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Feminismos: Las 8 lecciones de 'The Handmaid's Tale'

FEMINISMOS

Feminismos: Las 8 lecciones de 'The Handmaid's Tale'

Por Sonia Sarria

El 25 de Abril 2018 | 22:30

8 lecciones feministas que la serie de 'The Handmaid's Tale' nos ha enseñado.

'The Handmaid's Tale' ('El Cuento de la Criada') es hoy en día una de las series dramáticas más vistas de Hulu. Adaptada de la novela homónima de Margaret Atwood, 'The Handmaid's Tale' está situada en un futuro no muy distante en el que la sociedad regresa a "los antiguos valores". Las mujeres fértiles, cada vez más escasas, son esclavizadas y desterradas al escalón más bajo de los estratos sociales. Reciben el nombre de criadas y son despojadas de todos sus derechos, siendo su única misión la de dar hijos a los hombres más importantes del país.

'The Handmaid's Tale' es dura, cruda y a veces dolorosa, pero también muy necesaria. Es una historia de ciencia ficción, pero no por ello deja de darnos capítulo a capítulo lecciones que podemos aplicar a nuestro día a día. En especial a las mujeres, sus protagonistas. Esto es lo que podemos extraer de la primera temporada:

1. La vida tal y como la conocemos no está asegurada

Esta es la primera gran lección que aprendemos de 'The Handmaid's Tale', aplicable a todos y a cada uno de nosotros. Vivimos en una época de cambios constantes: nuestra realidad se compone de elementos con los que hace años sólo nos atrevíamos a soñar. Lo oímos a menudo, pero también decidimos ignorarlo.

¿Cuántas veces vemos a June divagar sobre su antigua vida? ¿Sobre los detalles más pequeños —la sonrisa de su hija, el cariño de su marido, las charlas con su mejor amiga—, detalles a los que no solemos prestar atención? En un parpadeo, para ella y para miles de otras mujeres, desaparecieron.

Da igual que todo parezca ir bien. Nada de lo que tenemos en nuestra vida está garantizado. Ni el dinero, ni la familia, ni la salud; ni la amistad, ni la pareja. Ni siquiera nuestra libertad, que creemos inamovible, ni nuestros derechos. Todo se nos podría ser arrebatado en un momento. Cualquiera de nosotras podría convertirse en una Defred.

June en The Handmaid's Tale

2. No seas la chica de la caja

"Un regalo perfecto. Una chica atrapada en una caja. Sólo baila cuando alguien levanta la tapa. Cuando alguien se lo permite."

June es un personaje reflexivo, mostrándonos muy a menudo sus arrepentimientos, sus equivocaciones, y sus intenciones. A causa de su condición, nunca puede ofrecer una resistencia activa contra el sistema, pero, al principio de la serie, está encerrada en sus límites. Tarda demasiado en salir de esa burbuja creada por el miedo, y eso termina teniendo consecuencias para ella y para los que la rodean, a pesar de reconocer lo que está mal y de saber lo que debe hacer.

Si permaneces callada durante mucho tiempo, tu voz se pierde, sobre todo si te encuentras en posición de desventaja. Lo vemos constantemente en June, pero otro gran ejemplo es Serena Waterford, la esposa del comandante. Antes de que Gilead existiera, ella misma era quien ideaba y planificaba lo que su marido debía hacer y decir en las reuniones pero, poco a poco, eligió quedarse atrás y dejar que fuera él quien tomara las riendas. No estaba bien visto que una mujer como ella se saliera de su papel de sumisa esposa. Y, cuando la vemos en la serie, buena parte de la luchadora que una vez fue ha desaparecido.

Tu vida es tu historia. Y, como dice June, es una historia que estás contando. Está en tus manos elegir cómo quieres que sea.

Serena en The Handmaid's Tale

3. Los desafíos requieren un gran coraje

Desafiar nunca es sencillo, y menos cuando ni siquiera se te considera una persona. Al principio de 'The Handmaid's Tale', nadie tenía el valor para plantar cara. Los cadáveres ahorcados colgando por toda la ciudad quitan a una las ganas de rebelarse.

Pero ¿qué sería de una serie si sus personajes no evolucionaran?

Capítulo a capítulo, vemos a June y a las demás criadas cambiar poco a poco. Primero, usando sus nombres reales. Luego, desobedeciendo abiertamente una orden, incluso bajo el riesgo de muerte. Janine, a la que condenan a muerte por poner en peligro a su bebé, pero las criadas se niegan a cumplir la ejecución. Por primera vez, todas ellas dicen que no, y nadie es capaz de obligarlas a nada.

"Es culpa suya. No deberían habernos dado uniformes si no querían que fuéramos un ejército."

Criadas en The Handmaid's Tale

4. Tómatelo siempre como algo personal

¿Recordáis el momento en el que June vio cómo era Waterford en realidad? Éste le hablaba de cuán de acuerdo estaba con el sistema de Gilead (obviamente), y de cómo las criadas no merecían ningún tipo de amor porque, lo dicho, no es como si fueran personas o algo por el estilo; su misión en la vida es concebir y parir una y otra vez. Es el momento en el que June se quita la última venda de los ojos.

Toda resistencia tiene que tener algo personal. Tiene que significar algo emocionalmente o, de lo contrario, carecería de sentido. June ve que Waterford no va a ser su aliado —ni merece serlo—, y se asegura de grabarse esas palabras para empezar a actuar de verdad. Es parte del detonante que le hace decir basta.

Hace unos años se popularizó la frase "Si no estás enfadado es que no estás prestando atención". Cada lucha nos afecta de una forma u otra, pero nosotros, al igual que June, tenemos los ojos vendados ante la mayoría de ellas. Ella ya estaba enfadada, pero no terminaba de prestar atención de verdad. Podría decirse que muchos de nosotros estamos haciendo lo mismo.

¿A qué esperamos para cambiarlo?

Waterford y June
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