UN SHOOTER SIN ALMA

Análisis: 'Metroid Prime Federation Force' 3DS

Next Level Games y Nintendo han arriesgado con un título como 'Metroid Prime: Federation Force', que llega con el 30 aniversario de Metroid.

Por Juan José C. 'chibisake' 10 de Septiembre 2016 | 10:00

Nintendo ha sido una compañía que siempre ha cuidado sus franquicias y en los tiempos recientes ha tratado por todos los medios de que sus aniversarios sean celebrados como se merece. 'Super Mario', 'Kirby' y 'The Legend of Zelda' han tenido tributos por parte de los de Kioto que se han visto materializados en entregas especiales, nuevos videojuegos e incluso productos derivados de lo más variado -bandas sonoras conmemorativas, figuras, etcétera. Sin embargo, pese a que 'Metroid' ha cumplido en 2016 ni más ni menos que 30 años, siendo una de las franquicias más veteranas de Nintendo, la buena de Samus Aran se ha visto obligada a celebrar a oscuras y en solitario una fiesta en su honor.

Tras una larga temporada de sequía en la franquicia, Next Level Games y Nintendo presentan 'Metroid Prime: Federation Force', un spinoff que llega a 3DS. Lejos de contentar a los fans más exigentes y de servir como título conmemorativo, esta aventura ha arrastrado una polémica realmente importante tanto por parte del público occidental como del japones. Pero, ¿se merece esto el videojuego sin que se le de una oportunidad? Es lo que trataré de explorar en este análisis.

La expansión de la franquicia en momentos de sequía

He de reconocer que mi contacto con la serie Metroid se basa esencialmente en jugar a los clásicos para la Nintendo Entertainment System, la Game Boy y la Super Nintendo -más, posteriormente, Metroid Prime. Pensar en esta franquicia me trae muy buenos recuerdos y de vez en cuando no dudo un instante en rejugar a la primera entrega ya que aún la conservo en cartucho. Es cerrar los ojos y ver cómo ese "cazador" atraviesa túneles subterráneos, sortea plataformas y se enfrenta tanto a enemigos comunes como enormes criaturas. Un cazador que, tras completar por primera vez la aventura, me dejó los ojos como platos al salir de su armadura y descubrir que en realidad era una mujer. Fue toda una grata sorpresa, pues por aquel entonces no era precisamente común en la industria ver heroínas debido a que la figura femenina solía cumplir el papel de princesa a la que rescatar. En GameCube tuve la oportunidad de echarle el guante a 'Metroid Prime', y aquí la perspectiva cambia más a la acción y la resolución de puzles, siendo una aventura que quizás no cuente con esa magia de leyenda de los originales pero que sabía defenderse perfectamente como un juego que sobresalía de la media, con interesantes conceptos que por la época fueron realmente refrescantes.

Un juego pensado para el multijugador

Federation Force es un shooter estratégico y cooperativo en primera persona cuya historia nos pone en la piel de un grupo de marines de la Federación Galáctica a bordo de los mekas, enormes trajes robóticos que les permitirán viajar a distintos planetas para cumplir su tarea. Investigaciones arqueológicas a través de túneles, recuperar datos importantes de una nave estrellada, y otras tareas de las cuales normalmente se ocuparía la heroína espacial.

El juego está principalmente pensado para el multijugador, un modo que permite una interacción limitada entre jugadores a través de intercambio de mensajes de texto y voz predefinidos en distintos idiomas europeos y el japonés, siendo las voces en español una de las peores opciones. No miento al asegurar que, mientras escuchaba la entonación de las voces de ejemplo, se me venía a la cabeza el famoso "¿me estás nombrando virreina?" de 'Age of Pirates: Caribbean Tales'. Por suerte, el resto de idiomas cuentan con mensajes más enérgicos y naturales.

El modo para un solo jugador es un parche que está ahí pero que adentra al jugador en un pozo donde al final es engullido por las largas sombras que proyecta el juego. Y es que en solitario, 'Federation Force' no solo no es divertido sino que además te hace abrir los ojos mucho antes, permitiéndote ver lo vacíos que son los niveles y la falta de carisma que desprenden pese a que se producen bastantes guiños a la franquicia Metroid y existe una variedad sugerente de misiones.

Nada más entrar en contacto con el juego y adentrarme en los primeros niveles me siento bastante incómodo con el sistema sistema de control, pues inicialmente se ponen trabas y lentitud en el aprendizaje. Pese a ello, es de caballeros admitir que, una vez se ha practicado bastante, te acabas aclimatando y cogiendo el gusto a los controles, no sin quedarse por el camino algún "pero" que otro. No se llega a la precisión de PS Vita, que es una consola mucho mejor diseñada para los shooters, pero en este aspecto el resultado final es satisfactorio. Eso sí, los de Kioto podrían haberle dado algo más de salero a estos mekas que se mueven a paso de tortuga.

Escenarios sin alma

Si bien el diseño y planteamiento de los niveles y los puzles son bastante acertados falla en el apartado visual, que es lo que facilita la inmersión al jugador. Uno recorre los escenarios de 'Federation Force' y se antojan austeros, amplios pero vacíos, poco detallados y con escasa variedad de elementos con los que interactuar. Ello resta personalidad al juego por muy colorido y por muy bien que el juego funcione en cuanto a estabilidad en los FPS, y hace que las misiones en solitario sean más monótonas, artificiales y genéricas. Los enemigos también pecan de ser genéricos. Me duele decirlo como jugador veterano en plataformas Nintendo, pero en este aspecto 'Federation Force' parece un port de un juego de generaciones pasadas. Entiendo que no es realmente un Metroid puro, pero la representación del universo, de la franquicia, debería ser algo más que un "Samus está muy ocupada, así que te mandamos a tí, novato, para completar la misión".

Una vez superadas las primeras misiones, planteadas a modo de tutorial para aclimatar al jugador, la dificultad del juego comienza a crecer, con picos de dificultad poco razonables que fuerzan a echar mano de al menos otros dos jugadores curtidos que sepan cooperar, porque si no estás acabado. Es como si el juego te estuviese diciendo que "a partir de este nivel, o juegas sí o sí al multijugador, con personas tan aptas como tú, o va a ser imposible que avances". Esto se hace especialmente complicado cuando, para formar una partida de cuatro jugadores, se tarda bastante debido a la poca base de usuarios que existe actualmente en el juego.

Con respecto a los aciertos, al menos se agradece la sensación de estar ante una variedad de misiones bastante abundante que es la que ha ayudado a que aún esté jugando al modo campaña. Montar trampas para grandes enemigos, adentrarse en profundas cuevas, combatir contra enemigos en zonas amplias y plataformas flotantes o incluso evitar la pérdida de datos que se han recogido. Siempre que se tenga tiempo, paciencia -mucha, de hecho-, dominio de las mecánicas de juego y suerte en un multijugador que en cierto punto depende de la colaboración mutua, hay oferta de misiones para rato en el mercado espacial.

Para poder hacer frente a esta variedad de misiones tendremos a nuestra disposición una variedad de arsenal que irá en aumento conforme vayamos avanzando en la campaña. Unidades sanadoras, misiles, bombas capaces de congelar, fuego y otro tipo de munición nos espera en el menú de preparativos, previo a la acción.

Fútbol sin chicha

Además del modo campaña, podemos acceder a los barracones, donde contamos con tres modos de juego: dos de ellos de práctica para mejorar nuestras habilidades -galería de tiro y simulador de invasión de piratas espaciales- y un tercero que es el conocido Blast Ball, el peculiar juego de fútbol con una enorme esfera donde dos equipos, formados cada uno por tres jugadores armados, se enfrentan entre sí para colar dicha esfera en la portería rival.

El minijuego está bien, especialmente si se juega con amigos pese a que podemos jugar contra jugadores de todo el mundo, pero peca de pequeño, de cansar pronto. Además de empujar la esfera o neutralizar temporalmente al enemigo reduciendo su salud, de vez en cuando aparecerá uno de los tres potenciadores disponibles en este modo que otorgarán ventajas temporales a quien lo recoja. Y a esto hay que añadirle el hándicap de las físicas de la esfera, que tan solo serán coherentes si no hay lag. En mi caso he sido testigo de una importante cantidad de partidas contra japoneses donde el lag y el ping de los usuarios acababan por destrozar la experiencia que ofrece este modo debido a que la esfera no respondía correctamente a los disparos.

Más allá de esto, algunos modos permiten personalizar el meka mediante skins personalizadas, algunas con habilidades especiales, que desbloquearemos obteniendo ciertos logros o bien usando figuras amiibo compatibles.

Necesita mejorar

'Metroid Prime Federation Force' es una parodia de sí mismo, de lo que no se ha de volver a repetir. Hace cosas muy bien, pero los inconvenientes le superan con creces, convirtiéndolo en un juego mediocre que realmente no sabría a quien recomendar. Siendo una serie en la que se ha trabajado muy duro para ofrecer una grata experiencia en solitario, los incoherentes picos de dificultad que fuerzan en muchas ocasiones al modo multijugador no están justificados pues caen en el absurdo.

Soy incapaz de entender qué le pasa a la Nintendo de estos tiempos, la cual, si bien sigue deleitándonos con una inmensa cantidad títulos exquisitos y filosofías beneficiosas y enriquecedoras para el jugador, también juegan a ofrecer productos poco divertidos y elaborados como pueden ser 'Paper Mario Sticker Star', 'Animal Crossing Amiibo Festival' y, ahora, el juego que en este análisis nos ocupa. Estos tres son títulos que escapan de la filosofía y el buen hacer de Nintendo al ser tan solo una vía de diversión para los más pequeños de la casa, obligando a jóvenes y adultos a aburrirse ante productos planos, carentes de profundidad y que no cuentan con el carisma de las franquicias a las que representan. Ahora entiendo por qué Samus Aran ha decidido no aparecer en este juego, porque de hacerlo se de-prime.