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El juego en Streaming: Pros y Contras

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El juego en Streaming: Pros y Contras

Fco Javier Castro Por Fco Javier Castro

El 29 de Septiembre 2019 | 14:50

Es el futuro, y por ello debemos analizar qué beneficios y desventajas traerá esta nueva manera de jugar a los videojuegos.

Hace no mucho os hablé de dónde procedía la idea del juego en streaming; la necesidad y la razón de ser de su existencia y cómo su semilla está siendo germinada, regada y cuidada para que acabe siendo el estándar del futuro. En esta ocasión quiero analizar los pros y los contras de un sistema que a todas luces tiene tantos beneficios como puntos negativos para los usuarios.

Antes de empezar quiero puntualizar algo que las distribuidoras suelen ofrecer siempre con la letra pequeña, y es que cuando adquirimos un juego, lo que en realidad estamos comprando con nuestro dinero no es un producto, o el producto en sí, si no una licencia de uso. Hecha la ley hecha la trampa. Os pongo un ejemplo para que lo entendáis mejor: es como si de pronto una compañía de coches dijera que cuando desembolsamos nuestro dinero en su vehículo, lo que estamos pagando es el derecho a conducirlo. De esta manera, se pierde los derechos a revenderlo porque no es un bien nuestro. En el caso de los videojuegos, el control sobre lo físico es total para el usuario porque la compañía no va a enviar a un agente a casa de cada consumidor que decida revender el disco que contiene la licencia del juego. Pero en formato digital es muy distinto y cómo podemos observar no hay tiendas internas dentro de las diferentes stores donde se pueda vender esa licencia una vez se ha canjeado el código o pagado directamente con una tarjeta de débito. Desde Europa se ha guerreado largo y tendido para lograr este derecho, pero las compañías juegan con el léxico para obviar las obligaciones que tienen con para los usuarios.

Streaming

Ahora bien, si una copia de un juego no es una copia, entonces lo que poseemos dentro de nuestro disco duro no es un bien nuestro, luego, en cualquier momento la distribuidora podría bajar persianas, cerrar el chiringuito y dejarnos colgados. Hasta la fecha, al menos, la ley nos ampara y las compañías están obligadas a dar soporte a esa licencia. Pero, al día a día me remito, las leyes se cambian constantemente y en cualquier día de cualquier mes del año que sea, eso puede cambiar.

Quiero llevarme ese escenario al juego en streaming, donde el soporte es ofrecido a distancia y en teoría en el futuro bastaría con un simple mando y un aparato capaz de conectarse a Internet, ahorrando así el desembolso del hardware que da soporte físico a los videojuegos: las videoconsolas. Si pasamos por alto los servicios como puedan ser el Game Pass, el EA Access o el PS Now, que al fin y al cabo no son más que un sistema de alquileres, la compra de software digital para jugarlo en Streaming es aire y humo.

Pros:

La ventaja de la reproducción en streaming es bastante evidente: de esta manera nos ahorramos el coste del aparato físico que reproduzca la licencia, la videoconsola, porque el hardware que la misma compañía aporta para jugar en la distancia además podrá estar equipado con la mejor tecnología disponible en el mercado, pudiendo además actualizarse cada X tiempo para ofrecer siempre la mejor calidad posible. De esta manera solo haría falta un perfil en la plataforma y un sistema que nos permitiera jugar con él como puede ser un Pad, un teclado y ratón o en sensores de movimiento y gafas de realidad aumentada, según sean las necesidades del juego. Es de suponer que las compañías además nos dejaran elegir esos productos al gusto del consumidor, con el tiempo, porque como se ha podido apreciar con Stadia no será así de momento.

Contras:

Es toda una obviedad: la pérdida total y absoluta que tiene el consumidor sobre el producto, que en realidad es una licencia. A día de hoy, con la compra digital adquieres una licencia que puedes almacenar en tu disco duro y que puedes transportar y jugar en cualquier lugar. Con el streaming, no solo te verías obligado a tener Internet, también perderías el derecho (ficticio hoy en día) de revender el producto para recuperar parte del dinero invertido. Por supuesto para disfrutar de una buena calidad es necesario tener un bando de ancha bastante generoso, aunque supongo que eso no supondrá un problema en el futuro.

Con el tiempo estoy convencido que descubriremos otros puntos positivos y negativos, una vez estemos en materia. Pero hoy, esos son los puntos más importantes por destacar. Como ya dije la otra ocasión, solo nos queda saber cuándo llegara este sistema, porque, queramos o no, es el futuro.

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