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Análisis 'Romance of the Three Kingdoms 13' PS4 y PC

REVIEW

Análisis 'Romance of the Three Kingdoms 13' PS4 y PC

Por Xose Llosa

El 5 de Julio 2016 | 15:53

Treinta aniversario de la franquicia y lanzamiento occidental para la nueva obra de Kou Shibusawa basada en el 'Romance de los Tres Reinos'.

Los Tres Reinos es una de las épocas más turbulentas en la historia China, en un periodo relativamente corto en torno al siglo III se localizaron batallas revisitadas por los historiadores, la literatura, el cine y también los videojuegos, una y otra vez. Los Tres Reinos se ha convertido en parte de la cultura China no sólo por la relevancia geopolítica como parte de la historia del país, sino por la obra literaria que recoge los acontecimientos en forma de novela histórica. Considerada una de las obras capitales de la historia de la literatura china, la novela de "El Romance de los Tres Reinos" es fuente inagotable de todo tipo de derivados y adaptaciones. Con una pirueta tenemos que pegar un salto al año 1985 cuando Kou Shibusawa lanza el videojuego homónimo, 'Romance of the Three Kingdoms' en Amiga, MSX, PC y también NES. Estamos en el año 2016, ahora llega a nuestros sistemas la treceava entrega numerada, lo hace cumpliendo a sus espaldas el trigésimo aniversario, y para el que escribe es el primer contacto con la franquicia. Sin embargo, no es el primer juego con de Kou Shibusawa que pasa por mis manos, hace poco podía escribir de 'Nobunaga's Ambition: Sphere of Influence' con su estreno para PS4, y las reglas en los títulos bajo producción de Shibusawa son marcadas y reconocibles.

Romance of the Three Kingdoms XIII

El recorrido histórico de la saga de 'Romance of Three Kingdoms' no puedo evitar que me recuerde a lo andado por la saga 'King's Bounty', estrategia por turnos alojada en ese caso en el terreno de la fantasía. La franquicia 'King's Bounty' de Jon Van Caneghem, que se encuentra enraizada en las antípodas de la estrategia por turnos, y siempre en un segundo plano tras otros títulos de mayor relumbrón. De Jon Van Caneghem se reconoce 'Heroes of Might and Magic' por encima de todo, y sin embargo es probable que 'Heroes' no existiese sin 'King's Bounty' como paso previo; y lo que es más doloroso todavía, 'King's Bounty' ha sabido adaptarse a los tiempos con más soltura que héroes, con una fórmula mucho más conservadora ha sobrevivido de una manera más coherente al de turnos de Ubisoft. En Koei Tecmo sucede que juegos como 'Dynasty Warriors' y sus derivados se han convertido en la pieza más reconocible, mientras que el origen de la compañía, afincado en licencias como 'The Romance of the Three Kingdoms' queda relegado, al menos en occidente, a un segundo plano.

Romance of the Three Kingdoms XIII

La historia de Koei Tecmo

Kou Shibusawa, fundador de Koei, es el sello tras los juegos que han determinado la historia del prolífico estudio japonés. Los juegos de estrategia y gestión de Koei son los que determinan el ritmo para este género relativamente poco explorado en Japón, más proclives al RPG táctico que a la gestión militar. Siempre que hablamos de la saga 'Dynasty Warriors' en Zonared diferenciamos claramente entre las dos patas que componen los juegos de Omega Force, un lado de gestión y un lado de acción; si pensamos concretamente en los maravillosos 'Empires', la gestión toma un papel de suma relevancia en el desarrollo de la partida. 'Nobunaga's Ambition' o 'Romance of the Three Kingdoms' avanzan todavía más sobre esa idea de gestión, y directamente serían el análogo Japonés a la fórmula 'Civilization'.

Decían los tíos de Game Over en un programa en el que hablaban de 'Eve Online' algo así como que era el juego moderno más parecido a una hoja de cálculo disponible en tiendas. Me apropio de la adjetivación de "hoja de cálculo" y se la aplico a 'Romance of the Three Kingdoms XIII' en un sentido que no necesariamente es peyorativo. El juego de Koei desprecia el músculo gráfico reduciéndolo a la expresión de funcional: Mapas estáticos cargados de iconos y un hud infinito para el juego de tronos en la premodernidad china, mientras que en las tripas de la propuesta se esconde una maquinaria probabilística de infinitas variables.

De esta forma nos enfrentamos a un juego de estrategia y gestión en el que tomamos el rol de un señor para gestionar la tensión política que caracteriza a la época. En ese sentido atenderemos desde la más banal de las tareas para mantener la producción y economía con negocios de licorería, agrícolas, o las posibilidades que nos ofrezcan; hasta una evolución de la ingeniería de nuestro pueblo, que abre las puertas a más opciones. Sin embargo, lo que realmente me interesa de los juegos de Koei es el juego de las relaciones diplomáticas que se establecen. Una parte muy importante de 'Romance of the Three Kingdoms' es la necesidad de crear un equipo de oficiales afines. De esta forma iremos incorporando rostros a nuestro núcleo de confianza y se establecen árboles de afinidad entre ellos. El objetivo es lograr crear un equipo de hombres sin fisuras, cercano. Así, cuando incorporamos un oficial veremos que tiene un círculo de hombres cercanos que pueden ser la manera de hacer crecer nuestro poder; sin embargo, esos hombres pueden ser poco afines a nosotros mismos u otros oficiales, con lo que hay que moverse en un equilibrio entre la fuerza numérica de hombres y la fuerza que se genera en un grupo cohesionado.

Romance of the Three Kingdoms XIII

El Romance de los Tres Reinos

Toda esta labor de gestión, todo este juego de menús infinito, orientado siempre al momento de la fría y despiadada batalla. Es interesante en batalla la posibilidad de pausar el tiempo en el juego, con libertad podemos pausar el desarrollo del juego y planificar acciones, para echar de nuevo el reloj a andar y ver los frutos de nuestro plan. Con el reloj corriendo también podemos modificar el objetivo de nuestras tropas con libertad. La perspectiva en las fases de batalla es la misma en la que se desarrolla el conjunto del juego, tomaremos una visión aérea del mapa desde la que dominamos el movimiento de nuestras tropas. Aunque haya varios núcleos de batalla en los mapas, se echa en falta cantidad de tropas en pantalla, y, viendo lo que están haciendo sagas como 'Total War', por mencionar el exponente de mayor impacto ahora mismo en el género de la estrategia, a nivel de detalle y ambición técnica Koei Tecmo está alojada en una posición extremada y radicalmente conservadora en este punto.

Hay dos modos de juego principales: el "Héroes", que nos permite conocer las nociones básicas del juego a través de una serie de misiones, y el principal, que sería lo análogo a un sistema de campaña. Debemos elegir varios puntos de partida para enfrentar el devenir de la historia de los Tres Reinos con el objetivo que queramos.

Romance of the Three Kingdoms XIII

'Romance of the Three Kingdoms XIII' es un juego abrumador en todas sus facetas. La cantidad de opciones, lo poco amigable que es a la hora de la interacción, y el progreso pausado hacen de él un juego no apto para todos los paladares. Este tipo de juicios me suelen resultar molestos porque aquello de "no apto para todos los públicos" es una vía en la que se tiende a deslegitimar una propuesta. No es el caso. Es un juego difícil de recomendar a todo el mundo, pero que guarda sentido completo para el que busque una aproximación profunda, históricamente contextualizada y mastodóntica a la estrategia. Seguramente el mayor reproche que se puede hacer a 'Romance of the Three Kingdoms XIII' es que no ofrece toda la libertad deseable. Ofrece libertad estratégica, una libertad geopolítica en el sentido en el que puedes establecer las rutas y alianzas que creas conveniente para lograr tu objetivo, puedes ser más o menos beligerante, y generar una sensación de estratega militar bastante certera. De esta forma se firma uno de los juegos de estrategia más intensos que hoy día tenemos en el catálogo de PS4. Los aficionados a la estrategia no tienen grandes alegrías en consolas, pero esta es una de ellas.

8,0

Lo mejor:

- Un modo historia largo y rico. - El sistema de afinidad entre oficiales. - Una propuesta profunda hasta el infinito. - La sensación de estar combatiendo en una guerra a gran escala, en un territorio enorme.

Lo peor:

- A nivel técnico es muy pobre. - La interfaz es engorrosa para el uso con el mando de PS4. - El ritmo del juego es lento. - Completamente en inglés.

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