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Análisis 'World of Warcraft Classic': El retorno de una bendita locura

Blizzard ha usado su máquina del tiempo para llevarnos de vuelta al inicio de todo tal y como era en un principio

Por Juan Pedro Prat 16 de Septiembre 2019 | 17:10

No se me va a olvidar el día en el que le pedí a mi madres que, por mi cumpleaños, me comprase 'World of Warcraft'. Era 2004 aproximadamente y el juego acababa de llegar al mercado. Lo más gracioso de todo es que yo, en mi ignorancia más absoluta, pensaba que el título era una entrega nueva (y mejorada) de 'Warcraft 3', el cual había terminado hacía poco y me tenía absolutamente hipnotizado. Claro, mi burbuja estalló cuando vi que era necesaria no solo una conexión a Internet, sino también pagar por una suscripción mensual. 27 euros que, en aquel entonces, me costaba sudor y lágrimas conseguir, pues no era más que un adolescente sin ingresos de ningún tipo. Pero yo estaba destinado a participar en esta experiencia, como lo he estado de nuevo más de 15 años después con la apertura de 'World of Warcraft Classic', una, literalmente, máquina del tiempo que ha sido programada perfectamente para que no haya ningún tipo de efecto secundario.

El estreno de este "robo en el tiempo", como le gusta llamarlo a nuestros compañeros de Marvel Studios, ha sido elaborado meticulosamente y han seguido las normas de cualquier viaje temporal más clásico: no tocar nada. Blizzard parece haber mantenido en formol su fórmula original y, aunque con el paso del tiempo 'World of Warcraft' ha ido evolucionando y, al mismo tiempo, subiendo y bajando en número de suscriptores, no hay nada como darle a una persona un sabor conocido y que le recuerde momentos mejores.

Sin facilidades, sin novedades

"A pelo", como diríamos cualquiera de nosotros al enfrentarnos a una aventura sin más ayuda que nuestra propia motivación. Enfrentarse por primera vez a 'World of Warcraft' no es algo fácil; no lo era hace 15 años y no lo es ahora (que se nota más). El paso del tiempo ha hecho que las cosas sean mucho más fáciles y accesibles. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que este título no era para todo el mundo. Puede que ahora tampoco sea la aventura ideal para cualquier jugador (sobre todo con la cantidad de opciones multijugador que hay), pero a principio de los años 2000, esta era una de las pocas y más grandes que había.

Blizzard se ha recreado al máximo con 'World of Warcraft Classic' y es que si había alguien que no conocía las verdaderas raíces del MMORPG, son estas y están más sanas y vivas que nunca. Eso sí, es como tomarse un chupito de anís después de haber estado a base de Gintonics toda la noche. No es algo fácil de asimilar y lleva tiempo acostumbrarse, ya que cualquier ventaja, facilidad o añadido que ha ido llegando gracias a la expansiones y contenidos posteriores no existe. Como he dicho algo más arriba, se trata de una máquina del tiempo que se ha parado en una época muy concreta y de ahí no se va a mover.

Lo que más caracterizó a 'World of Warcraft' en sus inicios es que el jugador daba el salto a un mundo completamente vivo, separado y lleno fantasía. Uno en el que cuando entras te conviertes en una persona completamente distinta, con los orígenes que tú quieres y el futuro que le quieras construir. El rol de los juegos de mesa se lleva con todo lujo de detalles al ocio electrónico, el cual funcionó maravillosamente bien en 2004 y, de acuerdo a la acogida, ahora también sigue funcionando genial.

Zambullirse directamente en el rol significa que no hay una subida de nivel rápido, ni un árbol de habilidades especializado u otros mundos que explorar. Azeroth solo tiene dos continentes: Kalimdor y los Reinos del Este y antes de que cualquier amenaza se pudiese cernir sobre este mundo, la Horda y la Alianza se mataban solo por diferencias políticas y territoriales.

Lo antiguo vende

Y no voy a ser yo quien defienda el lanzamiento de un remake o de una remasterización, ya que las compañías parecen querer estar viviendo eternamente de un éxito, pero es que en el caso de 'World of Warcraft Classic', el modelo es ligeramente distinto, ya que aquí no se ha mejorado completamente nada. Una de las ventajas que siempre ha caracterizado a este título es que no requería de un equipo muy potente para poder jugar. Aquí no cuenta la potencia con la que se recrean los mundos, sino las historias que se pueden construir en ellos. Esto no quiere decir que 'World of Warcraft' se vea mal, sino que es un título asequible para equipos de gama media

Entre los elementos que me sorprendieron de este regreso a lo clásico estaba el de la interfaz simplificada, sin todas las opciones de logros, talentos y demás añadidos de las expansiones y también el hecho de que se han reciclado, directamente, las mismas pantallas de carga del juego. Ni siquiera se las ha pasado por una mejora de resolución. Son aquellas pantallas que, manteniendo el potente arte de 'Warcraft', tenían una resolución muy limitada y un formato 4:3. Todo un guantazo de nostalgia que muchos verán como un acto de pereza, pero que yo, como entré en modo adolescente de instituto, vi como algo adecuado.

De hecho, tan clásico llega a ser todo, que la descarga del juego no ocupa la burrada de gigas que puede llegar a ocupar ahora, sino que con unos 3-4GB está descargado e instalado listo para poder entrar. Los personajes también tendrán unas opciones estéticas limitadas, así como no habrá razas adicionales (como tampoco clases) que sí llegaron con el paso de los años. Todo más simple, todo más sencillo, todo más 'World of Warcraft', como echarse un buen paseo (sin montura) para hacer cualquier misión.

Sin problemas y sin polémicas

En los primeros días desde que se pusieron en funcionamiento los servidores, 'World of Warcraft Classic' fue protagonista de muchas noticias que hablaban de una saturación extrema debido a que la compañía no previó la carga de jugadores que tendrían que soportar. Consecuencia de ello había colas eternas para poder acceder a algunos servidores y, después, colas para poder completa misiones. Esto, en realidad, solo ha servido para demostrar que la comunidad de 'World of Warcraft' sigue manteniendo unos valores muy fuertes en lo que a respeto y juego limpio se refiere, ya que estas filas se formaban para respetar el orden de llegada y así poder participar todo el mundo correctamente.

Yo tengo que ser sincero, ya que Blizzard se esforzó en estos primeros días para aliviar la carga de cada servidor aumentado su capacidad y abriendo otros nuevos. De no importarte en qué espacio jugador, 'World of Warcraft Classic' ofrece una experiencia casi instantánea y ahora que ha pasado el tiempo, más aún, ya que la compañía ha podido estabilizar mucho más la experiencia.

Conclusiones

'World of Wacraft Classic' ha llegado para cubrir un hueco que, quizá, los jugadores no sabían que existía. Se ha perdido la perspectiva después de tantas expansiones, aunque bien es cierto que son muchos los que pedían una experiencia como esta. Ahora bien, ¿cuánto tiempo de vida tiene esta versión? Es decir, después de llegar a nivel 60, que es el máximo en el juego original, ¿que harán los jugadores? Pues, mal que me pese, volverán a la versión más actual, que es la que Blizzard tiene activa y de la que se está encargado de actualizar cada poco con nuevo contenido.

A pesar de ser un producto con un alto nivel de caducidad, 'World of Warcraft Classic' es una experiencia obligatoria para casi cualquier jugador amante del MMORPG. Las experiencias multijugador crecieron y ramificaron a raíz de esta y hay que conocer los orígenes de lo que hoy es un modo casi fijo en cualquier título de relevancia.