SQUAD E, MOVE OUT!

Análisis de 'Valkyria Chronicles 4', un regreso triunfal

Analizamos 'Valkyria Chronicles 4', un regreso a las raíces de la franquicia que propone convertirse en la verdadera secuela de 'Valkyria Chronicles'.

Por Oscar Martinez 10 de Septiembre 2018 | 22:08

La trayectoria de 'Valkyria Chronicles' siempre ha contado con cierta controversia. SEGA presentó un producto único en su lanzamiento. Un sistema de combate bélico afianzado sobre el rol por turnos con un giro de tuerca y una presentación muy cuidada que le sirvió para conquistar al público. Sin embargo, su secuela se adaptó al público japonés, ofreciendo una experiencia que se identifica con los tropos más comunes del anime y que conllevó que la tercera entrega de la misma jamás llegase a abandonar su país de origen.

Pero, incluso así, la compañía volvió a intentarlo una vez más. 'Valkyria Revolution' supuso el renacer de una saga que ya presentaba signos de agotamiento. Un lavado de cara que se llevó sus mecánicas clásicas con él y adaptó nuevos cambios que no fueron bien recibidos entre sus jugadores. Pero entonces 'Valkyria Chronicles 4' entró en escena, de forma atronadora, y proclamó su regreso a las raíces.

El regreso definitivo

Su anuncio no será recordado como un hito en el medio, pero SEGA puso medios para atraer a sus seguidores y hacer algo memorable. Por ese mismo motivo, cuando se reveló que Kei Mikami, Kohei Yamashita y Hitoshi Sakimoto volverían a las trincheras para el desarrollo de esta cuarta entrega las cosas quedaron claras. Estábamos ante el verdadero regreso de la obra.

Y no es para menos. Porque ya en sus primeros pasos 'Valkyria Chronicles 4' suscita ese mismo sentimiento que se entendía en el anuncio de 'Pokémon Let's Go', el del regreso a Kanto. En este caso, a Europa. Porque no solo vivimos una historia que se desarrolla en el mismo espacio temporal que la primera entrega, sino que la sensación de regresar a la misma es especialmente intensa. Han pasado diez años desde que nos pusiéramos al mando del Escuadrón 7, huyendo de las llamas de la guerra a bordo de Edelweiss, pero el cambio de este por Hafen —nuestro nuevo tanque— es un movimiento inteligente. Una forma de volver a los orígenes sin que tengamos porque vivir la misma experiencia, una vez más.

Pero esto es algo que no solo se aplica a quienes combatieran a las fuerzas imperiales en otras ocasiones, porque el juego ha sido diseñado para que tanto veteranos como jugadores noveles puedan ponerse, indiferentemente, al mando del Escuadrón E. Porque 'Valkyria Chronicles 4' es un título tributo, que celebra el aniversario de la saga, pero que también abre sus brazos a quien quiera enfrentarse a sus desafíos.

La ética de la guerra

Si los últimos títulos de la saga tomaban ese trasfondo juvenil orientado al público oriental, esta última entrega bebe directamente de lo que sus creadores idearon en primera instancia. Es una obra de tintes más humanos, más profundos. Una que no pretende rivalizar, pero que se asemeja a los ideales de 'Final Fantasy XV', a la importancia del compañerismo, de tener a alguien que te tienda la mano cuando lo necesitas. A la idea de que, incluso en los viajes más duros, siempre hay fe en quiénes te acompañan.

Porque 'Valkyria Chronicles 4' suprime unos elementos por otros, pero vuelve a tomar nota de la angustia de la guerra. Si en la aventura original se hablaba del hecho de verse arrastrado a la batalla, en esta ocasión el tema a tratar es el del sacrificio, el camino a la batalla y las pericias que se dan cita en ella. Claude Wallace y el resto del Escuadrón E son soldados formados que forman parte de la Operación Cruz del Norte, una misión suicida que pretende frenar los avances del Imperio durante la Segunda Guerra de Europia realizando un contraataque con la idea de invadir la capital imperial.

Así el concepto de la invasión se ve trastocado y el juego lo aprovecha para realizar una introspección, para permitirnos observar el peso de la guerra y de cómo los soldados sufren las consecuencias, no solo físicas, sino también morales de las acciones que deben realizar en su posición. Para ello la obra no solo se cimienta sobre el drama bélico sino que además refuerza su estructura con un plantel de personajes muy definidos. Porque, a diferencia de otros títulos de simulación, en 'Valkyria Chronicles' —y especialmente en esta última entrega— no manejamos a unidades, sino a personas.

Todos y cada uno de ellos tienen personalidad personalidad propia, emociones, miedos y deseos. Unos que se ven movidos por la línea argumental que traza el juego, azotados por las penurias de la guerra, pero también acompañados de grandes momentos. Porque 'Valkyria Chronicles 4' brilla en los pequeños momentos, en las distensiones. En esos 'Skits' que tanta coherencia ofrecían en las entregas de 'Tales of' o 'Bravely Default'. Es un título de contrapesos, porque, sí, es una adaptación de la Segunda Guerra Mundial, pero también es la de todas aquellas personas que luchan por salvar a su patria. Y esta es su historia antes que la del conflicto al que pertenecen.

Squad E, move out!

Un punto que se ve traducido siempre a su sistema de combate, donde no solo pesa la fuerza del enemigo, sino también la relaciones personales, las condiciones de cada miembro del escuadrón — unas que varían en exceso por cada soldado . Es algo que ya se veía en sus predecesores pero que se refuerza en esta nueva entrega para ofrecer una experiencia más coherente que en títulos anteriores.

Las bases se mantienen intactas, cada personaje se encuentra completamente diferenciado del resto —los exploradores, por ejemplo, se mueven más rápido que los francotiradores o los soldados de asalto, pero también son más débiles que los últimos— pero se incluyen pequeñas novedades con la suficiente fuerza para cambiar las tornas. La inclusión del granadero, la nueva clase del juego, es la más notable de todas. Soldados con un enorme rango de ataques y un demoledor daño de mortero que, a su vez, resultan lentos y débiles.

Pero hay muchos más. Desde la llegada de nuevos vehículos que poner a nuestra disposición hasta el apoyo del Centurion, un enorme buque de guerra que podrá ofrecer asistencia en algunas batallas. Pero incluso así, los mayores cambios son los que el juego introduce en cada nuevo capítulo. Porque 'Valkyria Chronicles 4' es un título de cambios, de sorpresas. La coherencia de un viaje a una tierra extraña. Las mecánicas cambian constantemente, así como lo hace el terreno al que nos tenemos que adaptar para combatir a las tropas imperiales. Desde la calma de las estepas hasta los gélidos parajes del Imperio, donde las ventiscas son inclementes con nuestro avance.

Cada nueva batalla requiere de un tiempo de preparación. Hay que escoger a los soldados que saldrán a combatir, elegir su localización y asegurarse de que tanto nuestro tanque como sus compañeros se encuentran equipados con las mejores posibilidades. Pero incluso así la sorpresa aguarda en el campo de batalla y sus desarrolladores no dudan en hacer uso de ella. Quizás se trate de una nueva tropa enemiga, un cambio en el terreno o un giro del argumento que cambie los objetivos de victoria. La obra marca los picos de dificultad con inclemencia —algo que ya destacaba en su primera entrega—, pero no hace de ninguno de sus desafíos algo imposible de superar. Incluso así siempre tenemos la posibilidad de combatir en escaramuzas o realizar historias asiduas, donde podremos conocer mejor a los miembros secundarios de nuestro escuadrón y ganar experiencia y nuevas habilidades.

A lo largo del viaje

A ello se suma un apartado técnico que no teme en resultar familiar. Porque el motor CANVAS vuelve a convertirse en el corazón de la obra, pintando cada escena como si se tratase de una acuarela en movimiento. Las onomatopeyas vuelven a ser las encargadas de cubrir la acción, ofreciendo un tono distintivo al título que se da la mano con los colores difuminados y los sombreados del juego.

Un estilo en sí mismo que se extiende a una cantidad más grande de escenarios y que, insisto, pasa por todo un seguido de fases completamente diferenciadas. Porque, al fin y al cabo, 'Valkyria Chronicles 4' no es más que la historia de un viaje, y CANVAS se encarga de ilustrar cada uno de los lugares que visitamos. No solo eso, sino que también ayuda a dar forma a los momentos en los que la acción queda a un lado y la obra toma forma de novela visual para narrar los hechos que se suceden. Un sistema que sigue robando inmersión al conjunto general pero que ahora se ve compensado con un mayor uso de scripts y animaciones que hacen de ellos algo más dinámico.

Pero no siempre lo veremos todo en ese formato, porque la obra toma nota de uno de los aspectos diferenciadores de las obras de Yoko Taro y utiliza el texto plano para narrar cuando su propio motor no puede hacerse cargo. Una forma de transportar su historia al jugador sin perder los matices necesarios para comunicar y mantener el aliento a su vez. Algo que siempre se ve compensado por las notas del veterano Hitoshi Sakimoto, que vuelve a la franquicia con una banda sonora que, de nuevo, resulta familiar pero que también cuenta con nuevos tonos y matices capaces de adaptarse siempre al Escuadrón E.

La secuela que 'Valkyria Chronicles' merecía

'Valkyria Chronicles' cumple diez años y lo celebra demostrando que sabe mantener el tipo. Porque 'Valkyria Chronicles 4' no solo es el regreso, es una celebración y también es una obra completamente nueva. No es lo mismo 'otra vez, pero mejor', es una reformulación de lo que le hizo grande entonces.

Su estrategia se ve expandida en múltiples horizontes, tenemos nuevas órdenes, nuevos aliados, nuevas clases. Un sistema de batalla que une el RPG por turnos y los juegos de acción para dar vida a un híbrido con más posibilidades que nunca. Aparecen de nuevo esos picos de dificultad que ensombrecieron la jugabilidad del original pero son menos ocasionales y también se cuentan con nuevos métodos para superarlos. El dinamismo de su extensión suma puntos a la obra, ofreciendo experiencias diferenciadas cada vez que salimos al campo de batalla.

Pero incluso así, el punto fuerte de esta nueva entrega es como consigue profundizar en la guerra y en sus partícipes. La historia del Escuadrón E no dista tanto de la del Escuadrón 7. Pero hay una evolución. Un esfuerzo. La idea de incluir personajes más humanos, con una historia propia que contar y con mucho por vivir. Y no solo lo hace con sus protagonistas, sino que todos los miembros tienen un pequeño espacio donde brillar, donde ser entendidos.

La obra pretende convertirse en una reformulación de la saga. Casi parece un grito, una declaración. La certeza de que, tras varios traspiés, la fórmula de SEGA consigue mantenerse en pie y, literalmente, seguir dando guerra. Al final, 'Valkyria Chronicles 4' consigue lo que su franquicia lleva tantos años buscando, convertirse en el legado, en la verdadera secuela que 'Valkyria Chronicles' necesitaba.