FIN DE LA SERIE

Crítica 'El Ministerio del Tiempo' 3x13: el final de la serie ¿para siempre?

'El Ministerio del Tiempo' cierra definitivamente con un final de temporada y de serie que nos deja tristes, pero que nos ha hecho disfrutar muchísimo.

Por Sara Menéndez 2 de Noviembre 2017 | 15:16

Este artículo contiene spoilers de la temporada 3 de 'El Ministerio del Tiempo'.

La noticia llegaba como un jarro de agua fría cayendo sobre nuestra cabeza. La cancelación de 'El Ministerio del Tiempo' siempre rondaba en silencio, ya que la serie no acababa de alcanzar unas cifras de audiencia deseables, pese a que se mantenían aceptables, y con un séquito de fans que es muy fan. Días antes de la emisión del episodio 3x13: Entre dos tiempos, la productora de la serie daba a entender que esta no continuaría. Y el capítulo suena a despedida, no amarga, ni triste, como pudo haber sido la marcha de Julián o la de Amelia, sino más alegre, satisfactoria y con la sensación de que es un buen momento para decir adiós. Pero, ¿qué puedo decir? ¡Lo echaremos de menos!

Una vez derrotados a los Hijos de Padilla y El Ángel Exterminador la semana pasada, este episodio 3x13 de 'El Ministerio del Tiempo' parecía que iba a tener un tono relajado y desenfadado. La misión aparentaba tener, y en realidad tiene, auténticos tintes cómicos que, en cierta manera, rompían la cuarta pared, y nos llevaban a una serie dentro de la serie. Efectivamente, un anterior delegado del Ministerio del Tiempo había decidido hacer dinero convirtiendo este secreto oculto e inverosímil en una serie de televisión. Estos momentos iniciales donde se acude al rodaje de esa misma serie nos trajo muchos recuerdos y guiños a momentos pasados, así como a las dificultades a las que se fueron enfrentando los hermanos Olivares, o incluso a la versión americana.

Además, todo ocurre la misma época en la que Chicho Ibáñez Serrador, la personalidad de la televisión más importante de nuestra historia, comenzaba a emitir su 'Historias para no dormir', aunque en el episodio casi no lo consigue. Se hacía, así, un claro homenaje al mundo de la televisión, al propio canal de Televisión Española, y a una época recordada con mucha nostalgia para aquellas personas que de muy jovencitos y jovencitas se ponían delante de la tele a ver sus artistas y sus personajes de ficción favoritos.

Historias para no dormir... ¡y tanto!

Pero, este capítulo nos reservó una misión bien complicada, una de esas historias tan angustiosas de la ficción sobre viajes en el tiempo, haciendo que el episodio ya pareciera una propia Historia para no Dormir propia de Chicho Ibáñez Serrador. Mientras la patrulla, Lola, Alonso y Pacino, junto a Ernesto, intentan que la serie basada en el Ministerio no se emita, el creador de la misma, Ureña, pone en marcha un plan B. Tiene en su poder el libro de las puertas, y viaja a 2011 para poner en marcha el negocio más próspero posible: una agencia de viajes en el tiempo. Así, cuando la patrulla vuelve a 2017, se encuentran en una línea temporal alternativa, todo su presente ha sido alterado, y el Ministerio ya no es tal, Salvador se encuentra oculto, y el resto del equipo desaparecido. Lo peor de todo es ese uso nazi e inhumano que hacen de una de las puertas, en la que los más ricachones se diviertes haciendo cazas de personas, normalmente enfermos y condenados a muerte, como una especie de divertimento salvaje similar al de la película 'La Purga'. Ahí se encontraban Irene y Angustias.

A partir de entonces es cuando parece que la trama se resuelve de manera un poco demasiado velozmente, aunque eficaz. Los agentes del Ministerio original ponen sobre la mesa un ultimátum que en verdad sólo tiene una opción: o Ureña deshace todo lo que hizo, o España será víctima de un virus traído del pasado que no podrá controlar y que provocará la muerte de todo el mundo, además del bombardeo de la Otan para evitar que se propague.

Aquí nos encontramos, por un lado, que por fin Pacino pudo tener la oportunidad de hacer algo útil con la parte del libro de las puertas que contiene la información sobre cómo viajar al futuro, y que episodios atrás había guardado en su móvil "por si acaso". Su uso fue para mostrarle a Ureña qué pasaría si no volvía a 2011 a evitar la creación de la agencia de viajes. Y por fortuna, Alonso consiguió evitar que llevaran a cabo el primer plan, que era volar el Ministerio, que por un momento nos hizo pensar que sí sería, finalmente, el adiós definitivo a la serie, sin forma de recuperarla. Entonces, Ureña, volviendo al pasado, parece una persona nueva, sacando a relucir su parte más buena y dejó de ser un personaje odioso para ser, unos segundos, alguien hasta simpático.

Por otro lado, con esta trama acudimos a una misión bastante diferente a las que estamos acostumbrados en el Ministerio. Aunque no fue la primera vez que una realidad alternativa aparecía, como bien recordó Alonso, esta llegó a parecer una película de distopía, una especie de 'Mad Max' donde Irene con su parche en el ojo era la mejor representación del género.

Alonso encuentra la paz

Finalmente, todo vuelve a la normalidad y se ve que, aunque sea el adiós de la serie, nos da la sensación como si de la historia continuase en su plano ficticio, y no es como en otras ocasiones donde nuestros personajes cierran una etapa. Pero sí que hay una despedida, alguien que se va a la vez que la serie: Alonso. Se prometió a sí mismo que esa sería su última misión en el Ministerio, para poder seguir teniendo una vida normal con Elena. Y la verdad que no es una decisión metida a calzador por los guionistas de la serie, sino que parece el final lógico y esperable para Alonso. Siempre lo decíamos, este personaje no era feliz viajando por el tiempo. Aunque la lucha, su equipo y su honor era lo que le movía, a medida que se iba topando con la historia y con las personas que la gestaron, iba llevándose golpes emocionales, decepciones, y tomando decisiones muy complicadas. El peor momento fue que eso implicara a Elena, y que fuera secuestrada por El Ángel Exterminador. Pero más que una despedida amarga, como fue la de Amelia o la de Julián, Alonso se queda feliz, porque ha descubierto que su mayor motivación es llevar una vida normal y tranquila junto a una pareja que le quiere, incluso aunque hable en términos de "vos". Él tuvo la suerte de encontrar en su nueva vida, siglos después de su época original, a una persona igual que su esposa, y no es una oportunidad que haya querido desperdiciar. Además, hemos podido volver a ver en él esos momentos tan cómicos como el de "Las cosas o sea hacen bien, o no se hacen". ¡Alonso en estado puro!

Siempre había dicho que el día que marchara Alonso de 'El Ministerio del Tiempo' la serie perdería mucho. Ahora sí que no hay más remedio que no verla más, y si algún día vuelve, sabemos que no será con él, aunque quizá tampoco con Pacino ni Lola.

¿Un adiós para siempre, o solo mientras alguien apuesta por él?

En definitiva, el episodio final de 'El Ministerio del Tiempo' ha sido un buen cierre. Nos ha llevado a una de las misiones más complicadas posibles al jugar con el tiempo y los personajes de una manera muy novedosa para lo que la serie es. Ha sido frenético. También ha sido todo un homenaje a la propia televisión, eligiendo como su último personaje histórico Chicho Ibáñez Serrador (que seguro ha disfrutado muchísimo viéndolo). Nos ha despedido de Alonso, ha dejado el Ministerio con su buen y normal funcionamiento, y ha permitido que disfrutáramos del fin.

Lo que echaremos de menos es ver más a Lola Mendieta joven, Macarena García ha sido sin duda un gran fichaje y su personaje trajo frescura a la serie, porque no era una patrullera más, era una de esas pocas excepciones que permitía, de vez en cuando, Salvador. Echaremos de menos también los chistes de éste, así como el arrojo de irene o a Ernesto, que siempre resuelve todos los desaguisados. Por lo menos sí que hemos podido, a lo largo de estas tres temporadas, conocer las épocas originales y las historias de cómo llegaron al Ministerio todos los personajes principales, ya en la primera temporada desde que se descubrió que Ernesto era el padre del mismísimo Torquemada, hasta Irene, que en esta tercera se reencontró con su familia.

Pero, sobre todo, echaremos de menos aprender historia con ellos, porque este ha sido uno de los grandes logros de 'El Ministerio del Tiempo'.