TERCERA TMEPORADA

Crítica 'El ministerio del Tiempo' 3x01 'Con el tiempo en los talones'

El capítulo 3x01 de 'El Ministerio del Tiempo' mantiene gran parte de la calidad con la que nos atrapó y consigue abrir bien la tercera temporada.

Por Benjamín Rosa Fernández 4 de Junio 2017 | 11:42

Esta tercera temporada de 'El Ministerio del Tiempo' empezó con muchos problemas y cuestiones que resolver antes de que empezara su emisión. Después de más de un año esperando desde ese genial final en el que Felipe II se convertía en un magistral villano en lo más alto de la escala de la calidad de villanos porque era difícil cuestionar sus intenciones, promesas de mejoras en el apartado visual gracias a un mayor presupuesto con un acuerdo con Netflix, guiones más internacionales y la desaparición total de Rodolfo Sancho en esta temporada, el listón estaba más alto que de costumbre.

Y no es para menos, porque esta serie española consiguió romper moldes dentro y productoras internacionales han comprado y hasta copiado la fórmula. También está el hecho de que es la temporada que da nombre a cierta supuesta maldición con la que las series pueden demostrar síntomas de cansancio o "zombificación", con el que los personajes ya no cambian y están condenados a ser más de lo mismo una y otra vez sin desarrollo personal; o que se "flandericen", que se convierten en parodias de sí mismos como chistes recurrentes.

La promesa del primer episodio de esta tercera temporada no podría ser más internacional: hay un aviso de secuestros del director Alfred Hitchcock cuando va a presentar su película 'Vértigo' al Festival de Cine de San Sebastián de 1958, cuyas consecuencias podrían afectar a relaciones internacionales y a la propia historia del cine.

En el episodio 3x01 de 'El Minsiterio del Tiempo' lo primero que debemos hacer es resolver la gran duda: ¿Cómo se soluciona el tema de que Rodolfo Sancho no aparezca en la tercera temporada, ni siquiera desde el primer episodio? Dado que eso serían spoilers directos, solamente podemos decir que fue efectiva, intensa, y muy bien trabajada en el aspecto técnico dicho de forma rápida. Se nota el dinero que ha puesto Netflix para que la serie mejore, no sin ciertos fallos como el típìco CGI que "se nota" pero resulta mejor a nivel argumental que un "Julián murió volviendo a su planeta" y hace que empiece la trama con un fuerte golpe argumental para la audiencia.

Dado que el capítulo es un homenaje a Alfred Hitchcock, se introduce el elemento del MacGuffin: un elemento o suceso en la trama que se usa para que avance, puede ser fácilmente sustituible y no se habla de él ni se recuerda apenas en el resto de la película porque ya ha servido su función de avanzar la trama. Claramente la escena inicial es el MacGuffin para que Pacino vuelva a estar a tiempo completo en el Ministerio de la actualidad con Amelia y Alonso, puesto que durante el resto del episodio solamente se referencia un par de veces y vaticinamos que no se volverá a mentar en el resto de episodios de la temporada, porque sería arrastrar mucho elementos pasados que posiblemente no tendrán relevancia.

Además de enseñarnos lo que es un MacGuffin y que nos animen a pensar cuál es, el capítulo está lleno de referencias a otras películas de Hitchcock como 'La Ventana Indiscreta'. Esta formaba parte del sub arco argumental de Salvador Martí, Angustias, Irene y Ernesto, que empieza como una simple comedia pero luego se desvela como el arco argumental de la temporada. También hay evidentes referencias visuales y de detalles a cada cual más mínimo de 'Vértigo' y de secuencias como la famosa escena del asesinato en la ducha de 'Psicosis'. Aunque dan la sensación que se han puesto más por la necesidad de demostrar lo que los guionistas y directores saben de películas de Hitchcock que por algo argumental pero logran solventar ese problema.

En este episodio se ha notado que los personajes han estado menos brillantes y característicos que en las anteriores temporadas. Alonso de Entrerríos ya parece un hombre perfectamente adaptado al siglo XXI y a la vida de agente en vez del pez fuera del agua con el que nos enamoramos en la primera temporada, con lo que se nota cierto avance y desarrollo del personaje en detrimento de eliminar elementos característicos del personaje. Amelia Folch estuvo al borde de ser una Mary Sue a la que todo le sale bien cuando Hitchcock se encandila de ella, y la trama lo olvida hasta acordarse en los últimos momentos del viaje temporal para decirle al director que debe buscar a Tippi Hedren para que ruede 'Con la muerte en los talones'.

En este episodio Hugo Silva ha sabido recordarnos lo que le hacía genial a su personaje de Pacino: el policía de película ochentera que cuando le conviene se salta las normas y demuestra su chulería, y le sigue sentando como un guante. El argumento de este episodio cumplió con todo lo que podemos esperar, pero en general ha sido flojo, con diálogos poco memorables y demasiadas escenas que funcionan sobre todo si se ha visto la filmografía de Hitchcock.

No ha sido una season premiere en absoluto mala, puesto que cierra interrogantes que se arrastraban desde hace meses como el futuro de Julián y el regreso de Pacino, así como abrir el arco de la temporada: la enemistad entre rusos y otra facción, posiblemente norteamericanos, que pilla de por medio al Ministerio. Se antoja una trama argumental que puede dar resultados muy interesantes y unos cambios a la fórmula para que no aparezcan capítulos sueltos y sin apenas una trama general que los sitúa en orden, con lo que el espectador sentirá que esta temporada tiene más argumento aparte del básico de la serie. No ha sido un capítulo memorable por sí sólo como el de Cristóbal Colón o la season finale de la segunda temporada, y posiblemente está en la media de los capítulos de la serie porque no ha estado a la altura del tremendo hype, pero aún mantiene esa calidad que nos hizo estar atentos a la serie semana a semana.

Es evidente que las expectativas estaban por las nubes y la espera ha sido larga, lo que le han jugado una mala pasada, pero al menos el camino está abierto y el campo perfectamente arado para que el resto de episodios que quedan hasta la midseason finale puedan sorprendernos uno por uno. Nos quedan episodios en los que se van a ver envueltos Hitler, volverán Lope de Vega y la vida del libertador de Colombia. Simón Bolívar, en Madrid, el escritor Gustavo Adolfo Bécquer, Goya, y los Beatles, con motivo de los dos conciertos que dieron en su visita a España, entre otros. Son todos unos eventos que, combinados de la forma en la que nos tienen acostumbrados los guionistas de la serie, pueden dar como resultado capítulos muy imaginativos e inesperados, llenos de humor sobre los diferentes estilos de vida en España, en el que aprenderemos sobre la historia de nuestro país de forma indirecta, de acción que se acerca a la que vemos en cine, drama y más. Si algo nos ha demostrado la serie en estas dos temporadas es que no tienen miedo de arriesgar y hacer lo que quieran.

No se podía pedir tanto al regreso de una serie con tantas tareas pendientes que solventar en tan sólo un episodio, pero por lo menos funciona como cualquier otro de las otras dos temporadas y nos da ganas de mucho más. Vuelve la ración semanal de "Ministerio", ahora los jueves, y nos ha dado ganas de ir a San Sebastián a probar los chipirones en su tinta de La Nicolasa.