DOROTHY LO ENTIENDE

Análisis de 'VA-11 Hall-A' para Switch, robots, existencialismo y mucho alcohol

¿Qué tiene de especial un juego en el que servimos bebidas, escuchamos las vidas y secretos de nuestros clientes e investigamos un universo tecnológico distópico? Las historias personales.

Por Daniel G. Astarloa 3 de Mayo 2019 | 20:00

Esta es Dorothy Haze.

Dorothy no es la más lista de la enormidad que es Glitch City. Tampoco tiene ningún tipo de poder en la escala social que separa a muchos habitantes, ni pertenece a una organización secreta de hackers que planean derrocar el gobierno y sacar la verdad de las injusticias que están corrompiendo la ciudad. No, ella sólo es una cara entre miles que podrías cruzarte en los barrios bajos de ese extraño luchar. Ella es, simple y llanamente, una robot más pululando por ahí sin mucho que decir.

Pero tiene un secreto especial. Un hueco en un callejón oscuro, un pequeño lugar donde descansar entre cliente extraño y cliente agotador. Ese sitio es el local conocido como VA-11 Hall-A, pero nadie en su sano juicio lo llamaría así. Y su nombre le hace honor: cuando necesita aumentar su moral y hacerse sentir consigo misma mejor provocando las sonrisas de aquellos a los que aprecia, llega con una entrada dramática y el ambiente cambia de inmediato porque la diosa del buen rollo está en la ciudad. Este es, sin lugar a dudas, su Vallhalla único y particular.

Bienvenido al Vallhalla

Sobra decir que Dorothy no es ni por asomo la protagonista de 'VA-11 Hall-A', la novela visual que ahora aterriza en PS4 y Nintendo Switch para que muchas más clases de jugadores puedan disfrutarlo. Ella es sólo una parte de la clientela que suele pasarse a por unas copas en el bar en el que trabajamos: nuestro papel es el de interpretar a Jill, la joven bartender que pasa desapercibida para la mayoría. El mundo puede irse al infierno que le dará igual, porque lo importante es que esas bebidas se sirvan bien mezcladas... Siempre que haya dinero de por medio.

Igual que muchos otros personajes Dorothy confía absolutamente en Jill para todo lo que tenga que ver con el alcohol y lo que no. Más de una vez suelta algunas perlas sobre sus clientes habituales y las cosas raras que les gusta, que suelen ser de lo más extravagante incluso para un lugar como Glitch City en el año 2069. A medida que le servimos copas y obedecemos las instrucciones para crear esas mezclas nos cuenta más, siempre con una sonrisa en la boca y ganas de unas buenas risas. Su positivismo llega a ser abrumador cuando tanta gente que se pasa por el bar está de capa caída con problemas familiares, violencia en las calles o amistades desaparecidas, pero se agradece. Sabes que cuando necesitas levantarte el ánimo, Dorothy aparecerá con un chiste gracioso y con cierto tipo de bebidas en mente.

Ese es tu papel, mantener a tus clientes felices, escuchar las tonterías que tengan que decir y dar consejos de bartender profesional. Es una extraña sensación: fuera de las paredes del VA-11 Hall-A sabes, a ciencia cierta, que están sucediendo grandes cosas. Luchas de bandas, subtramas políticas, incluso las aventuras de cierta hacker que parece decidida a acabar con las injusticias de la ciudad. El universo de 'VA-11 Hall-A' es uno gigantesco y efectivo, el cual atrae y deja en manos de los jugadores decenas de misterios para resolver mediante discusiones y teorías entre la comunidad. Porque todo lo que vamos a recibir es el punto de vista de Jill, quien vive su trama personal y sólo es una espectadora para todas las demás. Como el NPC de turno que nos acoge en la posada del RPG más reciente que has jugado.

Aquellos que se retuercen en las sombras

Nuestro papel puede ser pequeño, pero lo es en igual medida que nuestro día a día en el mundo real. Las relaciones interpersonales que establecemos y las diferencias que nos marcan de los demás es lo que nos ayudan a evolucionar y ser mejores personas. La diversidad está a la orden del día en 'VA-11 Hall-A', y saber escucharla y adaptarnos a ella es no sólo nuestro derecho, sino nuestra obligación. Siempre que estemos mal, que el mundo se venga a nuestros pies, necesitamos del apoyo de nuestros amigos o un grito de alguien cercano para no derrumbarnos del todo. Podemos contar con Dorothy para evitar rompernos del todo con una simple noche de abrazos, su servicio más caro; pero somos amigas, así que claro que no va a cobrarnos nada por ello.

Es curioso que lo más costoso de una prostituta robot loli sea simplemente dormir con ella y un par de abrazos majetes. ¿No lo había mencionado hasta ahora? Dorothy hace servicios especiales a sus clientes, aprovechando por completo el aspecto físico con el que fue creada aquí, en Glitch City. Y no supone ni el más mínimo problema para ella, quien ni corta ni perezosa habla constantemente de sexo. Ni ella ni ninguno de los personajes lo hace con morbo o la intención de aumentar el erotismo de nuestro ambiente, sino como algo totalmente natural y perfectamente válido como tema de conversación. El título al completo se quita de encima todos los prejuicios que podamos tener acerca de este tema tan tabú y nos deja claro desde el primer momento que va a hablarse mucho de sexo, tanto heterosexual como LGTB. La propia Jill recuerda bien sus experiencias con algunas chicas y las comenta sin problemas. Es algo totalmente normal.

Pero lo es dentro de las paredes de VA-11 Hall-A. El ambiente que respiramos aquí es de total naturalidad y sin tapujos, pero cuanto más avanzas en la historia más te das cuenta de que Jill vive en su propia burbuja. Los límites de su mundo no le han obligado a tener enfrentamientos familiares con sus padres porque el hecho de que su hija fuera lesbiana diera mala imagen para sus círculos de amigos, o que uno de sus hermanos se haya cambiado de sexo lleve a la violencia por parte de tercero y la preocupación que eso nos provoca. El mundo de 'VA-11 Hall-A' es xenófobo, homófobo y robófobo: que veamos sólo ciertas cosas no quita que todo eso siga existiendo, y no podemos aplicar la mentalidad de que no es así porque nosotros no lo hayamos vivido. Estas cosas pueden machacar a cualquiera... Incluso a la buena de Dorothy.

Tu amor es una droga

No tomamos decisiones o abrimos preciadas cajas de diálogos para avanzar en 'VA-11 Hall-A'. Son nuestras acciones las que determinan el progreso, y eso a la vez se ve determinado por nuestra capacidad de atención. Cuando Dorothy entra en el bar tras un día duro, con cara larga y pide una bebida cualquiera para olvidarse del mundo... ¿Nosotros le hacemos caso? La clave está en saber qué necesita el cliente, no lo que pide. Le acercas un Piano Woman porque sabes que le encanta y le levanta el ánimo, y le dedicas una merecida sonrisa antes de que te cuente sus problemas. Y lo mejor de todo, sientes un vínculo muy fuerte con tu cliente en momentos así.

Hacía tiempo que no sentía que estableciera un vínculo con el personaje de un videojuego, pero cada uno de los clientes de 'VA-11 Hall-A' consigue hacer latir tu corazón de vez en cuando. Cuando percibes que los has conocido a un nuevo nivel de intimidad, cuando te adelantas a sus pedidos y esperas con ganas a que vuelvan es cuando sabes que tienes algo especial entre manos. Cuando te conoces mejor a ti misma a través de ellos, como conoces a Jill mejor cuantas más copas servimos, es cuando notas que has evolucionado y expandido tu universo. Y cuando Dorothy te cuenta sus cuestiones filosóficas acerca de si es real o su papel en el universo, se acaba tirando la bebida encima por la bronca que le echas, y te sorprendes porque estás llorando de la risa con un calor especial en el pecho...

Es en esas ocasiones cuando sabes que has encontrado algo realmente especial.

Conclusiones

'VA-11 Hall-A' no es perfecto. Es una novela visual y eso va a llevar a muchos a que no quieran acercarse a ella porque leer debe ser aburrido para ellos. Los límites que tiene para contar su trama pueden ser en ocasiones frustrantes, y tal vez sea muy atrevido con todo lo que intenta tocar. Pero todos esos puntos negativos son indiferentes, porque si le das una oportunidad, si abres tu corazón a este juego, encontrarás uno de los mejores ports de PC a Nintendo Switch que vas a ver en toda la vida de la híbrida: y eso es decir mucho.

Así que pásate por VA-11 Hall-A. Tómate un Brandtini, conoce a la estupenda gente que lo lleva. Y si ves a Dorothy, por favor, salúdala de parte de este analista. Ya la echo de menos.