El 27 de Junio 2017 | 13:14
Nintendo es la compañía que más sentimientos encontrados me provoca. La amo y odio a partes iguales, y lo que es más irónico, en muchas ocasiones por el mismo hecho, como es el anuncio en este caso de SNES Classic Mini. La amo por anunciar una pequeña versión de la consola que más he apreciado nunca, pero también la odio por vender una carcasa de plástico a un precio nada módico de 80 euros. También la amo por dar la oportunidad de revisitar o descubrir 20 juegazos increibles, pero a su vez la odio por vender roms disfrutables en cualquier PC a precio de oro.
Amo a Nintendo también por lanzar al mercado una pequeña pieza de coleccionista con la que pasar ratos divertidísimos, pero odio que pasados 5 meses -o menos- de su lanzamiento, se vuelva a convertir en objeto de especulación previo consentimiento deliberado de la propia compañía. Y finalmente, me encanta que este E3 me vendiera definitivamente una Nintendo Switch, pero odio que Nintendo anuncie una pequeña consola que deseo por sus cosas buenas y detesto por sus cosas malas por igual. Una parte de mi dice "Reserva esta maravilla ya", pero otra dice "no seas partícipe de esta política sacacuartos y especuladora". Así que.. ¿qué narices hago?
Super Nintendo fue -es- una consola con un catálogo tan grande y repleto de grandes títulos que muy mal se le tenía que haber dado a Nintendo no haber anunciado SNES Classic Mini sin una lista que hubiera contentado prácticamente a todo el mundo. Cada uno puede considerar que faltan o sobran algunos juegos de entre esos 20 + 1 anunciados, pero es irrefutable que todos y cada uno de ellos son joyas imprescindibles de la historia del videojuego. Desde las franquicias conocidas como 'F-Zero', 'Zelda' o el mejor plataformas en 2D de la historia, 'Super Mario World', a títulos third party, que por entonces se mataban por aparecer en las consolas de Nintendo, como 'Super Castlevania IV' o 'Super Ghouls N Ghosts', pasando por el mayor vendeconsolas de todos los tiempos, 'Street Fighter II', en su versión Turbo. Nintendo podría haber elegido otros 20 juegos diferentes y habría acertado igualmente.
Hasta aquí la parte buena, pero inevitablemente llegará un momento en que comencemos a verla en eBay y otros portales similares a precios totalmente desorbitados. Lamentablemente será un precio de mercado, porque la demanda seguirá siento terrible y la oferta nula, ya que esta vez Nintendo no sorprende y avisa antes de tiempo: al cabo de unos meses, se terminará con la distribución de la consola. Lo que me cuesta entender es por qué Nintendo deja de fabricar un producto con unos costes mínimos y que produce un beneficio máximo, pero eso es algo que solo ellos saben. ¿Realmente a Nintendo le beneficia que muchos de sus productos sean objeto de la especulación? ¿Es preferible esto que ganar dinero a mansalva? Hay algo que se me escapa, pero Nintendo es tan difícil de entender...