Por El 10 de January 2025 | 17:00
Pocos esperaban el monumental éxito que Warhorse Studios nos sacó en 2018. Casi de la absoluta nada este estudio checo sorprendió a todo el mundo con un título fresco, original y atractivo como pocos otros. 'Kingdom Come: Deliverance' fue uno de los mejores juegos no sólo de su año, sino de la generación de consolas en su conjunto. La prueba está en los ocho millones de ventas que logró alcanzar y en cómo se convirtió en un modelo a seguir para siguientes juegos de rol occidentales.
La espera no ha sido corta, pero Warhorse espera repetir ese éxito con una continuación directa. Una secuela más ambiciosa si cabe que no sólo expande el mundo ya conocido de la primera parte, sino que se atreve a darle nuevos toques inesperados a su fórmula. Las primeras horas de juego nos han devuelto al momento dulce en el que salió el videojuego original y logra hacerse un hueco en el corazón de aquellos que ya amaron aquella entrega.
No hay nada como volver a 'Kingdom Come Deliverance II' y sentir que sigues descubriendo más de los genios en Warhorse Studios.
'Kingdom Come: Deliverance II'Camino a la guerra
La trama de esta secuela retoma la historia exactamente donde lo hacía la primera parte: no es necesario haber disfrutado de aquella para seguir el hilo, pero ayuda en gran medida poder comprender la posición de nuestro protagonista en el mundo. Tomamos el papel de Henry de Skalitz, un escudero valiente y joven con ganas de descubrir el mundo y ajustar cuentas pendientes con los enemigos que le atormentaron en el pasado. Eso, sin embargo, debe esperar ya que es más importante que su protegido, el noble Hans Capon, cumpla con una misión diplomática que les ha llevado hasta Trosky.
El juego deja a nuestra disposición las mecánicas tanto del original como de sus DLC, por lo que hay una pequeña curva de aprendizaje para volver a hacerse con todo. Los combates dependen por completo de la posición de nuestra espada, controlar nuestra estámina y saber controlar el entorno y al enemigo. Podemos usar a nuestro fiel acompañante Chucho para ayudarnos en nuestra labor, pero eso también significará dedicarle la suficiente atención durante la campaña. Y el equipamiento que usemos jugará a nuestro favor o en nuestra contra, por lo que debemos estar muy atentos a los menús.
En resumen, 'Kingdom Come Deliverance II' tiene un sabor añejo agradable. No sólo por su temática histórica que nos permite recorrer Bohemia a principios del siglo XV, sin magias ni trucos mentales para ello: es también que recuerda a algunos detalles de otros juegos de rol clásicos que ya no se implementan como antes. Requiere aprendizaje y adaptación por nuestra parte, y aunque resulte tedioso al principio nos recompensa durante el progreso del juego. Además, los eventos pueden tener decenas de resoluciones, afectando unas a otras y animándonos a descubrir las muchas facetas que tiene por explorar.
Donde más se nota la mejora con respecto a la primera parte es en el diálogo. Esta vez podemos recurrir a la violencia lo mínimo posible y dárnoslas de noble con lengua afilada. La mayoría de situaciones pueden controlarse con nuestro ingenio mediante respuestas inteligentes que encajen con la situación y nuestra forma de construir a Henry. Aunque, por supuesto, nuestras acciones pesarán más que nuestras palabras: de nada sirve nuestra carisma para engañar a alguien de que no habéis visto al guardia por el que preguntan si te olvidaste de enterrarlo en la misión anterior y tienes el cadáver a tu lado.
Tiene además un toque más cómico que la primera parte, con tonos jocosos y situaciones absurdas que aprovechan la ambientación, a personajes como Hans y nuestra resolución de problemas. Más que a un juego de rol 'Kingdom Come Deliverance II' se asemeja a los Inmersive Sim de PC que a día de hoy se echan en falta. A falta de terminar la experiencia completa, estamos muy contentos con lo que vemos en estas primeras horas.