SHUSHI 'EM UP

Análisis de 'Shutshimi' para PS4, PS Vita, Wii U y PC. El estilo de antes, la agilidad de hoy

¿Te gustaría jugar a un juego que mezclara toda la acción arcade de los matamarcianos de antes, con las bondades de los indies actuales? Pues 'Shutshimi: Seriously Swole' es todo esto y mucho más.

Por Oriol Vall-llovera 19 de Abril 2016 | 18:27

Original de PC desde el pasado 25 de agosto de 2015, y tras su paso también por Wii U el pasado mes de febrero (día 4), este alocado y divertido juego desarrollado por los chicos de Neon Deity Games, y publicado por los de Choice Provisions llega ahora a PS4 y a PS Vita dispuesto a alegrar el día a todos los suscritores de PlayStation Plus. Sí, estamos ante uno de los juegos elegidos para el mes de abril, que aún siendo considerado como juego de Vita, también está disponible para su hermana mayor al ser un título Cross Buy. Y te estarás preguntando... ¿vale la pena teniendo en cuenta el bajón que muchos tuvimos al ver los juegos elegidos para este mes? Pues para nuestra suerte, y tras haberme enganchado con él como si no hubiera mañana, la respuesta es definitivamente sí. Evidentemente sería otra historia el recomendarlo si tuviéramos que echarle dinero (y aún con esas sería muy recomendable para según qué jugadores), pero a caballo regalado estamos ante un título que no merece pasar desapercibido por una primera impresión decepcionante ante una lista de abril algo floja y desconocida a priori. Pero... ¿qué es exactamente 'Shutshimi: Seriously Swole'? ¿Es un matamarcianos como los de antes? ¿Es el típico indie con un desarrollo "ambiguo"? ¿Es un derroche de humor constante, con contínuas referencias a otros videojuegos y/o sectores? La respuesta es prácticamente un sí rotundo en todas y cada una de esas preguntas.

Para empezar, ya llama la atención el "argumento" que han introducido como pretexto para lo que se nos viene encima: somos un pez musculoso con un grave problema de memoria de 10 segundos, que tiene que protegir su reino. Y te preguntarás... ¿dónde está la originalidad? (porque el sentido del humor, queda claro, ¿no?). Si al fin y al cabo es normal que un pez no tenga memoria, incluso aunque sea el personaje de un videojuego, ¿verdad? Pues en todo lo que eso conlleva a nivel jugable: porque 'Shutshimi: Seriously Swole' no es más que un juego de estilo matamarcianos retro, pero con la agilidad y excelente control de los mejores indies actuales, y en el que las contínuas oleadas a las que tenemos que hacer frente duran, atención, 10 segundos. Sí, estamos ante el típico indie en el que el desarrollo no está exactamente marcado, pero en el que aún así, tampoco tenemos el simple objetivo de batir un record o de mejorar una puntuación, con toda la repetitividad que eso conlleva. Vamos, que no es el típico juego en el que no hay ningún camino prefijado. Aquí bien podríamos decir que nos encontramos a mitad de camino, con un título que aún ofreciendo contínuas oleadas, siempre con los mismos enemigos y pequeñas variaciones en el escenario, también supone una contínuidad como si del modo historia de cualquier matamarcianos de antaño se tratara. En otras palabras, tras cierto número de oleadas tocará un jefe final que, además, no será precisamente aleatorio. Algo que, por ende, comportará que si los vamos derrotando, realmente estaremos avanzando y podremos ser testigos de la pantalla final del título. Y lo mejor de todo es que la progresión también afectará a otros aspectos como la dificultad de esos jefes, los enemigos en pantalla (aún siendo pocos, cada vez serán más complicados y numerosos), o nuestro conocimiento sobre sus particularidades jugables.

El secreto está en el aprendizaje

Uno de los elementos más divertidos de este 'Shutshimi: Seriously Swole' es sin lugar a dudas la curva de dificultad que propone. Efectivamente, algunos podrían pensar que al ser todo oleadas de solo 10 segundos, se torna muy fácil. Pero nada más lejos de la realidad. Y no solo porque la cantidad de enemigos y disparos en pantalla puede abrumar en ciertos momentos (que tampoco es el caso hasta bien avanzado el modo "historia"), sino más bien porque no disponemos de muchas vidas para empezar, y existen una série de "handicaps" que tendremos que tener en cuenta oleada tras oleada para acabar. Y es que cada vez que superemos una de ellas, la pantalla cambiará para ofrecernos la posibilidad de elegir uno de los tres objetos que se pondrán a nuestra disposición de manera aleatoria. Objetos que contendrán o bien una mejora positiva, o bien un handicap negativo. Y lo mejor de todo, y es ahí donde la curva de dificultad deja huella en el jugador, es que hasta que aprendamos qué es lo que ofrece cada objeto pasará mucho tiempo. En primer lugar porque son muchos los distintos "power ups", o muchas las múltiples ventajas, o las "trampas" que encontraremos con ellos, y en segundo lugar porque hasta que no los vayamos probando todos y nos lo aprendamos de memoria ya habremos muerto unas cuantas veces por culpa de una mala "optimización" de nuestras elecciones.

¿Crees que podrás sobrevivir esos 10 segundos? Pues... ¿por qué no pruebas a disputar una oleada con la pantalla del revés? ¿O a hacerlo con los controles invertidos? ¿Qué tal volverse más grande y por lo tanto convertirse en un blanco más fácil para los enemigos? Al final las combinaciones son tan originales, cómicas, y influyentes en la jugabilidad, que prácticamente no hay nunca una oleada igual. Llega un punto en el que, aún conociendo los beneficios y "maleficios" de cada objeto, es complicado usarlo a tu favor. Porque claro, como hemos dicho aparecen siempre 3 de manera aleatoria, y no siempre uno de esos tres es positivo. ¿Qué harás si uno ralentiza tus movimientos, el otro ralentiza tus disparos, y un último simplemente aporta un nuevo sombrero a tu pez? Pues seguramente arriesgarte con el sombrero. Y he aquí otra de las grandezas de este sistema de oleadas, y del humor irónico de 'Shutshimi: Seriously Swole': los sombreros. Primero deberás descubrir qué objetos dan sombreros (porque esa es otra: la lógica de asociar los objetos con las ventajas o los inconvenientes no es muy racional que digamos), y luego deberás arriesgarte porque hay decenas y decenas de sombreros y cada uno aporta algo disinto. En este caso, generalmente no aportan desventajas sino más bien beneficios, pero otras veces te puedes encontrar con alguna sorpresa, como que el parche de pirata que tu pez lleva en el ojo, afecta a la visibilidad de tu pantalla. O quizá simplemente verás una nueva referencia y un nuevo guiño sobre otro videojuego o sobre otro sector. ¿Alguien dijo 'Super Mario' en Wii U? Aunque puede que te sorprenderá más ver que tu pez (qué mal suena eso) es capaz de convertirse en Saiyan, ponerse el pelo de un personaje de 'Street Fighter', o convertirse directamente en el protagonista de otro indie (descubrirlo por ti mismo será muy divertido) . Mientras unos nos otorgarán poderes especiales como un disparo alternativo, otros simplemente representarán un cambio visual.

No pararás hasta tenerlo todo

Al final es más una cuestión de ir coleccionándolos, que no algo jugable. Aunque igualmente es un elemento que alarga considerablemente la duración del título si tu intención es hacerte con todos (hay trofeos para ello, claro). Otra historia son ya los objetos que mencionábamos antes, pero que comportan únicamente efectos positivos. Desde hacer más daño durante aquella oleada, hasta equiparnos con un escudo que repele unos cuantos ataques enemigos (de normal, un solo toque implica perder una vida), o cambiar nuestro tipo de disparo. Y esta es otra de las similitudes con los matamarcianos de toda la vida, pero ejecutado de un modo bastante elegante, original y divertido. En vez de conseguir los 'Power Up' eliminando enemigos, aquí tendremos que elegir el objeto correcto para cambiar de arma. Y lo mejor de todo es que en este caso prevaldrá el que obtengamos en último momento, y durará hasta que nos maten y no solo hasta la siguiente oleada. Algunos disparos son más rápidos, otros más contundentes, y algunos simplemente cambian el aspecto visual de los mismos así como el tipo de trayectoria, y además es posible hacer varias combinaciones la mar de originales e intuitivas. Por otra parte, hay que remarcar que, aún empezando con 3 vidas, si conseguimos derrotar muchos enemigos, podremos obtener algunas extra, de manera que nos pueda ayudar a llegar hasta el final. Ah, y desde el principio podremos elegir entre varios protagonistas distintos. Y aunque en un primer momento puede parecer que las únicas diferencias son su aspecto físico (cada uno más cómico que el anterior), y el color de sus escamas, en realidad tienen atributos distintos. Eso sí, debido al sentido del humor del título, tendremos que ser nosotros los que descubramos las pequeñas diferencias. Vamos, un modo original de representar lo que en un juego de antaño habría sido una simple elección entre naves de distinto color.

Otra historia son ya los jefes finales, que como hemos dicho antes, aparecen cada X oleadas (no os lo vamos a desvelar para no dar pistas sobre el aprendizaje contínuo al que el juego te somete), y que ofrecen mecánicas muy originales. Pero no, no os penséis que en ese caso nos dan la posibilidad de combatirlos tranquilamente... Como era de imaginar, nuestro protagonista sigue teniendo graves problemas de amnesia, y por lo tanto, si no somos capaces de derrotar ese jefe en los 10 segundos que ya de normal dura una oleada, tendremos que esperar hasta la siguiente ocasión para derrotarlo, lo cual implicaría no haber avanzado en el juego, y en cambio poder estar en una situación complicada (menos vidas, por ejemplo). En otras palabras, tendremos que volver a pasar el mismo número de oleadas para regresar a la batalla, eso sí, esa estará justo en el momento en el que la habíamos dejado, siendo más fácil rematar la faena (vamos, que si le habías quitado la mitad de la vida al enemigo, eso seguirá así). Al final resulta una gozada ir avanzando solo por el placer de ir conociendo los jefes finales, y por sí solo ya representa un motivo para volver a empezar cuando nos derrotan tras 50 oleadas. Igualmente no os esperéis un juego tremendamente largo. No os diremos cuántos jefes hay para no spoilear, pero sí os diremos que una vez los hemos visto todos, estos se repiten en "versiones más malignas" a lo largo de los próximos niveles hasta el final del modo historia (con alguna que otra sorpresa y novedad, eso si).

Algo más que un "indie procedural"

Y esa es otra, los modos de juego. Aún sin ser muy numerosos, sí representan una variedad mayor que en todos esos indies "procedurales" en los que el único incentivo es repetir una y otra vez la misma mecánica para mejorar nuestra puntuación. Para empezar, tenemos a nuestra disposición una espécie de "tutorial" que nos contará cómo funciona el juego (algo que si has leído este análisis, prácticamente sabrás de antemano) a través de unas cuantas fases del mismo. A partir de ahí dispondremos tanto del modo historia que ya hemos contado, como de un completo "Boss Survival" que nos ofrecerá la posibilidad de disputar de forma sucesiva los distintos combates contra jefes finales. Eso sí, para poder completar este modo al máximo hará falta haberse pasado primero la historia, claro. Asimismo también tendremos la posibilidad de elegir entre tres dificultades para el mencionado modo historia. Siendo el primero (y más fácil), el único disponible desde el primer momento. En él, el juego quedará limitado a unas pocas pantallas (no aparecerán todos los jefes), pero será necesario terminarlo no solo para poner en práctica todo lo aprendido en el tutorial, sino sobre todo para desbloquear el siguiente. Uno que será el modo "estandar" (o la típica dificultad "normal"), y que presentará la razón de ser del juego, y su modo más divertido. Para desbloquear el último nivel de dificultad (el equivalente a difícil) tendremos que lograr algún que otro objetivo (no valdrá terminarse el modo normal a secas), y con él nos encontraremos el reto más duro de todo el juego, aunque no necesariamente el más divertido: tendremos una sola vida para pasarnos el juego, y los enemigos serán más agresivos y numerosos. Ah, y en este último modo no se podrán conseguir vidas a medida que derrotemos enemigos, así que lo de "una sola vida" será tomado al pie de la letra. Representa una auténtica locura hasta para el jugador más experimentado, pero algunos lo agradecerán.

Añadidle a todo esto unos logros creados para el juego que van aparte de los Trofeos, siendo alguno de ellos bastante complicado, como pasar varias oleadas del revés, o matar a un número determinado de enemigos con un solo disparo, y objetivos varios como coleccionar todos los sombreros, o sobrepasar una puntuación determinada en el modo historia, y tendréis un juego bastante completo. No es excesivamente largo, pero el hecho diferenciador de que realmente tenga un desarrollo con un principio y un final hace que la repetitividad no haga mella tan pronto como en otros títulos similares. Además, ponen la guinda del pastel los rankings en los que podemos intentar batir el record no solo de nuestros amigos (que al formar parte de la colección instantánea de PS Plus, esa lista puede ser bastante ámplia), sino incluso el del campeón mundial. Y sobre todo el modo multijugador local para hasta 4 peces, digo jugadores. Algo que convierte el título en un reto menos importante, pero también en unas risas aseguradas y una diversión aumentada en muchos sentidos. No tiene desperdicio, aunque evidentemente la versión para PS Vita pierde esa posibilidad. No hubiera estado nada mal ofrecer esta opción a nivel online, incluso con la posibilidad de aumentar la dificultad en consonancia. Más que nada porque al final nos queda la sensación de que, aún siendo un muy buen juego, podría haber llegado mucho más lejos en ese sentido, sin necesidad de alargar el modo historia siquiera.

Estilo retro sí, pero con mucho estilo

Gráficamente 'Shutshimi: Seriously Swole' es una gozada. No tanto porque sea muy espectacular, que no lo es en absoluto, sino porque además de ser tremendamente colorido y cómico (los enemigos van desde monos voladores, hasta gatos a bordo de una nave... ¡con forma de gato!), es tremendamente rápido y ágil. Y lo mejor de todo es que no hay prácticamente ni un solo tiempo de carga. Y en un juego en el que las oleadas duran solamente 10 segundos eso es importante. De hecho, aún teniendo que elegir objeto tras cada oleada, no habrán pasado ni 2 segundos que ya estarás disparando como loco en la siguiente, y eso resulta muy pero que muy adictivo. Sobre todo teniendo en cuenta que visualmente, este 'Shutshimi' es toda una oda a los juegos de antes, ofreciendo un apartado visual pixelado que hará las delícias de los fans de los matamarcianos de toda la vida. Muchos habríamos pagado para que algunos juegos inolvidables (se me ocurren unos cuantos en Spectrum por ejemplo) tuvieran la velocidad, el control y la vistosidad de este título de Neon Deity Games. Además, aún sin seguir un patrón muy definido, a medida que vamos avanzando los escenarios van cambiando como si realmente estuviéramos entrando en un mundo nuevo, lo cual es muy de agradecer en un indie de hoy en día.

Y llegados a este punto te sorprenderá saber que, una de las mayores virtudes sino la mayor de 'Shutshimi: Seriously Swole' es su banda sonora. Y especifico banda sonora porque no es precisamente en los efectos de sonido donde el juego brilla con luz propia (de hecho, en ese sentido el juego está muy desaprovechado, ya que voces en los protagonistas o enemigos le habrían sentado genial), sino más bien en las melodías. ¿Por qué? Muy fácil: si te consideras fan de la saga 'Mega Man' fliparás con las músicas de este juego. Tan solo con la que aparece en la introducción del mismo y en la pantalla de título ya hay motivos de sobra para ilusionarse, pero es que las múltiples melodías para las oleadas no se quedan atrás. Y lo mejor de todo es que no solo podemos escucharlas todas en el menú principal, sino que encima podemos elegir entre las versiones normales u otras más cañeras. Algo que, por cierto, influirá en el juego y no solo en el menú de escucha. Inspiradas, muy cañeras, y como hemos dicho sospechosamente parecidas a las del querido héroe azul de Capcom. Una vez más, el estilo de antes, pero con todas las bondades de hoy en día, incluída la posiiblidad de comprar la banda sonora en la página oficial del juego aquí. Eso sí, hablamos solamente de formato digital.

Una sorpresa más que agradable... y adictiva

En definitiva, con 'Shutshimi: Seriously Swole' no encontrarás ni un título extremadamente largo, ni un juego extraordinario. Pero sí disfrutarás de una experiencia fresca por un lado, y muy rápida, ágil y adictiva por otro. Es el típico juego en el que tanto una partida rápida como una de larga tienen cabida, y es uno de esos juegos en los que tanto por la curva de dificultad como por el contínuo aprendizaje (ambas cosas van ligadas, claro) cada vez jugarás mejor y te picarás a más no poder en los rankings con amigos y desconocidos. Y si lo tuyo no es la competitividad, también te servirá por su genial modo historia. Por otra parte, no le hubiera venido nada mal algún modo extra de dificultad, sobre todo cuando jugamos junto a otros amigos en el excepcional modo cooperativo para hasta 4 jugadores (solo local), o una mayor variedad de enemigos, mecánicas o sobre todo jefes finales (que se repiten hasta la saciedad), pero por 9,99 euros, que es el precio que tienen todas las versiones PS Plus aparte, no se puede pedir mucho más. De entre todos los indies que he jugado que ofrecen este tipo de desarrollos "aleatorios" o "procedurales" este es sin lugar a dudas el que más me ha divertido y enganchado, y solamente por eso ya merece la pena este mes de abril en PS Plus. Eso sí, alejaos de él si el género no es lo vuestro, o si lo que queréis es un título clásico en todos los sentidos. Tanto su dificultad, como su desarrollo podrían convertirse en el peor handicap para vosotros, acabando por producir aquella sensación de repetitividad más pronto que tarde. Si por otra parte disfrutaste como un enano en aquellos tiempos en los que jugar a un matamarcianos era sinónimo de diversión pura, con 'Shutshimi: Seriously Swole' quedarás pasmado ante lo que los indies de hoy en día pueden conseguir cuando menos te lo esperas. Diversión pura, y directa, sin preocupaciones.