EL ÚLTIMO ALEX KIDD

RETRO 'Alex Kidd in Shinobi World', analizamos el último juego hasta la fecha de este entrañable personaje

El bueno de Alex Kidd se lanza a parodiar el clásico 'Shinobi' buscando una última oportunidad de tener éxito.

Por Alberto Carmona 17 de Febrero 2019 | 16:49

Tras un fugaz paso por Mega Drive en 1989 con 'Alex Kidd in the Enchanted Castle', el otrora buque insignia de Sega protagonizaría un último intento por conseguir el éxito en la consola que le vio nacer. Así en 1990 llegaba 'Alex Kidd in Shinobi World' para Master System, donde la idea era iniciar una serie de juegos en los que Alex Kidd visitase el mundo de otros grandes clásicos de Sega. 'Shinobi' sería el primer parodiado dentro de esta nueva serie, pero por desgracia también acabaría siendo el último.

La senda del Ninjutsu

Tras salvar el planeta Aries en varias ocasiones, Alex Kidd decide explorar otros mundos remotos, lo que le lleva a visitar el planeta Shinobi junto a su novia Stella. Todo parece en calma en este tranquilo lugar, y la pareja de héroes se encuentra disfrutando de una agradable tarde ante un bello paisaje. Pero de pronto las nubes se oscurecen y un misterioso rayo cae revelando una oscura figura, la cual se lleva a Stella ante la perpleja mirada de Alex que nada puede hacer para evitar el secuestro. Antes de que Alex logre asimilar lo sucedido, un segundo rayo aparece y revela una aparición espectral que se presenta a sí misma como "White Ninja". Este guerrero le cuenta a Alex cómo logro derrotar a Dark Ninja en el pasado, el mismo tipejo que ha secuestrado a Stella y ante el que ni siquiera la fuerza de Alex podría conseguir nada. Para ayudarle en su misión de rescate, White Ninja le otorga a Alex sus inmensos poderes mágicos, con los cuales podrá rescatar a su amada y devolver a Dark Ninja al oscuro lugar del que nunca debió salir. ¡Es hora de repartir leña al estilo ninja!

Aunque en sus fases iniciales de desarrollo era conocido como 'Shinobi Kid' y pertenecía tan solo a la serie 'Shinobi', pronto en Sega se dieron cuenta del potencial de cruzar ambas franquicias para darle un nuevo futuro a Alex Kidd en la compañía. El nuevo componente humorístico encajaba bien con el personaje, y eso habría ayudado a reforzar su papel como icono de la veterana marca.

Por desgracia todos sabemos ya lo que ocurriría, la llegada de 'Sonic the Hedgehog' un año más tarde eclipsaría para siempre a este simpático personaje de grandes orejas, y aún a día de hoy seguimos esperando un nuevo juego suyo. ¿Pero estuvo justificada la escasa acogida de sus últimos juegos? Puede que en el caso de 'Alex Kidd in the Enchanted Castle' fuese comprensible, ¿pero lo sería aquí también?

El juego nos ofrece una interesante mezcla entre la acción y las plataformas, tomando elementos de ambas franquicias de Sega. Ya desde el principio encontraremos claras referencias a 'Shinobi', incluso en la música de fondo que rehace el tema clásico del primer nivel de aquel juego. El primer jefe también haría referencia al primer jefe de 'Shinobi', pero mezclándolo con otro guiño más que por desgracia tuvo que ser eliminado en las fases finales del desarrollo.

La idea era parodiar a la vez a Ken-Oh, el samurái que nos lanzaba bolas de fuego en el primer 'Shinobi', y al mismísimo Mario, rival de Alex Kidd. El resultado sería Mari-Oh, un samurái con bigote cuyo ataque con bolas de fuego ahora se parecía mucho al efecto que produce la Flor de Fuego en el fontanero, y que justo antes de ser derrotado vería reducido su tamaño de igual forma en la que Mario se encoge al recibir daño mientras usa un Super Champiñón.

"It's not me, Mario!"

Por desgracia esta divertida e ingeniosa referencia tuvo que ser omitida por miedo a posibles acciones legales por parte de Nintendo, para lo cual se le "afeitó" el mostacho al samurái y se le cambió su nombre a Kabuto, manteniéndose no obstante su ataque de bolas de fuego que rebotan y la reducción de tamaño previa a su derrota.

Esto ya nos deja bastante claro el tono desenfadado del juego, el cual también es apreciable en el estilo cabezón de los enemigos. El diseño de las fases también rinde homenaje a 'Shinobi', aunque respetando el estilo más simplista de los juegos de 'Alex Kidd'. También de esta serie se hereda el componente explorador, pues los niveles suelen esconder tesoros y rutas secretas que incitan a rejugar para encontrarlo todo.

El apartado gráfico puede no ser el más espectacular visto en esta consola, pero hay que tener en cuenta el nivel que había dentro de este sistema allá por 1990, con lo cual se aprecia mejor el esfuerzo realizado. Por supuesto no faltará el colorido habitual marca de la casa, algo apreciable tanto en fondos como en personajes.

En cuanto a la jugabilidad, resulta sorprendente la fluidez conseguida al dotar a Alex de los ágiles movimientos de un ninja. Así por ejemplo el protagonista se podrá convertir en una bola de fuego voladora, realizar saltos de pared, lanzar kunais, atacar con su katana, e incluso convertirse en un remolino que asole todo a su paso. En líneas generales se trata de un juego bastante agradable de jugar, con un manejo sencillo pero que ofrece bastantes posibilidades.

Para la mayoría de estas habilidades será necesario recolectar ciertos ítems, los cuales están a veces muy bien escondidos. El juego sabrá recompensar al jugador que dedique su tiempo a explorar y observar atentamente cada rincón del escenario, ya que cualquier cosa nos puede indicar que hay una ruta secreta que nos lleve a un valioso ítem que haga, por ejemplo, más sencilla la pelea contra el jefe de ese nivel.

La banda sonora no solo se limitará a homenajear a 'Shinobi', también aportará sus propios temas, los cuales por cierto amenizan realmente bien y son pegadizos. Quizá en este aspecto lo único que podemos echar en falta es el clásico tema musical de Alex Kidd, del que habría sido agradable encontrarse alguna nueva versión.

Ojalá algún día deje de ser el último Alex Kidd

El nivel de dificultad ronda un grado intermedio, no siendo tan difícil como por ejemplo 'Alex Kidd in Miracle World', pero sin resultar tampoco un paseo. Una vez dominemos las mecánicas del juego será nuestra propia habilidad la que determine cómo de lejos llegaremos, evitando recurrir al "juego sucio" con el típico "ensayo y error".

Y así poco a poco se va conformando el que es sin duda uno de los mejores juegos protagonizados por este personaje, probablemente el segundo mejor tras 'Alex Kidd in Miracle World', el cuál por cierto regresará muy pronto gracias a los Sega Ages para Nintendo Switch. De tenerle que buscar alguna pega a este curioso crossover con 'Shinobi', sería tal vez su escasa duración, ya que se echan de menos un par de niveles más.

Aun con esto, el resultado general del juego resulta sorprendentemente bueno, mucho más de lo que cabría esperar teniendo en cuenta la acogida que tuvo en su momento por parte del público. Y eso a pesar de que llegó a salir en Norte América, siendo uno de los últimos juegos para Master System publicados allí.

Aquí en Europa es relativamente común y se puede conseguir incluso completo por unos 30 euros, lo que lo convierte en una estupenda forma de mejorar nuestra selección de juegos para Master System por un precio razonable. Hasta hace poco era también posible descargarlo desde la Consola Virtual de Wii (compatible con Wii U), pero dicha posibilidad se esfumó al cerrar la tienda online el pasado mes de enero.

Es posible que, si la reedición de 'Alex Kidd in Miracle World' tiene una buena acogida en Switch, Sega se anime con otras reediciones de este personaje, incluido este más que recomendable 'Alex Kidd in Shinobi World'. Y es que estamos ante un juego muy válido para todo aquel que guste de mezclar las plataformas y la acción, especialmente si es fan de Sega y estas dos veteranas franquicias.

Acción fluida, exploración, plataformeo, buena música, buenos gráficos, y mucha diversión, nos esperan en esta última aventura de Alex Kidd con la que el personaje se despidió a lo grande. Sin duda un título al que merece la pena echarle un vistazo si tenemos una Master System por casa, o cualquier otra forma de poder disfrutar de sus juegos.