El 28 de Junio 2016 | 02:51
Cuando hay compañías que desgraciadamente se tienen que poner a la venta por un motivo o por otro, siempre salen varias firmas adineradas dispuestas a hacer que el talonario se interponga y domine sobre las palabras. ¿Quién da más? Cuando un estudio se tiene que vender al mejor postor todos los fans se llevan a la cabeza, pues desde ese momento pasarán a depender de lo que digan los todopoderosos, así que la libertad de acción queda ahora en entredicho.
La historia de Rare, que parecía sencilla, fue mucho más compleja de lo que parecía en un primer momento, pues no fue únicamente un fácil trato entre Nintendo y Microsoft por la cual se cedieron esos derechos a cambio de una pactada cifra, sino que hubo también por ahí ciertas terceras personas implicadas que le pusieron las cosas realmente difíciles a los de Redmond.
¿He oído diez mil?
Tal como ha comentado el señor Ed Fries en una entrevista, que recordamos es el co-creador de la consola de Microsoft original, la mítica Xbox, la compra de Rare estuvo a punto de verse chafada por la insistencia de una tercera compañía como fue Activision, quienes estuvieron muy verca de sobrepujar sobre ellos en el último instante. Sin embargo, Microsoft tuvo que arriesgar y elevó la cantidad en el último momento, lo cual les permitidó hacerse con el control total del estudio británico y tener por tanto todos los derechos para explotar a Conker, Banjo y compañía...
Algo que, por cierto, todavía estamos esperando que hagan con mucha mejor suerte que las vagas apariciones que se han podido ver a lo largo de los últimos quince años. Rare no ha dado de sí como se esperaba desde entonces precisamente porque no son los mismos; aquéllos están ahora fuera, en estudios como Playtonic Games, pero no hay que perder la esperanza con Rare.