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'Black Mirror': la filosofía tras la serie de Netflix

FILOSOFÍA TRAS UNA SERIE

'Black Mirror': la filosofía tras la serie de Netflix

Por Maribel Baena

El 27 de Febrero 2018 | 10:10

La ficción puede servir para cambiar la sociedad, pese a que se crea que no.

Hay series cuyo único objetivo es entretener; lo que pretenden es conseguir que el espectador desconecte de su atareada y ajetreada vida, y durante veinte o cuarenta minutos deje de pensar en los problemas a los que después tendrá que hacer frente. Y esto no solo es válido y respetable, sino que también es una muy buena idea. Las series, las películas y los libros no siempre tienen que ser auténticas joyas u obras de arte, sino que basta con que nos hagan pasar un buen rato y sentirnos mejor.

No obstante, también hay otro tipo de series, que actualmente se combinan en nuestra cartelera televisiva con las que ya hemos mencionado anteriormente. Series mucho más profundas, que no solo pretenden sacarnos por un momento de nuestros problemas y complicaciones, sino que también quieren hacernos reflexionar sobre la realidad que vivimos mediante la ficción. Series como 'Black Mirror', por ejemplo, que a la par que nos entretienen nos hacen replantearnos nuestra realidad social. Tener series tanto de una categoría como de otra entre nuestras favoritas es lo mejor que se puede hacer; porque hay momentos en los que apetece ver series para reflexionar, y momentos en los que ver 'Friends' o 'The Big Bang Theory' es más que suficiente. Es lo mismo que leer narrativa o leer ensayo, no siempre tenemos que decantarnos por hacer una cosa u otra, sino que podemos combinar ambas pasiones y sentirnos igual de felices en ambos casos.

La última temporada de 'Black Mirror' ha sido muy intensa

La ficción puede usarse no solo para entretener, sino también para transmitir valores y hacernos reflexionar respecto a nuestra sociedad. No es algo nuevo, ni algo que haya inventado Netflix, sino que lleva haciéndose muchísimos años, aunque con herramientas diferentes. En 1953, Ray Bradbury publicó la novela 'Farenheit 451' (muy recomendable para toda clase de públicos). Esta novela nos sirve de ejemplo para lo que acabamos de señalar: la ficción puede servir para hacer que nos replanteemos la situación de nuestra sociedad. En el caso de 'Farenheit 451', y tratando de dar las menos pistas posibles sobre el desenlace de la trama, lo que el autor quiere que nos planteemos es el futuro de los libros en un mundo en el que estos tienen que competir abiertamente con la televisión. Y, para eso, plantea un futuro distópico en el que los libros han sido totalmente prohibidos para evitar que la gente se forme y tenga inquietudes más allá de las que la televisión muestra.

Obviamente, Bradbury exageró; abandonó la realidad y fue un paso más allá en la ficción. Pero esto le sirvió para hacer que los lectores reflexionaran sobre el futuro de los libros, sobre las posibles repercusiones que las nuevas tecnologías podrían tener en ellos. Y eso que lo hizo en un momento en el que Netflix aún no existía... ¿Cómo reestructuraría ahora mismo su novela?

'Black Mirror' y 'Farenheit 451'

En este sentido, 'Black Mirror' busca exactamente lo mismo que libros como 'Farenheit 451': hacer que los espectadores (en este caso) se planteen su futuro como algo real, como algo totalmente condicionado por las nuevas tecnologías y, sobre todo, la influencia de las redes sociales.

Es una serie que no deja indiferente a nadie. No lo hizo con sus tres primeras temporadas, y tampoco lo ha hecho con esta última, que se emitió hace relativamente poco en Netflix. Porque en cada episodio (auto-conclusivo en sí mismo) hay una especie de pregunta lanzada al aire, a veces con mayor claridad y otras veces de forma más encubierta, que el espectador puede acabar respondiendo como bien le parezca. Hay quien llega a la conclusión de que las nuevas tecnologías son una invención del demonio, y que deberían prohibirse para que no llegue a pasar lo que sucede en 'Black Mirror'; hay quien va un paso más allá y se plantea la posibilidad de que el problema sea el uso que el ser humano hace de estas herramientas, y no las herramientas en sí mismas.

La ficción sirve de excusa para analizar la realidad

Lo cierto es que, independientemente de la conclusión a la que cada uno llegue tras haber visto un episodio, lo interesante es que siempre nos hace pensar. No es una serie que te mantenga entretenido durante un tiempo determinado y luego pase al olvido, sino que se mantiene en tu mente, te hace darle vueltas a las distintas repercusiones de tus actos. Por ejemplo: en la primera temporada se habló mucho de la influencia de las redes sociales en la vida de los seres humanos actualmente. Tras ver esos capítulos, yo misma llegue a pensar que pasaba demasiado tiempo en redes sociales, y comencé cada vez a usarlas menos y a darle la menor importancia posible.

La nueva temporada de 'Black Mirror' ha querido ir por otros derroteros pero, a fin de cuentas, su objetivo ha sido el mismo: hacer que nos replanteemos el uso que hacemos de las nuevas tecnologías y hasta qué punto estas podrían llegar a ser consideradas excesivas.

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