El 6 de February 2025 | 18:30
Es difícil conseguir un juego de éxito una vez; más hacerlo dos veces seguidas. Warhorse Studios logró algo impresionante con 'Kingdom Come: Deliverance' en 2018, impresionando al mundo entero con la simple premisa de un RPG medieval sin magia, sin fantasía alguna. Un título en primera persona que contase la historia de Bohemia a la entrada del siglo XV, sin necesidad de depender de dragones imposibles o hechizos épicos.
Ese aproximamiento fue único para su momento y lo sigue siendo a día de hoy. Pocos desarrolladores se atreven con la loca idea de depender por completo de la calidad de una buena idea y no sobrecargarla de mecánicas. Y Warhorse sabía lo que estaba haciendo, porque continuó sorprendiendo con una serie de DLC que ampliaban la experiencia de juego todavía en más direcciones. Tanto que podía ser difícil cómo podía evolucionar en el futuro de la saga con un final que dejaba en el aire muchos conflictos sin resolver y tramas para seguir el hilo próximamente.
En ese término, 'Kingdom Come: Deliverance II' cumple con todo lo que su predecesor prometía. Nos trae desde el primer minuto toda la gloria jugable de la primera entrega con aquellas mecánicas añadidas en las expansiones, como la presencia y el control de nuestro propio perro. Y suma y sigue con aún más conceptos, más armas, mayores batallas y una Bohemia mucho más grande. La secuela es más y mejor en todas las direcciones.

Fin de la deplomacia
La trama de 'Kingdom Come: Deliverance II' se disfruta definitivamente mejor si has pasado por el primer juego, pero no se hace indispensable para su completo disfrute. Nos lleva directos al final de aquella entrega, de nuevo con el control de Henry de Skalice, un simple hijo de herrero que ha conseguido escalar en la sociedad hasta convertirse en escudero de un noble como pocos otros. Hans Capon no es sólo su protegido, sino también uno de los amigos más fieles que cualquier hombre o mujer podría desear en los tiempos que corren.
Esa lealtad sale a relucir al poco tiempo tras empezar la partida, pues en plena misión diplomática nuestro grupo es asaltado y Hans nos salva de una muerte segura. Está ahora en nuestra mano devolverle el favor haciendo nuestro trabajo como escudero y no sólo garantizando su seguridad, sino completar la misión original y lograr la paz en Bohemia cuando los tiempos de guerra se avecinan. El tiempo corre en nuestra contra pero no tenemos otra opción que cumplir con ello. El reino entero está en juego.
Para conseguir nuestro objetivo tendremos que recurrir a toda una gama de opciones sobre cómo abrirnos camino. El conflicto inicial ha rebajado nuestras estadísticas a nivel uno, pero con un poco de esfuerzo nuestra forma de jugar nos despejará los suficientes senderos para que todo funcione a nuestro favor. Podemos ser brutos y buscar siempre la violencia como respuesta, hacer uso de nuestra lengua afilada y embaucar a la gente, o ser nobles y un modelo a seguir intentando buscar el punto medio que haga feliz a todo el mundo en discusiones. Cada situación exige un poco por nuestra parte para leer el ambiente con éxito, eso sí.

Reino de los bohemios
Por suerte no sólo dependemos de las capacidades de Henry para cambiar el mundo. Un gran número de aliados de la primera parte está de vuelta para echar una mano, empezando por el indispensable Chucho. Sí, nuestro animal de compañía exclusivo de uno de los DLC de la primera parte está de vuelta como un elemento principal a nuestro favor para la exploración y los combates, aunque tardaremos unas horas en recuperarlo y tendremos que ganarnos su lealtad. Tú asegúrate de acariciarlo de vez en cuando.
No sólo vuelve él u otros compañeros de guerra a los que vamos a agradecer tener cerca, sino también nuestras decisiones más importantes de la primera entrega. En las primeras horas de juego definiremos cómo fue aquella partida o la moldearemos a nuestro gusto. Es nuestra oportunidad para poner énfasis en el estilo de juego que seguimos aquella vez o si encontramos el amor, así como amigos que perdimos en el camino o enemigos que dejamos pendientes. Esos conflictos regresan y buscan una resolución en la secuela, la cual quedará en gran parte en nuestras manos cómo lidiar con ello.
Con todas estas posibilidades para elegir tantas cosas estaréis pensando en la rejugabilidad del título, y hacéis bien. Como la primera entrega, volver a comenzar una partida y observar las cosas desde otra perspectiva es una idea interesante, aunque poco atractiva dada la longitud total de la aventura. Esta es una historia más larga que la primera entrega, así que calculad un mínimo de 70 horas dejando muchas de las actividades secundarias de lado. Sólo dios sabe cuánto tiempo nos llevará completar todo lo que el gigantesco mapa nos ofrece, pero tened por seguro que supera el centenar de horas.

Por un mundo más grande
Bohemia ha crecido en todos los sentidos. No es sólo por su tamaño, el cual duplica el tamaño del mapa original y se queda tan a gusto, sino por su filosofía. Ahora tenemos más clases de misiones y actividades secundarias a nuestra disposición, así como un mayor énfasis en el humor. No es un juego estrictamente dedicado a la comedia, pero cuando quiere dedicarse a ella lo hace especialmente bien. Las batallas y la guerra siguen siendo crudos y duras, pero que no amarguen las bodas y la bufonería.
Y aún quedan más cosas por descubrir en 'Kingdom Come: Deliverance II'. El pase de temporada promete un año de contenido adicional que ampliará las mecánicas de juego, añadirá nuevas misiones secundarias y nos devolverá uno de los segmentos más míticos de la primera parte animándonos a infiltrarnos en un convento para resolver un nuevo misterio. Queda saber si una tercera entrega tomará todas estas mecánicas y nos ofrecerá un juego aún más gigantesco que este: parece improbable, por no decir imposible. El segundo capítulo de esta saga parece el punto álgido que cualquier franquicia podría soñar con tener.

Conclusiones
'Kingdom Come: Deliverance II' es más y mejor de lo que ya era un juego increíble para su momento. Warhorse Studios no necesitaba sorprendernos de esta manera con una secuela de semejante tamaño, mas lo ha logrado y clava el aterrizaje con una de las mejores duologías de estas dos pasadas generaciones. En el futuro se hablará de ambos juegos como se hace de los títulos pasados de Bioware. Es objeto de leyendas y épicas difíciles de volver a replicar.
Lo mejor:
- Gigantesco mundo abierto para explorar a nuestro gusto.
- Altas dosis de humor y epicidad.
- Gran cantidad de mecánicas y sorpresas restauradas del primer juego y sus expansiones.
Lo peor:
- Recomendable pasar por el primer juego al completo antes.