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Crítica de 'Juego de Tronos' 8x01, comienza el final

REENCUENTROS

Crítica de 'Juego de Tronos' 8x01, comienza el final

Por Manu Mora

El 15 de Abril 2019 | 20:07

Los reencuentros y un equilibrio muy precario se suceden en Invernalia mientras el Rey de la Noche se acerca cada vez más a los vivos.

Por fin ha llegado el momento. Ese deseado día en el que da comienzo la última temporada de una de las series que más ha impactado a los espectadores desde el fenómeno 'Lost'. Y todo apunta a que 'Juego de Tronos', o 'Game of Thrones', como prefiráis llamarla, sí que va a tener un final bastante cerrado y planificado.

Pero esas hipótesis la dejaremos para dentro de unas cuantas semanas, cuando nos acerquemos al sexto episodio. El que marcará el final de una época y de nueve años de líos amorosos, políticos y de poder.

Hoy hemos venido a hablar del primer capítulo, y eso haremos. Aunque, a modo de resumen, ya os digo que lo deja todo a punto de caramelo para la semana que viene.

Volviendo a un ritmo normal

Una de las cosas que impactaron en las anteriores temporadas fue la velocidad a la que sucedían todos los acontecimientos en la serie. Pasamos de ver planteamientos muy lentos y ritmos pausados a una velocidad de vértigo en la que los fans discutían acerca de la posibilidad de que Jon Nieve y Daenerys usasen el teletransporte para viajar por los Siete Reinos.

Pues bien, este primer capítulo de la temporada coloca el formato en algo más o menos similar a lo que vimos en las primeras temporadas. Un ritmo en el que vemos que se plantean cosas (no que ocurran), pero sin que sea excesivamente lento. Y es que aunque solo haya sido un capítulo de presentación, había mucho que contar.

trío lalalá

Las escenas de este 8x1 de 'Juego de Tronos' se van sucendiendo de una forma bastante amena y entretenida. Volvemos a situaciones en las que las frases mordaces y con segundos sentidos tienen protagonismo y donde, sobre todo, las miradas y los gestos ganan mucha fuerza.

Eso sí, precisamente por el tiempo que tienen disponible para este episodio (inferior a una hora), parece que algunas cosas suceden demasiado rápido. Otras, simplemente, suceden. Y, para desgracia de muchos, le dedican demasiado tiempo a las de Desembarco del Rey, cuando lo que queremos es ver lo que pasa en Invernalia.

Pero, como hemos dicho, se trata de un capítulo de presentación. Y cualquiera deja a Cersei sin minutos...

Un capítulo de reencuentros

Hace mucho, mucho tiempo, que los Stark no se reúnen como si de una cena de navidad se tratase. Los vimos separarse en la primera temporada y cuando Jeoffrey decapitó a Ned Stark la situación se tensó un poco para los hermanos que, puestos a recordar, acabaron como el rosario de la aurora.

Ahora, tras siete temporadas y nueve años, la familia que se creía perdida vuelve a encontrarse. Y en una situación muy distinta a la que tenían cuando se separaron. Jon es (era) el Rey en el Norte. Sansa es La señora de Invernalia. A Arya es mejor no cabrearla y Bran es... bueno, lo que quiera que sea Bran en estos momentos.

Con todos estos cambios, los reencuentros, sobre todo de los hermanos con Jon, son algo realmente importante en este episodio. Pero ha habido una cosa muy sutil en estas escenas. Y es que casi todas se han producido en la segunda parte del episodio. En la primera lo que hemos visto es cómo los pueblos del Norte se preparan para combatir todos juntos en un mundo casi bucólido.

Arya y Jon

Nos han presentado una esperanza que, en cuestión de minutos, ha quedado muy pero que muy fragmentada. Y ha sido, precisamente, por culpa de estos reencuentros.

Todos se quieren, todos se respetan y todos se adoran. Eso es innegable. Incluso entre Sansa y Jon. El problema llega cuando cada uno de ellos tiene una forma particular de ver las cosas y donde se ponen sobre la mesa distintas prioridades.

Al principio son minucias, pequeños desafíos que le hace Sansa a Daenerys delante de su hermano. Pero pronto se convierten en algo más serio. Los protagonistas van tomando bandos poco a poco y dejándose caer hacia un lado de la balanza.

Así nos encontramos con el frente Daenerys y Jon, que priorizan la defensa del Norte en estos momentos, y por otro con el de Sansa y Arya, que ven en el gesto de Jon hacia la madre de dragones algo innecesario y casi como una traición.

Pese a todo, los motivos y las explicaciones se van sucediendo y consiguen llegar a un punto más o menos de equilibrio... hasta que Sam la lía.

Y más reencuentros

La familia no es la única que se reencuentra en este 8x01. También hay muchos otros personajes que se vuelven a ver tras mucho tiempo yendo por separados. Arya y el Perro, Sam y Jon, Santa y Tyrion o Jaime y Bran (muy curioso este, desde luego).

Todos ellos tienen algo que decirse el uno al otro, y todos ellos muestran un poco sobre sus cartas. Las explicaciones, las disculpas y los reproches vuelan por doquier. Pero, al igual que con las charlas de los Stark, el equilibrio más o menos se mantiene por el objetivo común.

De hecho, lo único que parece verdaderamente unido es la relación que hay entre Daenerys y Jon. Y, como en cualquier historia de amor del estilo Romeo y Julieta, parece que lo tienen todo en su contra. Hasta a sus mejores amigos y más fiables hermanos.

Cersei

Como dijimos antes, el fugaz y pequeño momento de esperanza y tranquilidad que vemos al principio del episodio se va desvaneciendo poco a poco conforme empiezan a surgir las voces disonantes en la corte y entre los miembros de la familia.

Pero si hay un momento que termina de romper el equilibrio es cuando Sam le suelta la noticia a Jon sobre su verdadera identidad.

Las conspiraciones siguen en la corte

Quizás el principal problema que hay ahora mismo en la corte que pretende frenar a los no muertos es que casi nadie "se lo cree". Pocas personas han visto de lo que son capaces los súbditos del Rey de la Noche, y quizás por eso están más pendientes de los juegos de poder que de salvar el pellejo. En serio, ya me gustaría ver a Sansa enfadándose con Daenerys si ella le salvase como salvó a Jon...

El problema llega justo cuando esa batalla de poder le estalla en la cara al "bastardo" de Invernalia. Cuando le dan la noticia de que él es Aegon Targaryen, el sexto de su nombre. Él es el legítimo heredero al trono, y no Daenerys. Él, y solo él.

Esto llega en el peor de los momentos ya que Jon confía plenamente en Danny. Sabe que será una buena reina (pese a su manía de calcinar enemigos de vez en cuando) y, lo que es más: ya ha dado su palabra y ha hincado la rodilla ante ella a cambio de su ayuda.

Pero también llega cuando todo el Norte, que es donde están, le sigue pidiendo a Jon que sea el Rey en el Norte, que no deje de ser el que ellos han querido que sea.

Esta situación se le puede ir de las manos muy rápidamente ya que, por ahora, solo lo saben él, Bran y Sam. Pero si se llega a extender esto, posiblemente haya consecuencias.

Jon y Daenerys

Daenerys podría sentirse traicionada por aquella persona a la que ama. Podría ver que Jon solo quiere el poder y que no está enamorado de ella (cosa que no es así). Y eso, evidentemente, atormenta a Jon lo mires por donde lo mires.

Pero es que si el pueblo se entera, podría haber una revuelta contra Daenerys. Estaríamos ante un pueblo que quiere a Jon y que tiene motivos para apoyar a Jon a subir al Trono y dejar a Daenerys, que es la que se lo ha jugado todo, la que ha puesto sus ejércitos y la que ha dejado su objetivo de conquistar el trono de Hierro por salvar al Norte, en un segundo plano. Y permitidme que os lo diga, pero ni sería justo, ni creo que ella esté dispuesta a aceptarlo.

En definitiva, una situación que se le puede ir (y se le va a ir) de las manos a Jon de una forma rápida y destructiva y que puede romper este equilibrio tan precario que hay ahora mismo en Invernalia a las puertas de una de las batallas más decisivas de su historia.

8,5

Lo mejor:

- se presentan de nuevo todos los personajes

- vuelven las conversaciones interesantes y con muchos, pero que muchos gestos

Lo peor:

- dura poco

- hay escenas que nos descolocan un poco

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