ADAPTACIÓN

Crítica de 'The Boys', la corrupción de los superhéroes

El cómic de Garth Ennis llega a Amazon Studios, con su peculiar visión de los superhéroes en un contexto social muy interesante.

Por Rodrigo Aliende 3 de Agosto 2019 | 15:00

El último fenómeno superheroico no proviene de Marvel ni de DC, sino de los sellos Wildstorm y Dynamite Entertainment, donde originalmente se publicaron los 72 números de 'The Boys'. Esta obra creada por el irreverente Garth Ennis y el artista Darick Robertson no podría haber tenido éxito (ni siquiera sentido) en la televisión hasta este preciso momento, cuando 'Vengadores: Endgame' ha conseguido colocarse en lo más alto de la taquilla de toda la historia, superando a 'Avatar' (sin ajustar la inflación). En un tiempo en el que existe la (falsa) creencia de una supuesta fatiga de los superhéroes, 'The Boys' lleva a estas figuras un paso más allá, convirtiéndolos en un fenómeno de masas real, con su propia maquinaria de marketing detrás y sus obligaciones contractuales, algo así como si Chris Evans fuera el Capitán América en la vida real.

La serie de 'The Boys' comienza con Hughie, un chaval de gustos sencillos, con un trabajo mal pagado y un jefe no muy empático, pero suficientemente feliz gracias al comienzo de su relación con su nueva novia. Algo ocurre, que no vamos a desvelar a pesar de que es en el mismo primer capítulo, que hace que su visión sobre la vida cambie por completo y se encuentre con Billy Butcher, un Karl Urban sin muchos registros, pero brutal en su interpretación. Butcher es el líder de este grupo de "chicos", que se vuelven a reunir para acabar con la amenaza de los superhéroes, una cruzada alimentada por la venganza y razones puramente personales. En el grupo también tenemos a Mother's Milk, un compañero leal, pero ahora con mayores preocupaciones por su familia, y a Frenchie, un francés muy salado. La diferencia de personalidades y las dinámicas que esto crea hacen de este un conjunto interesante y entretenido de ver, a pesar de que Hughie es el único que realmente evoluciona.

En el otro lado del conflicto (difícil de decir si hay un bando bueno y otro malo, ya que 'The Boys' está llena de grises y claroscuros), tenemos a Vought, la empresa que se encuentra detrás de los Siete, una especie de Vengadores completamente institucionalizados. Realmente, la comparación más apropiada debería ser con la Liga de la Justicia, ya que los héroes que la componen son la mayoría trasuntos de los personajes de DC. Homelander es un Superman de dudosa moralidad que abusa de su visión láser y con un pequeño toque del Capitán América con esa bandera de Estados Unidos como capa que nos recuerda constantemente que esto es una parodia de la realidad. A-Train es un trasunto de Flash, sólo que con un ego casi tan grande como su velocidad, y uno de los principales motores de la trama. The Deep se asemeja a Aquaman, con esa habilidad tan discutida por su utilidad que es la de hablar con los peces.

'The Boys' tiene que hacer frente al mismo problema que todas las películas de grupos de superhéroes: darle a cada uno el suficiente tiempo en pantalla. La serie ni siquiera lo intenta, o al menos, si lo hace, fracasa estrepitosamente, porque quienes llevan la voz cantante de la narrativa son Homelander, A-Train y Starlight. Queen Maeve se queda a la sombra de Homelander, con algún intento de salir de ahí, pero fracasando... y eso que parecía un personaje interesante con potencial. The Deep no queda claro si su arco personal es intencionadamente paródico o no, pero el chiste de que sus poderes no sirven para nada se les va un poco de las manos (a pesar de que nos deja la divertida escena del delfín). Por último, Black Noir es el único que se ve que está pensado para aparecer en momentos contados y desaparecer sin más como un auténtico ninja.

La calidad técnica de la serie sorprende. 'The Boys' no busca efectos espectaculares de cientos de millones como los que nos deleita Marvel en los cines, sino que lo hace de una manera más sencilla, pero igual de efectiva, con secuencias realmente impresionantes. Conforme pasan los capítulos, las virguerías técnicas van desapareciendo paulatinamente, al igual que el tono cambia un poco, hacia algo más serio en busca de una moraleja que no era del todo necesaria.

Probablemente, el mayor problema de 'The Boys' es el final, que deja demasiados cabos sin atar. Deja la mayoría de los arcos encauzadas hacia un desenlace, pero éste no llega nunca. Quizás por esa razón Amazon Studios confirmó una segunda temporada incluso antes de estrenar la primera, quizás porque ambas no pueden entenderse de manera independiente. La escena final nos deja con una revelación que dará mucho juego más adelante.

Conclusiones

Como decíamos, la magia de 'The Boys' radica en que no hay dos bandos vistos desde una perspectiva maniquea. Encontramos a superhéroes con comportamientos completamente reprobables, al igual que en el grupo de los chicos. La trama engancha desde el principio, con unos personajes interesantes. Cada capítulo nos sorprende con un nuevo evento o argucia publicitaria que tienen que llevar a cabo los Siete mientras los chicos intentan darles caza como sea.

'The Boys' resulta un punto de vista refrescante después de ver la apoteósica 'Vengadores: Endgame'. No llega a ser una compleja deconstrucción de los superhéroes como lo es 'Watchmen', pero sí una visión algo más cínica y macarra de uno de los fenómenos más importantes de esta década en el cine. Como se suele decir, es mejor que nunca conozcas a tus héroes.