementos que siempre están presentes en sus juegos.

'Mind: Path to Thalamus' tiene un importante nivel basado en el mar. En 'Infernium' empezamos, literalmente, en un mar y acabamos en una playa de Menorca. En 'Koral' no hace falta especificar nada al respecto. Y en su próximo título ya tiene ubicado ese escenario de costa que es típico ya de sus juegos.

Carlos es consciente de el mar es parte de él. Y de hecho, su último juego lo demuestra. Pero esa presencia en sus títulos del agua, de las costas, de las playas es algo que sale de forma inconsciente. Y si esto lo repite sin querer, ¿cómo podría hacer una segunda parte sin caer en la monotonía?

Koral

¿Qué más puzles podría ponerle a 'Koral 2'? ¿Qué más elementos de tensión podría incluir en un hipotético 'Infernium 2? Estas preguntas son algunas de las que se ha hecho a lo largo de este tiempo. Y siempre que se las hace llega a la misma conclusión. La de que no podría ponerse a hacer una continuación porque no sabría cómo hacer algo "nuevo" con ella.

Aquí se nota el cariño de un desarrollador por sus juegos. Y es que algunos podrán verlo como que "ya no quiere saber más de ellos". Pero otros, como un servidor, lo que ve es que ha dado tanto de sí en ellos, que lo mejor es dejarlos tal y como están para que brillen con todo su esplendor.

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