BOMBERMAN

Análisis 'Super Bomberman R' para Nintendo Switch

Un nombre clásico de los videojuegos vuelve con el lanzamiento de Nintendo Switch. 'Super Bomberman R' es la propuesta de Konami y HexaDrive para el clásico personaje de Hudson.

Por Xose Llosa 19 de Marzo 2017 | 10:33

Hay ciertas sustancias y actividades a las que si uno ha sido adicto no debería volver jamás, porque hay vínculos perdurables por siempre. En ese camino nos topamos con 'Bomberman', ese juego de mecánica simple que entre finales de los 80' y mediados de los 90' se convertía en opción de primer protagonismo para el juego multijugador. Empezar a hablar así de 'Super Bomberman R' es empezar hablando muy bien, porque, justamente el interés que esconde esta nueva entrega de la saga es volver a poner en el catálogo actual viejas sensaciones. La fórmula de 'Super Bomberman R' es perfectamente reconocible, porque es prácticamente la misma que ya conocemos de los 'Super Bomberman': mismas mecánicas, power-ups clásicos, muy enfocada al terreno multijugador, y todo con una puesta al día a nivel gráfico conveniente. Bajo esa premisa despega el 'Bomberman' con mejor lanzamiento en Japón de las últimas dos décadas. No es para menos. No es inesperado.

Mecánica directa

Una vez más el secreto de la fórmula es su propuesta directa. Antes de ponerme a escribir he experimentado para poner a prueba el gran valor 'Bomberman': ¿lograr sumergir a una persona en la fórmula en apenas diez minutos?. Aquello tan viejo de "fácil de jugar y difícil de dominar", que se tiene que convertir en paso previo de cualquier arcade que pretenda ser tal, siempre fue el valor a la alza de la saga, y eso es lo que quiero comprobar si sigue vigente. Es fácil, en realidad, localizar a alguien hoy día que nunca haya jugado a 'Bomberman', porque, Consolas Virtuales a un lado, la franquicia lleva también un par de décadas sin un lanzamiento a destacar. Efectivamente, una vez tenía sentado a mi lado al sujeto experimental, arrancó la primera partida en batalla. El mapa clásico, para ofrecer una experiencia genuina. Dos jugadores humanos, o eso creo, y otros dos dominados por la inteligencia artificial del sistema. Evidentemente, en su primer partida se puso una bomba bajo los pies y saltó disparado. ¿En la segunda partida? Sí, otra vez lo mismo. En la tercera partida ya logró su primera baja. Han pasado menos de cinco minutos, ya no hay vuelta atrás: esa sesión de juego, su primera sesión de juego, se alargó durante más de una hora.

Como mi sujeto experimental, muchos de los que estáis leyendo esto ahora mismo probablemente jamás hayáis puesto bombas en un laberinto, así que unas líneas de explicación: 'Super Bomberman R' recoge los 'Super Bomberman' de SNES, centrando su propuesta en el multijugador, y apelando la mecánica clásica de 'Bomberman'. Lo que nos propone cada escenario es un laberinto cargado de enemigos, power-ups y recovecos. Cada personaje tiene la posibilidad de poner bombas, que tardan un par de segundos en explotar generando una onda expansiva en forma de cruz. De esta manera, la idea es sembrar bombas en el mapa para lograr matar al resto de jugadores. Sencillo, ¿verdad? El que haya jugando sabrá que el elemento determinante de todo lo que expongo es el hecho de que la bomba tarda en explotar un par de segundos, lo que aporta al juego una mezcla de reflejos, estrategia y habilidad, que lleva siendo la marca de la casa desde los años 80'.

Modos de juego

Con esta mecánica 'Super Bomberman R' se dibuja en dos modos diferenciados. Uno llamado batalla, para enfrentarnos a otros jugadores o a la CPU, y un modo historia. El modo historia es el eslabón débil de esta cadena. De nuevo, la mecánica para superar cada fase estriba en la capacidad de bomberman para sembrar de bombas el escenario; en este caso, cada fase tiene un objetivo, que no necesariamente pasa por matar al resto de enemigos, sino que puede ser, por ejemplo, llegar a cierto punto. Entre los diferentes mundos la presencia enemigos finales, que levantan algo más de interés. Sin embargo, ni la línea argumental de esta sucesión es en absoluto interesante, ni se desvela como un modo especialmente divertido, ni el diseño de las fases parece muy acertado. La salsa y el interés del juego está en su elemento más clásico: el modo batalla.

A través de niveles clásicos o especiales, en los segundos entran en juego más variables y trampas, podemos organizar partidas contra la CPU, contra jugadores que nos acompañen y contra otros jugadores online. El modo online de 'Bomberman' es uno de los primeros con los que podemos experimentar en Nintendo Switch, y funciona bien -mejor tras el parche del juego a finales de semana que corrige errores de control-, pero tiene un problema de base que me llega a desesperar. Jugando partidas de la liga el combate tiende a desarrollarse tan rápido que uno termina más tiempo esperando jugadores que propiamente jugando. Todo esto sin que nada funcione mal, una vez la partida está en desarrollo todo fluye. El problema está en el planteamiento de los encuentros. Si las ligas se hubiesen planteado, por ejemplo, en partidas de dos o tres rondas, para que durasen unos minutos más, la experiencia sería mucho más satisfactoria a la que nos presenta.

Sin embargo, donde se crea el discurso de 'Bomberman' es al jugar en el sofá con amigos. Aquí es donde el juego brilla. Ofrece la posibilidad de jugar hasta ocho participantes simultáneos en la misma consola; así como conectar varias Nintendo Switch para jugar en local hasta dieciséis personas con cuatro máquinas. Los slots que quedan libres se pueden completar con personajes manejados por la CPU. Con amigos es la mejor manera de jugar 'Super Bomberman R' como siempre lo ha sido, y Nintendo Switch es una plataforma pensada y planteada para promover esta posibilidad. Todo el conjunto se cierra con un estilo gráfico sencillo, pero cuidado, que encaja perfectamente con el aire desenfadado y cartoon del título.

Conclusión

De esta forma, 'Super Bomberman R' cumple lo que promete. Es un juego que llega sin ningún alarde de proponer nada diferente a lo que se espera de él, que encuentra su punto flaco en lo que es la campaña, pero que sigue mostrando que la fórmula es perfectamente vigente. Clamamos por la innovación, evidentemente, pero hay fórmulas tan clásicas como esta, que es necesario que vuelvan una y otra vez al catálogo de las diferentes máquina sin mutar. 'Bomberman' es lo que es, la saga se arruinó a partir del preciso instante en el que Hudson quiso hacerla evolucionar. Evidentemente, necesitó hacerla evolucionar, porque el ritmo de lanzamientos que proponían a principios de los 90' era difícil de aguantar para un juego basado en una mecánica tan sencilla una y otra vez. Sin embargo, 'Super Bomberman R' tiene todo el sentido. Encaja con la filosofía de los Joy-cons, y reivindica, pese a su modo online, la faceta de jugar con amigos. Un título que deja lugar para partidas multijugador como este se contonea siempre entre el arcade y el party-game. Lean como halago cada una de estas palabras, ya que lo que hace 'Bomberman' es dejar a un lado la pretensión de una fórmula multijugador compleja, de los eSports, de los perks, y de toda la filosofía imperante en el imperio de los grandes juegos online. Simplemente pretende ser divertido, y de vez en cuando pretender sólo y únicamente divertir es algo muy importante.