ORIGAMIZANDO EL VIDEOJUEGO

Análisis de 'Paper Mario: The Origami King' para Nintendo Switch, un brillante papel

Analizamos 'Paper Mario: The Origami King', la última iteración de la saga que cambia muchos de sus conceptos para ofrecer una combinación brillante.

Por Oscar Martinez 27 de Julio 2020 | 12:00

Hay algo en la forma en la que Mario y compañía se presentan una nueva vez. Los hay quien dicen que forma parte de Nintendo; de su filosofía. No me atrevería a decir tanto y soy de los que gusta pensar que cada título tiene y debería tener sus propias particularidades que los definan como buscan sus desarrolladores, y no bajo un englobado general. Pero, incluso así, puedo entender ese sentimiento en lo que propone la compañía de Kioto con 'Paper Mario: The Origami King'.

Habían dudas. Porque siempre hay una preconcepción en ese ese espacio temporal, mientras el título se instala en el sistema e inconscientemente, vas preparando un esbozo mental de como afrontar el texto. Una concepción que no parecía asegurarle un sitio al título. Posiblemente uno de tantos que ha pasado por la consola de Nintendo. Una idea que se esfumaba con la primera sonrisa. Con el primer juego de palabras y la primera de tantas veces que Intelligent System y su obra ha conseguido cogerme con las defensas bajas.

Un nuevo cambio de conceptos

Y es que la fama que acompañaba al spinoff del clásico fontanero no era, precisamente, la más adecuada. La forma en la que se recuerdan los títulos originales de la misma, durante la época de Nintendo 64 y Gamecube, distan mucho de sus siguientes lanzamientos. Casi como si la idea hubiese ido perdiendo fuerza mientras giraba la rueda hasta quedarse parada en un punto del que no era capaz de levantarse.

Un problema que 'Paper Mario: The Origami King' soluciona, sin despeinarse, en apenas sus primeros minutos. El momento en el que Mario y su inseparable hermano, Luigi, parten derechos a la feria del origami, en busca de Peach y el resto. La sorpresa al no encontrarlos no es demasiado sonada —de alguna forma había que hacer tributo a la mítica cita de la serie de Nintendo. Es, no obstante, el giro de los acontecimientos, lo que da forma al inicio de una aventura tan memorable, aunque no tanto por la misma sino por sus pequeños momentos, como aquellas que colocamos en la vitrina años atrás.

Porque si la visión de una Princesa Peach "origamizada" actuando como si de un zombie de papel se tratase no es suficiente, 'Paper Mario' derrocha personalidad con un peculiar inicio en el que deberemos escapar del castillo antes de que nos doblen para encontrarnos ante una aventura tan atípica como divertida. ¿Nuestro objetivo? Rescatar a nuestros compañeros y deshacernos del rey Ory a través de un viaje a lo largo del mundo entero para deshacernos de las serpentinas que sujetan el nuevo emplazamiento del castillo y, por ende, de nuestro objetivo.

Así la estructura del título vuelve a apostar por la sencillez y poco por los giros, resultando en otra aventura que se acoge a la simplicidad y carece de una profundidad con la que darle forma al camino que encontramos por delante. Una que, sin embargo, brilla no tanto por lo que plantea, sino por como lo hace. Porque, si algo sabe hacer bien 'The Origami King', es precisamente transmitir y captar al jugador o jugadora con una magia única.

Buscando su propio espacio

Con todo, queda claro que los padres de la franquicia 'Fire Emblem' siguen buscando el espacio para 'Paper Mario' y sus títulos. Y es que, lejos del concepto original del título, 'The Origami King' no consigue adaptarse a los ideales del RPG. Si bien, la saga siempre se ha sentido cómoda en un ideal que no pretende repetir jugadas de títulos anteriores, sino reiventarse a cada nueva iteración, quitando, añadiendo y corrigiendo aquello que consideran sus desarrolladores.

Así esta nueva entrega de la serie prima la aventura y la exploración por encima de todo, proponiendo zonas muy amplias, con cierto ideal de mundo abierto, y siempre repletas de sorpresas. Algunas que se encuentran a la más simple vista, otras para las que deberemos prestar algo más de atención. La forma en la que mantiene su linealidad es una que recuerda las veces a la gran aventura de Mario en Nintendo Switch y que, desde luego, mantiene la distancia, pero consigue ganar en favor de los anteriores título con los que ha contado la serie spinoff.

Por supuesto, esto es un concepto que se aplica a toda su aventura y, lejos de entrar en el pantanoso terreno de los spoilers, dejaremos que seáis vosotros y vosotras mismas las que tengáis la oportunidad de descubrir que es lo que esconde el título en cada uno de sus escenarios. Sin embargo, os adelantamos, es su mecánica de exploración y descubrimiento (y, por supuesto, el feedback que esto representa) lo que hace que su desarrollo se convierta en uno de los grandes recuerdos que podemos evocar al repasar el catálogo de la consola híbrida de Nintendo.

Al otro lado tenemos su combate, otro de los conceptos principales del juego y que, siguiendo esta línea que tiende a alejarse de las raíces y el componente RPG, basa su sistema en algo un tanto particular que nos obligará a alinear a los enemigos cada vez que entremos en combate (como si de un puzzle se tratara) con tal de acabar con ellos de un plumazo. Con estas, sus mecánicas se centran en los objetos y el equipamiento como fuente principal de su funcionamiento, olvidando otras como la experiencia que tan bien podrían haber sentado y con las que el combate podría haber obtenido una mayor fuerza. Y es que su idea, sin dejar de ser del todo atractiva, acaba resultando recursiva y no consigue propiciar la intención de la persona que está a los mandos para lanzarse a la batalla.

Lo importante es el camino

Con todo, y de nuevo, 'Paper Mario: The Origami King' es algo más que la suma de sus partes y brilla por conseguir hilar un conjunto de opciones y decisiones de diseño especialmente particulares con gran capacidad. Desde luego, algunos de sus ideales no consiguen funcionar tan bien como esperaríamos, pero el resultado conjunto es uno del que resulta imposible quedarse prendado.

Es, en especial, la forma en la que se vive su aventura. La propia disposición de la obra a acomodarte en sus líneas y recibirte con los brazos abiertos con un sistema que exprime las posibilidades de la consola híbrida, haciendo uso del control de movimiento de los Joy-Con, apostando por escenarios de ensueño y consiguiendo adaptar todo su potencial al espacio que garantiza Nintendo Switch, tanto en su versión portátil como en la forma en la que se adapta a la pantalla grande cuando la dejamos en el dock.

'Paper Mario' consigue cumplir a la perfección su papel —si se permite el chiste— con una aventura que conseguirá recordarse cuando miremos con nostalgia el catálogo de la consola de Nintendo. Quizás no tanto por cómo resuelve sus conflictos o por cómo se apoya en sus mecánicas, sino por como las acompaña con una hilarante aventura, personajes con una personalidad tan marcada como la del propio título y la capacidad para apostar por la innovación y la sorpresa a cada palmo del escenario. Sin duda, hablamos de un título que sabe compensar sus faltas con estilo propio, amor por el medio y la gran capacidad de sacar una sonrisa a quien se ponga a sus mandos. Y eso es algo que difícilmente olvidaremos.