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Análisis 'Animal Crossing: Pocket Camp' para iOS y Android, el encanto en tu bolsillo

Análisis de 'Animal Crossing: Pocket Camp', la llegada a smartphones iOS y Android de la popular franquicia de simulación social de Nintendo.

Por Juan José Cintas Márquez 23 de Noviembre 2017 | 23:55

'Animal Crossing' está a tan solo unos meses de cumplir su décimo aniversario, siendo por tanto una de las propiedades intelectuales relativamente más jóvenes de Nintendo. Su estreno con 'Animal Forest' para Nintendo 64 tuvo lugar poco más de un año después del tremendo éxito internacional alcanzado por Maxis con 'Los Sims', uno de los referentes en la simulación social que, sin ser el primero en definir el género -ahí tenemos a 'Little Computer People', entre otros-, logró generar una importante demanda por este tipo de juegos. El colorido título de Nintendo apareció en el momento y lugar precisos, y debido a ello logró ganarse el corazón de aquellos que, movidos por esta nueva tendencia, buscaban alternativas en el género.

Si bien el juego original para la consola de 64 bits no pudo despegar con mucho éxito, la versión mejorada que salió meses más tarde en GameCube logró hacerse un hueco en la lista de nuevas IP de éxito al ganarse la admiración y aprecio de más de 3 millones de jugadores de Europa, Estados Unidos y Japón. De este modo la compañía de Kioto nos arrastró hacia la agradable y gratificante experiencia de convivir en un pueblo habitado por animales antropomorfos mientras conversamos con ellos, nos ganamos su amistad, realizamos diversas tareas de coleccionismo y ayudamos a mejorar aquel paraje natural. Una experiencia que hoy en día ha de hacer frente a las nuevas tendencias y adaptarse a ellas para conservar tanto a su público más fiel como a los nuevos usuarios potenciales.

Para satisfacer parte de la demanda de las nuevas generaciones, Nintendo se ha aventurado en el mercado de los teléfonos móviles. Actualmente podemos disfrutar de juegos como 'Super Mario Run' o 'Fire Emblem Heroes', mientras que The Pokémon Company y NHN nadan en dinero con 'Pokémon Go', la aplicación de realidad aumentada basada en Pokémon, una propiedad third party fuertemente asociada a las consolas de la Gran N. Ahora, con 'Animal Crossing: Pocket Camp' ya disponible de manera gratuita en iOS y Android, Nintendo va un paso más allá a la hora de adaptar su propia versión del género al formato móvil. ¿Lo habrá conseguido?

Un juego honesto

Satoru Iwata fue una figura clave para el desembarco de Nintendo en smartphones, un mercado ante el cual se habían resistido durante años, puede que por tradición, puede que porque prefirieron pisar sobre seguro mientras podían ante el miedo de lo desconocido. Sin embargo, la deriva de la compañía en los últimos años, especialmente tras los resultados con Wii U, le empujaron a aliarse con el gigante japonés DeNA para dar el salto a una plataforma por descubrir pero que puede aportar grandes beneficios a la compañía japonesa. Iwata, consciente de las malas artes que predominan en las apps para smartphones, y movido por su habitual honestidad ante los jugadores, estableció que los nuevos juegos de bolsillo de la compañía no iban a llamarse free to play, sino free to start, una definición que va más allá de lo superficial para establecer una filosofía donde se evita el abuso o alienación del jugador, procurando proteger a aquellos más jóvenes e impulsivos.

'Animal Crossing: Pocket Camp' mantiene una pequeña dosis del concepto original de la franquicia y se adentra en este modelo de negocio. Es un juego donde no existe la necesidad de competir o destacar que sí está presente en la mayoría de free to play y toda acción sitúa al jugador que acaba de empezar en las mismas condiciones y frente a las mismas posibilidades que aquel que lleve unos meses de juego. Es cierto que existen micropagos por todos lados -redes de pesca, savia para atraer bichos, expediciones en la Cantera Apalazos- que requieren el uso de billetes hoja, una moneda que se obtiene gastando dinero real -o bien cumpliendo misiones-, pero en ningún momento se priva al jugador de conseguir por vías alternativas todo aquello que proporcionan estos artículos. Tan solo hace falta invertir unos minutos -a lo sumo una hora- más que con estos objetos. El uso de estos micropagos tampoco es goloso, ya que las misiones o retos que tanto el juego como Canela te plantean a diario son presentados de manera mucho más atractiva. Estos retos premian al jugador con una cantidad importante de materiales o billetes hoja que hace que los micropagos queden totalmente tapados y se conviertan en una mera anécdota que en mi caso he utilizado para agradecer el trabajo que la compañía ha realizado en el juego.

Las limitaciones del formato móvil

Sin embargo el modelo free to start afecta de sobremanera al ritmo del juego, algo que por otra parte es lógico ya que hablamos de una experiencia diferente a la que se ofrece en consolas. No obstante, no es algo que omita el propio nombre del juego, ya que 'Animal Crossing: Pocket Camp 'es al fin y al cabo una experiencia de bolsillo mientras esperamos a la llegada del nuevo Animal Crossing para Nintendo Switch. Muchas de las funciones se ven limitadas: no podremos recorrer grandes superficies, no hay árboles que talar ni plantas que regar -aunque los rumores hablan del futuro acceso a un jardín-, tampoco una zona comercial que visitar -sí tenemos en cambio un par de puestos que van rotando su contenido-. En nuestra labor como gerentes de un campamento al aire libre nos limitamos a realizar las tareas vitales de la franquicia: conocer animales, forjar con ellos una amistad duradera, cumplir recados para ellos, mejorar el espacio donde el protagonista reside a la vez que se amplían las habitaciones de la caravana y tareas básicas de colección, compra, pesca y recolección.

Una de las novedades más interesantes que 'Animal Crossing: Pocket Camp' trae a la franquicia es el sistema de recolección de materiales para después poder fabricar muebles de un catálogo en constante crecimiento. Al y Paca se prestarán encantados a atender nuestras peticiones mobiliarias siempre y cuando les llevemos los materiales requeridos para su construcción y contemos con la cantidad de bayas necesarias. Dependiendo del artículo encargado llevará más o menos tiempo, y no se limita a simple decoración, también podremos encargar estructuras e instalaciones como pueden ser tiendas de campaña, tiovivos, espacios urbanos para tocar la guitarra, skate parks, etcétera. Esto atraerá a los animales del juego y aumentará el nivel máximo de aquellos residentes de nuestro campamento, pudiendo así tener acceso a artículos más exclusivos. Es una especie de círculo de la vida remodelado donde unas acciones llevan a otras: contentar a un animal con un mobiliario concreto hará que se convierta en residente del campamento, ello nos permitirá atender más de cerca sus peticiones, lo cual a su vez nos empujará a realizar construcciones que sean de su interés y a cambio se nos abrirá las puertas a artículos exclusivos. Y mientras tanto, nuestro personaje sube de nivel.

Antes de convertirse en residentes del campamento, los animales visitan libremente los diferentes espacios naturales que hay disponibles, y es allí donde en principio se han de atender sus peticiones mientras sube de nivel la amistad forjada con el aldeano. Su aparición es arbitraria y rotatoria, siendo renovada la plantilla cada 3 horas. En cada uno de estos espacios es donde se realizan las tareas de pesca, caza de bichos y recolección de frutas, siendo muy discreta la cantidad de cada una de las piezas a capturar. Esto resiente la variedad y constante frescura que aportan los juegos principales, pero por otra parte es consecuencia razonable de la limitación de acciones a realizar en la app.

Amigos por conveniencia

La parte social del juego viene provista de la visita de los NPCs que representan a jugadores de todo el mundo. En cada una de las pequeñas zonas que podemos visitar en el mapa del juego se esconde uno de estos NPCs, a los que podremos comprar artículos en su rastrillo particular y enviar solicitudes de amistad. Una vez están apuntados en nuestra agenda, podemos visitarles, cotillear la decoración de su campamento y caravana, felicitarles y ayudarles en la Cantera Apalazos para evitar el uso de billetes hoja. Por desgracia, el que debería ser uno de los puntos fuertes del juego se queda a medio gas al no haber sido aprovechado lo suficiente. La escasez de interacciones a realizar con estas amistades las convierte en amigos por necesidad y conveniencia, no por gusto: tan solo los utilizaremos para asegurarnos de que así nos presten su ayuda en la Cantera Apalazos y felicitarles para cumplir con los retos diarios. No hay más utilidad que esa, ya que si sabemos gestionar adecuadamente nuestro inventario tampoco dependeremos del rastrillo. Me pregunto por qué Nintendo, siendo experta en motivar con pequeños incentivos la exploración, no ha añadido la posibilidad de encargar artículos que veamos en el campamento o caravana de nuestros amigos para así invitarnos a disfrutar de las decoraciones que hayan podido realizar, o incluso funciones y propuestas como puedan ser los intercambios.

La interfaz que muestra el listado de amigos tampoco es llamativa. Quienes vayan al grano y no suelan revisar todo el historial de amistades dejarán pasar por alto muchas de las solicitudes de la Cantera Apalazos debido a que las actualizaciones de estos contactos da prioridad a las personas que se hayan conectado recientemente, tapando fácilmente a las que lleven unas horas sin entrar a la app. Una solución para dar mayor visibilidad a estas solicitudes habría sido crear un apartado exclusivo para las mismas.

Divertido a pesar de todo

Cada juego principal de la franquicia Animal Crossing es un agradecido matahoras, formando parte de esa lista de títulos y propiedaddes que desde la sencillez de su concepto aportan un entretenimiento basado en acciones que no requieren de ejercer ningún tipo de violencia o acción enérgica. La paz y serenidad que aportan, salvo cuando alguien decide patear las flores de tu pueblo, son virtudes que no logro apreciar en Pocket Camp, ya que la app nos empuja a subir de nivel para desbloquear cada vez más espacio y artículos a fabricar. Seguramente porque aquí se fuerza a jugar partidas de manera breve e intermitente. No empleamos unas horas diarias y continuas en realizar diversas tareas, sino que cada X horas volveremos para cumplir siempre la misma rutina de siempre. No por ello deja de ser un juego entretenido, pero sí que se pierde parte del encanto surgido a raíz del libre albedrío que permiten las entregas principales. Lo infinito se reduce en algo muy finito y que nos llevará a adoptar comportamientos mecánicos y rutinarios mientras nos esforzamos por compartir en grupos y redes sociales el fruto en forma de mueble o ropa de nuestra intermitente dedicación a la aplicación.

Finalmente, apartado gráfico y musical cumplen con lo que se espera de un Animal Crossing. El color, el carisma y los pequeños detalles pueblan todos y cada uno de los diminutos escenarios del juego mientras se acompañan de melodías familiares que entonan esa atmósfera de bienvenida a un lugar de tranquilidad y armonía. Conoceremos a nuevos personajes y veremos regresar a otras tantas criaturas de anteriores entregas, manteniendo ese diseño sencillo y característico que ha permanecido casi inalterado durante esta década aproximada.

Conclusión

'Animal Crossing: Pocket Camp' es un placebo que los fans de la franquicia agradecerán mientras esperan al plato fuerte: el juego para Nintendo Switch. Su formato free to start resta parte del encanto característico de la franquicia y hace que las partidas sean mucho más mecánicas y rutinarias, sin embargo ello no quita que siga siendo divertido. Es una experiencia prácticamente en solitario que no termina de explotar del todo su apartado social, pero que sin lugar a dudas destaca en el amplio abanico de juegos de comienzo gratuitos que existen para iOS y Android.