LA PENA NEGRA

Crítica 'Star Wars: El ascenso de Skywalker': Un despropósito convenido

La película se ha creado con el único fin de solventar un problema que nunca existió

Por Juan Pedro Prat 22 de Diciembre 2019 | 12:33

[CRÍTICA SIN SPOILERS]

La historia de la última trilogía de 'Star Wars' se va a recordar más por las polarizadas opiniones de los fans que por las propias películas. Y es que entrar en redes sociales desde el pasado día 19 es entrar en una batalla de gustos que todo el mundo quiere ganar, porque nadie está dispuesto a admitir que otra persona sea la dueña de sus creencias. En medio de todo esto están las críticas especializadas, las de aquellos profesionales que no es que tengan como objetivo denostar o ensalzar una película usando vocabulario enrevesado y conocimientos técnicos para creerse mejores, sino que en su labor está la de poner la razón por encima de la emoción.

Sí, 'Star Wars' ha sido (y será) una saga clave en la vida de muchas personas y esto puede funcionar como un arma de doble filo por la que nos podemos volver extremadamente ciegos o extremadamente críticos con lo que vemos en pantalla. De ahí que el trabajo de los "críticos" sea bastante complicado, puesto que yo, en este caso, también tengo un nexo emocional con la saga de películas y eso no puede convertirse en la fuente de mi motivación a la hora de redactar este texto. 'Star Wars: El ascenso de Skywalker' no es una buena película y no necesito ser un experto en cinematografía para verlo. Sí puedo criticar lo que he visto, pero no por ello tirar por tierra el trabajo de alguien como J.J. Abrams.

Una película parche

Las reacciones del público a 'Los últimos Jedi' no fueron las mejores, pero, a las personas a las que les gustó, alabaron de ella ser bastante más innovadora que las anteriores. Con sus más y con sus menos, entre las bondades del episodio dirigido por Rian Johnson estaba la de ser una cinta bastante más profunda y que se alejaba del paradigma 'Star Wars'. Pero esta película se ha convertido en un verdadero lastre para Disney, la cual se ha empeñado en borrar del mapa todo lo que se contaba en ella.

La sensación más básica que tuve cuando llegaron los títulos de crédito a la pantalla era que 'Star Wars: El ascenso de Skywalker' era un parche. Es decir, una película que se ha creado para que los fans (algunos, claro) estén contentos y obtengan todas las respuestas de una manera tan fácil que es hasta insultante. El desarrollo de este episodio está hecho para un puro disfrute visual, con escenas tan bien construidas con este objetivo que me fue inevitable no llevarme las manos a la cabeza en algunos momentos.

Esta crítica está libre de spoilers, pero en la introducción del Episodio IX ya se muestra la separación que quieren hacer entre ambas películas. Ese "¡Los muertos hablan!" con el que empieza a correr la leyenda solo es la primera línea de una serie de datos completamente nuevos y que J.J. Abrams se ha tenido que sacar de la manga tras ponérsele sobre la mesa una serie de directrices que tenía que cumplir para lanzar la película que enmendase la anterior. La introducción es una manera apresurada y fácil de poner en contexto a los espectadores tras haber decidido trastocar por completo toda la trama de cara una aceptación masiva.

El fan proveerá

Cuando salí del cine, le expresé a mis amigos dos ideas que eran (bajo mi prisma) las que habían sustentado el argumento de 'Star Wars: El ascenso de Skywalker'. El "porque sí" y el "fan-service". Esta última no suele darse demasiado en películas occidentales, pero responde a la necesidad de darle al espectador lo que quiere ver, sin más, y en el Episodio IX es uno de los pilares sobre los que pivota toda la acción. No puedo entrar en muchos detalles sobre las escenas en las que se recurre a este recurso, pero Rey y Kylo Ren son los protagonistas de la mayoría de ellas. Y teniendo en cuenta que son los verdaderos protagonistas de esta saga, os podéis imaginar por dónde van los tiros. Rian Johnson sí fue más arriesgado en ese sentido y expuso muchas veces la facilidad con la que se puede caer en el Lado Oscuro o el conflicto interno de Ren tras la muerte de su padre.

La otra idea, la del "porque sí", refleja una serie de hechos que se tornan claves en esta película, pero que, al mismo tiempo, surgen en ella. Cuando una producción forma parte de un todo mayor, las partes deben estar conectadas coherentemente y los personajes, las tramas y los detalles deben tener sinergia desde el principio. Esto no quiere decir que no se puedan introducir elementos novedosos, pero el hecho de que el Emperador Palpatine sea una de las piedras angulares de esta película, demuestra que el libreto de 'El ascenso de Skywalker' se elaboró sin bases previas y mirando solo hacia adelante.

Tal es la cantidad de información y de escenas que se quieren mostrar en la película que momentos que deberían ser trascendentales, pasan a ser meras anécdotas. C3PO protagoniza el que puede ser el momento más valiente e importante de toda su vida, pero, irónicamente y para más guasa, es olvidado y opacado por otros hechos rápidamente. Los personajes nuevos, como los que encarnan Keri Russell y Naomi Ackie, pasan sin pena ni gloria por la película, cuando son, además, más que interesantes. Y el espectador tiene que empezar a procesar una cantidad de información completamente nueva, que jamás ha aparecido antes, a un ritmo demencial. La sencilla aparición de Palpatine (que se sabe desde uno de los últimos tráileres, además de los pósteres lanzados por Disney), es solo la punta del iceberg.

Como detalle adicional, indicaré que en esta película se hace especial énfasis en despreciar a ciertos personajes. Leia le dice a Rey que jamás subestime a un droide, pero Poe Dameron trata a C3PO como un trozo de chatarra andante durante toda la película. Mención especial tiene el personaje de Rose Tico, la ingeniera de la Resistencia que queda relegada a un par de apariciones a lo largo de los 142 minutos que dura la película. ¡Ah! Y, al contrario que Abrams, yo no me voy a olvidar de los Caballeros de Ren. Mis respetos a los actores que había bajo esas horrorosas máscaras, pues su aparición en la cinta está a la altura de la de 'El despertar de la Fuerza'.

J.J. Abrams cumple

Aunque se le haya colgado el sambenito de mayor representante del cine comercial actual (casi tomando el testigo de Michael Bay), J.J. Abrams ha cumplido a la perfección lo que le ha pedido Disney. Ha construido una película que solo quiere contentar a los fans y borrar por completo el legado que dejó Rian Johnson. En varias ocasiones, el propio Abrams ha afirmado que no obvió el trabajo de su compañero, pero tras ver la película solo se puede concluir que no solo no lo ha tenido en cuenta, sino que le ha importado bastante poco pisotearlo.

No quiero echarle la culpa de todo a Abrams, ya que le veo más bien como un simple "mandao". Se le encomendó una tarea y la ha ejecutado. Lo más destacable de su trabajo es que tiene una mano mágica para las películas de acción. 'Star Wars: El ascenso de Skywalker' es dinámica, no se hace pesada y es que no le da tiempo al espectador a aburrirse. Cuando en otras producciones hay momentos de anticlímax que ayudan a dar información y a que el usuario recupere el aliento, el Episodio IX está lleno de momentos de clímax, sobre todo en su segunda mitad, donde no hay un momento de respiro. Hacer eso sin que el espectador se sature, solo está al alcance de unos pocos.

Conclusiones

'Star Wars: El ascenso de Skywalker' es una película planteada de una manera completamente errónea. No se trataba de contentar a los fans con una sucesión de sables láser, batallas planetarias y abusos de la Fuerza, sino de darle un final coherente y digno a una saga que lleva 40 años sorprendiendo a los espectadores. No he entrado en aspectos visuales y de banda sonora, porque es un aspecto en el que nunca decepciona Lucasfilm. Como película de acción se puede disfrutar, pues hay momentos trepidantes, emotivos y de comedia, pero como parte de una de las grandes sagas de ciencia-ficción del cine, es muy insuficiente.