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Crítica 'Legión' 2x02: Somos los únicos seres vivos que pierden la cordura

LEGIÓN

Crítica 'Legión' 2x02: Somos los únicos seres vivos que pierden la cordura

Por Maribel Baena

El 13 de Abril 2018 | 14:43

La historia avanza, y cada vez estamos más cerca de encontrar respuestas... O nuevas preguntas.

En 'Legión' es prácticamente imposible anticiparse a los acontecimientos; todo baila, gira, se mueve, avanza y retrocede con una facilidad pasmosa. En un momento nos encontramos contemplando el presente de David, y un segundo después estamos hablando con la Syd del futuro. Como espectadores hay que prestar atención en todo momento, puesto que perderse implica tener que retroceder en el episodio para volver a hilarlo todo. Es algo que ya pasaba durante la primera temporada, y que se está manteniendo también durante esta segunda.

La historia va avanzando a trompicones. Y si antes veíamos a Farouk como el mayor enemigo al que deberíamos enfrentarnos, y a Lenny como su forma física, ahora todo es distinto; ya sabemos qué rostro tiene el Rey Sombra, y qué papel juega Lenny en todo esto. Ella no es más que una joven atormentada que murió, y cuya alma (o espíritu, o esencia) quedó en manos del parásito más temible hasta el momento. Lenny ansía ser libre, mas el poder de Farouk es demasiado para ella, que no es más que otro recipiente para el Rey Sombra.

Segundo episodio de 'Legión'

En el episodio anterior ya pudimos ver cómo la Syd del futuro contactaba con David para pedirle que ayudara a Oliver y a Lenny a encontrar el cuerpo físico de Farouk. No había más explicaciones, pero David tampoco necesitaba más: era Syd la que se lo estaba pidiendo, y confía en ella hasta tal punto que no duda de su palabra. ¿El problema? Los androides, llamados Vermillion, saben que algo está sucediendo con David; saben que miente, que está ocultando cosas y que no les está poniendo nada fácil el encontrar a Oliver para acabar con él.

El protagonista trata de contactar de nuevo con la Syd del futuro, para así resolver sus dudas. Mas ella, en lugar de contestarle, le genera cada vez más y más preguntas. ¿Quién es el que acabó con la humanidad cuando el Rey Sombra murió? ¿Qué le sucederá a David en un futuro si acaba matando a Farouk? El tiempo se pliega en 'Legión', y nos deja con tantas cuestiones que es hasta difícil responderlas.

Cary y Kerry intercambian puestos

Oliver aparece en la sede, aprovechando la ausencia de David, buscando a un monje de la orden Mi-Go; se supone que todos ellos desaparecieron, mas la duda queda ahí. Solo estos monjes serían capaces de encontrar el cuerpo de Farouk, puesto que fueron ellos los que lo escondieron. Poco a poco, se van dando todas las pistas para ir viendo cómo la historia evoluciona. Ya tenemos prácticamente todos los ingredientes para conseguir una trama tan jugosa como la que ya pudimos disfrutar durante la temporada pasada.

Por otro lado, Kerry y Cary adquieren algo de protagonismo en este episodio al tener que cambiar los puestos; ahora, Kerry se queda fuera mientras Cary tiene que estar dentro. Esto no solo provoca un descontrol total en los dos, sino que además está provocando en Kerry consecuencias que parecen bastante graves. ¿Por qué su pelo se está tiñendo de blanco? ¿A qué velocidad está envejeciendo?

Cada vez hay más preguntas

Quitando la evolución en la trama, este episodio vuelve a sorprender por los aspectos técnicos que ya habíamos podido apreciar hasta ahora. No solo las imágenes tienen una calidad insuperable, sino que ahora hay un juego especial con las velocidades que hace que ciertos momentos adquieran una irrealidad aún mayor. Cuando David viaja al futuro para encontrarse con Syd, el modo en el que él se mueve hace que la escena gane a la vez irrealidad y credibilidad; se demuestra hasta qué punto el modo de grabar y de editar puede conseguir que una serie gane tanto. Además, los mensajes que la serie va introduciendo son tan interesantes como llamativos.

El personaje de Oliver está sobresaliendo en esta temporada por sus conclusiones; en este episodio, por ejemplo, rompe la cuarta pared y habla directamente con los espectadores, explicándoles que los seres humanos somos los únicos que percibimos el mundo a través de ideas. Por tanto, somos los únicos que acordamos los significados entre nosotros, los únicos que tenemos que pactar lo que significa cada cosa; y, por eso, somos los únicos que acabamos volviéndonos locos. Una reflexión que queda ahí, y que bien podría dar pie a más de una serie más.

Como siempre, el episodio acaba dejándonos la miel en los labios, preparados para una nueva parte de la historia que aún tardaremos en recibir.

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