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'Clash Royale', un free to play correcto, pero con los estigmas del free to play

FREE TO PLAY

Por Benjamín Rosa Fernández

El 10 de Marzo 2016 | 15:00

Su idea es muy buena, aunque funcionaría mejor como un juego comercial menos vendido al azar de las cartas.

En el mundo de los juegos móviles gratuitos, 'Clash of Clans' es el rey absoluto. Se ve mucho en la televisión, los anuncios de juegos gratuitos para móviles de bajo calibre, y estamos presenciando una enorme masa de jugadores que juegan principalmente a ese juego y no espèran tener una consola de sobremesa porque con los juegos móviles les es suficiente.

'Clash Royale', un free to play correcto, pero con los estigmas del free to play

Algo ha hecho Supercell para que sea uno de los juegos con más ingresos del año pasado, pero no por ello se duermen en los laureles como haría cualquier otro, puesto que siguen sacando juegos de forma regular por si un día la gente se cansa de 'Clash of Clans'. Aquí es donde entra 'Clash Royale', un juego que claramente entra dentro del mundo de 'Clash of Clans' pero apuesta por una estrategia más enfocada al campo del coleccionismo que volvió a poner de moda 'Hearthstone: Heroes of Warcraft'.

Muy móvil todo

Lo bueno de Supercell es que conoce bien su campo: el juego móvil está hecho para partidas cortas dado que no es una plataforma dedicada cien por cien a jugar. Sus limitaciones de uso de batería y control hacen que no podamos tener juegos del calibre de 'Call of Duty' así a la ligera, aunque hay quienes se adaptan bien y comprenden el juego móvil, y mal que nos pese, Supercell ha sabido adaptarse.

Clash Royale

¿Qué significa ésto en el caso de 'Clash Royale'? Pues que una partida standart no va a durarnos más de cuatro minutos, el equivalente al tiempo muerto en casa mientras ponen anuncios en un canal que no es TVE, la visita al Señor Roca, la espera al autobús... Eso hace que el juego tenga que ser bastante sencillo de entrar para cualquier jugador: tenemos una serie de tropas que podemos invocar en un campo de batalla, y debemos decidir cuándo y dónde invocarlas para optimizar su estancia en el campo de batalla.

La complejidad mecánica del juego no va más allá de pensar qué tropas invocar de las cuatro que podemos invocar en cada momento, dónde y qué combinaciones sacar con el limitado elixir del que disponemos para invocarlos. Si eso, una vez fuera de la partida podemos intentar mejorar nuestras tropas, pero estamos vendidos al azar de las cartas que nos salen en los cofres que obtenemos de premio y a nuestra solvencia en monedas de oro del juego.

Clash Royale

La sencillez es un punto clave a la hora de hacer un juego para móviles enfocado al gran público, y prácticamente eso es todo lo que se puede decir para el grueso de los usuarios de 'Clash Royale' que van a descargar el juego para pasar el rato, porque no vamos a tratar de conseguir diez millones de jugadores con algo tipo 'Implosion: Never Lose Hope'. Por lo menos cumple su función de entretener como juego portátil y cuando jugamos durante los quince minutos diarios que nos permite no nos sentimos mal, y las victorias que conseguimos sobre otros lugares siempre son satisfactorias. Luego ya tendrá su metagame y estrategias más complicadas, con lo que los más expertos podrán hacerse su canal de Youtube para enseñar a los más novatos mientras que éste juego sea popular pero no alcance las cotas de pasión que ha tenido 'Clash of Clans'.

Muy free to play todo

Ahora viene la parte dura, y es que el juego está muy vendido por las mecánicas de free to play propias del mercado móvil, porque sería un suicidio sacar un juego tan aparentemente simple pidiendo una cuota de entrada de dos euros si quieren conseguir millones de usuarios. Todos los jugadores empiezan con una serie de cartas de personajes predeterminadas, y conforme ganan partidas conseguirán cofres con mejores cartas de personajes, pero los cofres con cartas tardan un tiempo en abrirse, ya sea quince segundos si es un cofre con cartas normales o doce horas si nos promete alguna legendaria.

Clash Royale

¿Y si no queremos esperar? Pues toca usar gemas para conseguir que esos cofres se abran más rápido y nos salgan cartas en lapsos de tiempo más cortos, y esas gemas se consiguen mediante objetivos que superar o mediante la cartera. Y al final ésto hace que 'Clash Royale' se convierta en un denominado pay to win, con el que los que más dinero sueltan más posibilidades tienen de ganar porque pueden conseguir más cartas en menos tiempo, y aunque parezca que tratan de eliminarlo usando un sistema que da cartas aleatorias con los cofres, es innegable que los jugadores más solventes van a tener más cartas, con mayor valor y con mayor nivel por el mero hecho de pagar. Pero eso no quita que siga siendo un juego divertido para pasar el rato y aunque sea claramente otro pay to win, al menos no es tan descarado como otros free to play cuyas ventajas son aún más descaradas, que por lo menos los usuarios de pago no tienen acceso a unidades legendarias de bajo coste y alto poder solamente por pagar.

Y eso es todo lo que se puede decir de 'Clash Royale'. ¿Qué ha sido un análisis algo corto y muy sencillo? Bueno, es que así es el juego, de partidas cortas y muy sencillas, y de él se puede decir lo justo. No esperamos que sea otro juego con el éxito de 'Clash of Clans' pero por lo menos Supercell ha hecho un título que por el precio de ero euros su descarga, puede entretener a los jugadores más casuales y a los más dedicados. Me veo jugando a él de forma regular en tiempos muertos y puede que dentro de unas semanas me olvide de él dado que tiene poco margen de mejora y expansión sin romper el equilibrio del juego como le pasa al anteriormente mencionado 'Hearthstone', y yo ya habré encontrado otros juegos con los que mantenerme ocupado.

6,5

Lo mejor:

Cuando te deja jugar, cumple con lo que se espera de un juego gratuito. La barrera de entrada es casi inexistente.

Lo peor:

Al final, ganar depende mucho de si tenemos paciencia o poco control sobre nuestra tarjeta de crédito. Y aún así, el azar nos puede jugar una mala pasada si nos tocan malas unidades.

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