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Blizzard, su lado más oscuro y sus ramificaciones en el videojuego

DE VERGÜENZA EN VERGÜENZA

Blizzard, su lado más oscuro y sus ramificaciones en el videojuego

Por Sergio Mediavilla

El 23 de Febrero 2022 | 10:00

La compañía arrastra ya una buena lista de acusaciones de toda índole que le han llevado a ganarse una imagen totalmente negativa que también empieza a afectar a sus principales proyectos.

El año 2021 ha sido un "año horribilis" para Blizzard. De eso creo que ya no nos cabe duda a ninguno de los que hemos asistido a como, sobre todo en los últimos meses, la que anteriormente fuese una de las compañías más queridas por los usuarios gracias a franquicias como 'Warcraft' u 'Overwatch', desgastaba su imagen pública a ritmo de polémica tras polémica. Ha sido el ejemplo perfecto de que, si algo se puede hacer mal, habrá personas dispuestas a hacerlo, y por la puerta grande, con cargos de especial responsabilidad dentro de la compañía, que mientras tanto vendía una imagen que no se correspondía con lo que estaba pasando entre sus filas.

Hemos asistido a polémicas que han ido desde lo "meramente" económico, con Bobby Kotick obteniendo unas bonificaciones desorbitadas en la mano izquierda mientras que con la derecha firmaba el adiós a más de 140 miembros de la plantilla. Eso sí, en pro de la "viabilidad económica" de un estudio que, a nivel de desarrollo, tampoco atraviesa su mejor momento. 'Diablo IV' y 'OverWatch 2', anunciados ya hace algún tiempo, siguen en ese limbo del que parece que van a tardar en salir y encaminar sus pasos hacia el público, que como cierre, ha asistido en el tramo final del año a toda una ronda de declaraciones y filtraciones sobre el ambiente especialmente tóxico dentro de la propia compañía, de la que al parecer era conocedores una gran parte de la plantilla.

Dos caras de una misma moneda

En diciembre llegaba la última gota de la larga lista de vergüenzas que se han ido conociendo dentro de la compañía. En los meses de verano comenzaba a saltar todos por los aires con las primeras declaraciones de antiguos trabajadores, hasta el momento anónimos, en las que explicaban que los comportamientos sexistas, con acosos incluidos, discriminaciones entre miembros y hacia miembros de los distintos equipos y la pasividad total de los responsables imperaba en el día a día de la empresa.

Este tipo de declaraciones en los últimos años ya nos empiezan a sonar en exceso, como si viviéramos en cierto tipo de "deja-vu" en el que solo cambia el protagonista de la historia. Riot Games, Ubisoft, Quantic Dream, Bioware, etc, etc... El listado de compañías en las que se han puesto en práctica malas formas empieza a ser tan grande como los videojuegos que tenemos a nuestro alcance. La que parece ser la principal diferencia entre estos casos y Blizzard, al menos hasta lo que ha trascendido a nivel público, es que en ellas se han tomando ciertas medidas para intentar radicar la situación una vez han sido conscientes de la misma. Vamos a dar ese voto de confianza a la hora de asumir que, hasta que no ha explotado todo delante del público, ninguno de los responsables se daba por enterado de la situación.

Blizzard

Como digo, la diferencia entre ellos parece ser que en Blizzard eran conscientes de todo ello desde el primer momento y, mientras que a los usuarios se nos vendía la imagen de una compañía muy "friendly", por dentro era todo lo contrario. Hasta cierto punto entiendo que el sumarse a cualquier campaña "friendly" a nivel corporativo pesa más como estrategia de marketing que como ideales sobre los que basar un negocio. "Es el mercado amigo", que diría cierto ex político, y si me tengo que subir al último "trend", no dudes que si hay negocio, allí estaré....y para ejemplo, las últimas jugadas con los NFT, pero bueno, eso es otro tema que también daría para ríos y ríos.

A lo que iba, en diciembre llegó la primera declaración que exponía lo más oscuro y turbio de la compañía con nombre propio, Christine, que junto a su abogada, y en las puertas de la propia empresa, leía un comunicado en el que detallaba como había sido el ambiente laboral a lo largo de sus cuatro años como trabajadora de la misma, explicando que los comentarios de corte sexual sobre su cuerpo, insinuaciones y tocamientos eran la tendencia en el estudio. Aseguró que elevar sus quejas a los responsables le llevó a ser degradada dentro del equipo de trabajo, algo que ya en verano, cuando comenzaron a salir las primeras declaraciones anónimas, quedaban patentes.

Durante ese tiempo la compañía volvía a mostrar las dos caras con las que se ha movido todo este tiempo. Enviaba un comunicado reconociendo su "error" y asegurando que se tomarían ciertas medidas para evitar que estos hechos se prolongasen en el tiempo, pero a nivel interno se emitía otro en el que apuntaba directamente hacia su plantilla, que tuvo que salir a defenderse a través de otro comunicado y una huelga.

Entre medias, la marcha del que hasta entonces había sido el responsable de la división, el vicepresidente de recursos humanos o la fuga de patrocinadores de la 'Overwatch league' eran la cara más negra en cuanto a su reputación entre el público, que volvía a asistir, ya en septiembre, a como se creaba un fondo para indemnizaciones valorado en 18 millones de dólares mientras que las autoridades de Estados Unidos entraban en juego para intentar aclarar que pasaba en la compañía.

Lo ocurrido en Blizzard no es un hecho puntual y aislado si nos ceñimos a lo que hemos venido conociendo en los últimos años. Me temo que será "tema del momento" a lo largo de estos próximos meses, bien con ella o bien con nuevos actores que continúen sumándose a esta lista de la vergüenza en un sector que, en casos como este, no puede presumir de ser todo lo que muchos hablamos de él. Los últimos rumores apuntaban a que en este 2022 podríamos ser testigos de como la marca Blizzard desaparecería como consecuencia de esta mala praxis, y lo cierto es que no parece que vaya a ser así tal cuál, pero el anuncio por parte de Microsoft en estas últimas semanas, aparte de todo un bombazo dentro de la industria, se plantea como una oportunidad para lavar la imagen de la compañía y empezar de casi de cero, aunque su actual CEO, Bobby Kotick, seguirá vinculado a la compañía, como mínimo, hasta que toda la transacción finalice con la llegada del verano.

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