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Los videojuegos en Corea del Norte - El reflejo de una sociedad a través del juego

DERECHOS SOCIALES

Los videojuegos en Corea del Norte - El reflejo de una sociedad a través del juego

Por Gerard Álvarez

El 30 de Agosto 2016 | 09:46

A pesar de las restricciones en derechos sociales, Corea del Norte también tiene su aportación a la industria del videojuego.

La cultura del videojuego siempre ha tenido entre sus grandes pilares la cultura asiática. Muchos de los países que conforman Asia han sido lugar de nacimiento de gran cantidad de títulos que se han situado como imprescindibles en la cultura gamer.

A pesar de esta arraigada cultura por el ocio electrónico, también es cierto que hay algunos países donde los videojuegos no están considerados como morales, o jugarlos no entran en los principios sociales que algunos países autoritarios quieren implantar en su sociedad.

Kim Jong-un

Uno de estos lugares es Corea del Norte. Este país gobernado por Kim Jon-un, el cual tiene el cargo de Primer Secretario del PTC, Presidente de la Comisión Nacional de Defensa de Corea del Norte y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea, y es considerado por la gran mayoría de los países y organizaciones mundiales como un dictador, al igual que lo fuera en su día Francisco Franco o Hitler, con la diferencia que este último fue escogido por el pueblo en unas elecciones generales.

Restricciones sociales

Lo que sí es cierto es que los norcoreanos sufren bastantes deficiencias en cuanto a derechos sociales. Esta situación provoca, por ejemplo, que la implantación de internet en los hogares esté prohibida, existiendo una intranet dentro del país, por lo que cualquier contenido siempre será partidario y controlado por el gobierno. Cualquier medio de comunicación está bajo el yugo y la supervisión del régimen, con el objetivo de la búsqueda de la erradicación de cualquier concepto o costumbre capitalista, más aún si se proviene de Estados Unidos, esta situación produce que los habitantes norcoreanos vivan casi de forma excluyente al mundo globalizado.

Tal es el grado de absorción que su gobernante ejerce sobre el pueblo, que está prohibido cualquier tipo de publicidad. Entre sus calles o en medios de comunicación solo podemos encontrar propaganda de apoyo al régimen comunista o al ejercito, pero nunca a ninguna marca o producto externo al gobierno de Kim Jon-un.

Otro de las prohibiciones implantadas son las llamadas al exterior del país, las cuales no se pueden realizar. Es más, si un turista desea visitar Corea del Norte, deberá dejar en la frontera su teléfono, el cual le será devuelto una vez salga del país.

A pesar de toda esta situación, la cultura del videojuego ha sabido implantarse también en una sociedad marcada por la prohibición y las costumbre impuestas. Ese es el caso de 'Pyongyang Racer'.

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