RECORRIENDO TOKIO

Análisis de 'Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020', para Nintendo Switch, empieza el juego

Analizamos la última entrega deportiva más loca, 'Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020' con la que tenemos momentos de lo más entretenidos solos o en compañía.

Por Sandra García 23 de Noviembre 2019 | 18:00

Ya es una realidad: el erizo azul más rápido del mundo de los videojuegos y el fontanero más famoso, han llegado para enfrentarse de nuevo por hacerse por el primer puesto en los Juegos Olímpicos. La primera vez que se reunieron en esta colaboración fue ya hace más de diez años en los Juegos Olímpicos de Pekín, y desde entonces ni Mario ni Sonic pueden perderse esta fecha tan señalada en el calendario.

En este encuentro tan esperado, no solo veremos a Sonic y Mario en plena competición, otras caras conocidas tanto de Nintendo como de Sega también aparecen para ayudar a los protagonistas de esta aventura. Todos ellos están listos para enfrentarse en una gran multitud de deportes y conseguir alzarse con la victoria en tiempo record. ¿Todo listo para conseguir el oro en 'Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020'?

Un viaje en el tiempo

Lo primero que sorprende de esta última entrega es la inclusión de un modo historia bastante simplificado pero bonito. Todo empieza con una vieja consola con la que Dr Eggman y Bowser querían tenderles una trampa a Mario y Sonic, pero la cosa no salió como esperaban y finalmente los cuatro acaban atrapados en el pasado. Concretamente en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Así que quedan inmersos en unos juegos un poco distintos a lo esperado, haciendo gala de un clásico estilo de 8 y 16 bits. En general, por desgracia, este modo, se queda corto tanto en tiempo como en posibilidades.

Mientras que Mario y compañía están atrapados en el pasado, Luigi, Tails y el resto de amigos están en el presente intentando sacarlos de esa antigua videoconsola. De esta manera alternan el estilo clásico y lleno de deportes más simplificados con unos gráficos 3D más estilizados y coloridos que se aúnan a unos juegos más animados, aunque igual de sencillos en su mayoría. Algo interesante es ver la evolución de los juegos y las diferencias de como los veíamos antes y el paso gigante que han dado. Aquí entramos en el principal problema del modo historia de este juego: los diálogos y la puesta en escena.

Este modo tenía un gran potencial pero sus diálogos parecen orientados a un público muy infantil, dejando fuera cualquier complejidad o emoción entre sus líneas. Las mecánicas además se van repitiendo, apuntando a una recursividad total. Todo se basa en ir a buscar a un personaje que se acaba de ir o que está en medio de una competición. Eso sí, los mapas aunque mantienen ese aire simple, resultan ser una manera entretenida de conocer un poco más la ciudad. Incluso han añadido algunas curiosidades tanto de los deportes como de los lugares que visitamos. Este punto, aunque interesante, se queda lejos de cumplir las expectativas ya que no han encontrado la manera de hacerlo parte del propio juego, se queda apartado a un lado.

En la variedad está el gusto

Algunos de los deportes incluidos en esta aventura, los podremos desbloquear tan solo en el Modo Historia. Estos resultan más originales como por ejemplo correr más deprisa que el tren bala o escalar por la torre de Tokio. Ninguno de ellos tiene una gran complejidad, pero incluso en el caso de que así sea, no pasa nada, podemos saltarnos aquella actividad que se nos resiste sin ningún tipo de problema. En ese mismo modo, los personajes los iremos desbloqueando poco a poco cada vez que nos topamos con ellos después de perseguirlos por el mapa.

Ahora bien, la partida rápida es otra historia. Tendremos todos los personajes desbloqueados desde el minuto cero, al igual que todos los minijuegos disponibles. No hay ningún reto para conseguirlos y va totalmente separado del Modo Historia. Un punto con sentimientos encontrados, ya que aunque podamos disfrutar desde el principio de unos pocos minutos de diversión sin tener que repasar la historia, hace que sea fácil cansarse de él al no tener ningún objetivo definido.

El resto de juegos es bastante variado y con deportes muy originales. Algunos de ellos son surf, tiro con arco, hípica o el clásico fútbol. También cuenta con actividades un poco diferentes y fuera de lo habitual que son los deportes fantasía. Estos se alejan mucho de lo que es un deporte olímpico pero resultan muy entretenidos para una partida entre amigos en cualquier momento. Por otro lado tenemos los de Tokio 1964, que son muchos menos, cuentan con diez deportes frente a los veintiuno del modo normal, más tres de fantasía. Los personajes también cambian en función del modo, ya que en los retro no contamos con tanta variedad, mientras que en el modo principal tenemos a veinte en total de ambas compañías, cada uno con una serie de habilidades a tener en cuenta en cada actividad seleccionada.

Aventuras sin freno

Ahora bien, cuando hablamos de como jugar a cada una de estas actividades, la cosa se complica. Para empezar, existen varios niveles de dificultad, aunque ni el más difícil supone un gran reto. Referente a la manera de jugar, tenemos tres, por un lado con el control de movimiento, muy al estilo de 'Wii Sports', pero también con un mando o utilizando ambos Joy-Con. En función del tipo de juego podremos usar unos u otros, aunque siempre seleccionando la opción que más nos guste.

Es cierto que hacer solo uso de los botones se queda corto y sin duda no es lo esperado, pero en algunos casos parece ser la única opción posible. El juego pide a gritos poder hacer uso del sensor de movimiento de los joy-con, pero dicho control en los juegos donde requiere más precisión se hace casi imposible. Al menos en los primeros intentos, hasta que consigues entender cómo hacer que funcione. Un claro ejemplo es al intentar hacer tiro con arco, se puede, pero no va tan fluido como debería. El uso de los botones es mucho más sencillo aunque le resta un poco de dinamismo a cada juego.

Por otro lado, cabe destacar que los minijuegos son demasiado cortos. Apenas duran un minuto o dos en el mejor de los casos, lo cual hace que sea muy escaso pero también ideal para jugar en compañía en una reunión de amigos, las risas están aseguradas. Para ello podemos disfrutar del modo multijugador en la misma consola, en modo local con otras o también el modo en línea si tenemos la suscripción online.

Momentos de risas y diversión

'Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020' cuenta con marcadas luces y sombras: los problemas con las funciones de movimiento o la escasa dificultad sumado a la simpleza del modo historia, hacen que parezca una aventura destinada únicamente a un público con poca experiencia. Pese a poder seleccionar los niveles de dificultad, sigue cojeando en ese sentido. El reto es casi nulo en todo momento y la historia queda lejos de ser interesante y entretenida.

Pero al fin y al cabo, 'Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020' es una aventura orientada totalmente a disfrutar en compañía. Las risas y la diversión no pueden faltar si nos acompañan Mario, Sonic y compañía. Además el hecho de tener una amplia variedad de deportes y la original incorporación de algunos juegos retro, hacen que sea aún más entretenido. No nos podemos resistir fácilmente a este colorido mundo con unos personajes tan carismáticos como entretenidos.