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Análisis de 'Need for Speed: Hot Pursuit Remastered' para PS4, buen remaster y mejor juego

Analizamos este nuevo remaster de Electronic Arts. Un juego que, 10 años después de su lanzamiento original, sigue resultando igual de divertido. Pero ahora, también es más bonito y rápido.

Por Oriol Vall-llovera 26 de Noviembre 2020 | 11:30

Cuando hablamos de Criterion Games, no sería de extrañar que más de un lector se pusiera de pie y aplaudiera. No en vano, estamos hablando de los creadores de la mítica saga Burnout. Y también de los desarrolladores de aquel espectacular y original Black (PS2 y Xbox). Todos sus juegos destacan por ser visualmente impecables, por ofrecer físicas muy trabajadas, y por resultar muy arcades y directos. Por eso, que Electronic Arts les permitiera encargarse de una entrega de una saga tan importante como 'Need for Speed' no podía ser otra cosa que una buena noticia.

Con mucho "Criterion"

Sin embargo, no se puede vivir solo del pasado. Una vez aceptado el reto, el equipo de desarrollo tenía que demostrar que estaba plenamente capacitado para respetar el legado de la saga y aportar todo aquello que les había hecho famosos. El resultado final fue 'Need for Speed: Hot Pursuit', un videojuego que llegó a PS3, Xbox 360 y PC en 2010 y el cual dejó maravillado a todo el mundo.

De alguna forma, estábamos ante un título que reunía en un solo producto las virtudes de 'NFS' y las de 'Burnout'. Algo lógico, por otra parte, teniendo en cuenta que ambos comparten muchos de sus puntos clave. Sin ir más lejos, la apuesta por la conducción más veloz y arcade, o ese gusto por las bandas sonoras licenciadas (no siempre fue así en 'Burnout') y el tuning. Y todo sin olvidarnos de las persecuciones entre coches y policía. En el caso de 'Hot Pursuit' se mezcló todo eso con algunos elementos típicos de 'Burnout' como los Takedown (aunque aquí no sean exactamente lo mismo ni se llamen igual), y otros elementos totalmente nuevos. Estos últimos, siguen siendo muy originales hoy en día, 10 años después.

Una apuesta diferente y variada

De hecho, ya en su día se trató de un juego de coches bastante original. Criterion Games venía de lanzar al mercado 'Burnout Paradise'. Y era un juego que abandonaba la estructura de misiones para apostar por un juego de mundo abierto (igualmente directo y arcade). Sin embargo, este 'Need for Speed: Hot Pursuit' se convirtió en un híbrido bastante curioso. Por un lado, el juego nos permitía recorrer los niveles libremente; por otro, en realidad estaba pensado para realizar misiones que transcurrían en un tramo concreto de las diferentes pistas.

En definitiva, nos ofrecía una mezcla equilibrada que nunca se hacía pesada. De hecho, el juego se esforzaba constantemente para ofrecernos misiones completamente distintas entre sí, de modo que el modo campaña siempre se sentía como una progresión constante. Como en todo juego de carreras, la misión principal solía ser llegar el primero a la meta. Pero en 'Hot Pursuit' también teníamos misiones que consistían en carreras a contrarreloj, en llegar a la meta sin dañar mucho el coche, en hacer "Takedowns" a los rivales, o incluso en perseguir a delincuentes o en huir de la policía.

Trampas que "enganchan"

Era justamente en esas misiones de "delincuente y poli" donde 'Hot Pursuit' marcaba la diferencia. Porque introducían una serie de "gadgets" muy espectaculares que parecían más propios de una película de acción que de un arcade de conducción, pero que estaban realmente bien integradas en la jugabilidad. Se trataba de diferentes "armas" y "trampas" que la policía podía usar para facilitar la detención del delincuente. Vehículo al que, de hecho, debíamos destrozar a base de golpes y destrucción. Todas esas armas se iban desbloqueando poco a poco en la historia, pero también estaban presentes en el modo multijugador, lo que resultaba un pique bastante interesante con amigos.

Teníamos desde las bandas de clavos, que se ponían por delante del coche rival para intentar pincharle las ruedas, hasta las barreras de coches policía para obstaculizar el paso, o incluso la letal arma PEM (Pulso ElectroMagnetico), que era una especie de disparo eléctrico guiado que en caso de golpear al rival, podía ralentizarlo al mismo tiempo que evitaba que pudiera usar sus armas. Al final, tanto si jugabas contra la IA como si lo hacías en el multijugador, la diversión y el factor sorpresa siempre estaban garantizados.

Velocidad de escándalo

Finalmente, ese cóctel explosivo se aprovechaba de otras virtudes como licencias de coches espectaculares, una banda sonora también licenciada y, sobre todo, una sensación de velocidad realmente lograda. Todo, en un entorno visual muy chulo, con carreteras perdidas por escenarios gigantescos y muy alejados de esos entornos tan urbanos y llenos de tráfico habituales en la saga 'Burnout'. En definitiva, la mezcla era muy atractiva.

Pero... ¿y qué pasa con este remaster que ahora ha llegado a PS4, Xbox One, PC y Nintendo Switch? Muy simple: el juego base no solo ha aguantado el paso de los años, sino que además, por su naturaleza, sigue ofreciendo un producto original, muy divertido y accesible, diez años después. Solo que, en esta ocasión, todo se ve mejor y funciona mejor. Y es aquí donde, como ocurre en muchas ocasiones, habrá dos varas de medir completamente distintas. Por un lado, aquella que nos obliga a contaros que, como remaster, es demasiado simple y poco ambicioso (no hay novedades fuera de lo técnico). Por otro lado, aquella vara objetiva que nos dice que este remaster es la mejor forma de disfrutar de un juego que fue muy bueno y que lo sigue siendo. Además, esta edición incluye todo el DLC que llegó al original en su día.

Modo rendimiento o más resolución

Igual que muchos juegos de la nueva generación de consolas, este 'Need for Speed: Hot Pursuit Remastered' nos permite elegir entre una tasa de frames superior (ahora podemos pasar de 30 a 60) o una resolución 4K. Lamentablemente, no es posible disfrutar de ambas cosas al mismo tiempo, ni siquiera en PS5 y Xbox Series X. Nosotros lo hemos probado en PlayStation 5 (porque hemos analizado la versión de PS4) y lo que sí os podemos decir es que vale mucho la pena. ¿El motivo? Los tiempos de carga de esta remasterización no están a la altura en la generación de PlayStation 4, pero mejoran considerablemente en la nueva consola de Sony. Y es un incentivo más para hacerse con el remaster si ya disfrutasteis del juego en su día.

En un juego de coches es muy importante la velocidad y la verdad es que este cambio es bastante interesante, ya que acaba afectando a la jugabilidad. Por otra parte, el remaster sí incluye una pequeña novedad: que es un modo foto algo mejorado. Y la verdad es que se pueden sacar algunas capturas que son verdaderamente preciosas. De hecho, técnicamente estamos hablando de un juego muy potente. E incluso nos atrevemos a decir que ha aguantado bien el paso de los años en aspectos como el daño que sufren los coches o las texturas.

Multijugador algo desfasado

El modo online de 'Hot Pursuit' también era una de los mayores incentivos del juego original. Y aunque el Autolog sigue siendo bastante original en su concepto, ya no sorprende tanto hoy en día. Se trata de un sistema que permite el juego cruzado entre diferentes versiones del título, ya que es una especie de lugar de encuentro en el que podemos desafiar a otros jugadores. En cualquier caso, no acaba siendo estrictamente necesario entrar en él para tener una experiencia de juego satisfactoria durante muchas horas de juego. En otras palabras, estamos ante un título con una gran rejugabilidad (sacarlo todo en oro no es fácil) y un modo campaña bastante largo y variado.

En definitiva, aunque 'Need for Speed: Hot Pursuit Remastered' no reinventa nada y tampoco es el mejor juego de coches del mercado, es uno de los mayores exponentes de la conducción arcade de los últimos años. Si te gusta 'Need for Speed', no te defraudará. Y si te gusta 'Burnout', no solo encontrarás nitro y "Takedowns', sino que su propuesta tan arcade te enamorará. También acompañan su doblaje al castellano, a veces muy cinematográfico, y la sensación de que es muy fácil de aprender pero muy difícil de dominar. Como remaster es muy poco ambicioso, pero sí aporta una versión mucho más pulida y estéticamente impecable. Si nunca lo jugaste, es una compra imprescindible. Si ya lo tuviste, no encontrarás muchos alicientes para volver a pasar por caja. Si lo puedes jugar en PS5 o Xbox Series X, la reducción en los tiempos de carga es bastante significativa.