¿Un mando de Nintendo 64 para lanzar un cohete? Claro que sí

IMAGINACIÓN SIN LÍMITES

Por Sergio Carlos González Sanz

El 29 de Septiembre 2015 | 14:16

Nada es imposible, y por algún motivo a este fan de Nintendo 64 se le ocurrió coger uno de sus mandos, modificarlo, y lanzar un cohete. Así.

La imaginación es el límite de nuestra raza, es evidente. Si acaso tienes una Nintendo 64 y no sabes qué hacer con uno de los múltiples mandos que quizá estén cogiendo polvo en tu armario, quizá este proyecto geek te haga inspirarte a hacer algo tan ingenioso y curioso como lo que ha hecho este usuario de YouTube, quien ha convertido su N64 Controller en un verdadero y demostrado lanzador de cohetes. ¿Por qué? No lo sabemos, pero el resultado habla por sí solo y queremos contároslo.

Aleatoriedad es su lema

En primer lugar, pongámosle nombre y apellidos al autor de esta hazaña: Gran Thompson. Le llaman The King Random, y creo que ahora entiendo el porqué. Su intención era clara, quería darle una nueva utilidad a su mando amarillo de la mítica consola de Nintendo, la primera que nos hizo pasar las tardes en casa en completas tres dimensiones. Se le ocurrió una manera para tener un mando de consola capaz de servir como control remoto para cosas como un pequeño cohete, así que se decidió por esta máquina por la estructura interna del controlador, que es precitamente hueco en todas sus agarraderas y eso le iba a dar mucha cobertura a la hora de introducir todos los componentes.

Asegura haberse gastado muy poco dinero en hacerlo posible. El botón A es el que actúa de iniciador para prender la salida del cohete, mientras que el botón Z conecta la batería de 9 voltios (alojada en el lugar correspondiente al Rumble Pack) con el resto de componentes.

Esto no es todo, porque el mando se puede comprar por 25 dólares, aunque no sé a quién podrá interesarle hacerse con algo así. En cualquier caso, en el vídeo se cuenta tanto la historia como el proceso, paso a paso, para que esto sea hoy posible. El mundo del videojuego se vuelve a extrapolar una vez más con algo que no tiene nada que ver con él y que, además, es útil.

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