Análisis de 'Ride 3' para PlayStation 4, pasión por las motos

CARRERAS

Análisis de 'Ride 3' para PlayStation 4, pasión por las motos

Por Rodrigo Aliende

El 23 de Diciembre 2018 | 13:00

Milestone termina el año con su quinto juego en 2018 mejorando la fórmula de 'Ride' en esta tercera entrega.

Normalmente, cuando pensamos en juegos de conducción y estudios que se dediquen al género, suelen venirnos a la mente Polyphony Digital con su 'Gran Turismo' o Turn 10 Studios con su 'Forza Horizon' y 'Forza Motorsport'. Sin embargo, hay otros con menos renombre que son realmente prolíficos, como es el caso de Milestone, que este 2018 ha lanzado un total de cinco juegos, todos dentro de su gran especialización, la conducción. El último en llegar ha sido el que tenemos hoy entre manos, 'Ride 3'. La saga 'Ride' posiblemente no se encuentra entre los más destacados dentro de los juegos de carreras, pero en cuatro años Milestone ha lanzado tres entregas, con notas de media entre el bien y el notable. Nos ponemos el casco y nos metemos en el circuito para ver qué hay de nuevo en esta tercera entrega.

Lo primero que nos llama la atención de 'Ride 3', y que es algo marca de la casa, es la cantidad ingente de contenido que trae. Por si no fuera poco, Milestone continúa sacando nuevo contenido en formato DLC y seguirá haciéndolo hasta superar la cifra de las 300 motos, el paraíso para cualquier aficionado de los vehículos de dos ruedas. No todos serán gratuitos, pero os podemos asegurar que hay más que suficiente contenido para satisfacer hasta a los más exigentes. Por ahora, hay contenido planificado hasta agosto de 2019 (podéis ver aquí el calendario de los lanzamientos).

Ride 3

Además, el nivel de personalización de las motos es también muy alto y nos permite tener un vehículo prácticamente único. Nos referimos tanto a nivel técnico, mejorando los diferentes componentes como la caja de marchas, los frenos, filtros de aire, aceite o el tubo de escape, como a nivel estético, cambiando la pintura o añadiendo vinilos con diseños, formas geográficas, letras, números, etcétera.

A menudo se confunde la simulación con la dificultad, pero realmente un simulador puede y debe ser accesible. Por mucho realismo que se le quiera dar a un juego, si durante los primeros compases, el jugador se frustra muy pronto y probablemente abandone. Lo verdaderamente interesante tener las ayudas necesarias para que cada uno se vaya soltando poco a poco y vaya aprendiendo a su ritmo, tal y como se hace en otros géneros al diseñar la curva de dificultad.

En este caso, 'Ride 3' cuenta con varias opciones de asistencia para que el proceso de adaptación sea lo más fluido posible, desde el freno automático hasta las ayudas visuales para saber cuándo frenar y acelerar. Tenemos tres formas de manejo (asistido, normal y profesional) para adaptarse a las necesidades de cada uno. La posibilidad de rebobinar es una de las mejores mecánicas, ya que permite aprender de los errores rápidamente y hacerse con los tiempos y la conducción sin llegar a caer en la frustración.

Ride 3

El principal modo de juego es la Carrera, en el que comenzamos con poco dinero y una sola moto y debemos ir abriéndonos paso, ganando competiciones y ampliando nuestro garaje. Este modo ha sido el que más novedades ha recibido con respecto a la anterior entrega y se ha optado por una estructura muy similar a la de 'Driveclub': dividido en volúmenes, cada uno con diferentes carreras que nos dan estrellas según nuestro rendimiento. Estas estrellas sirven para desbloquear nuevos volúmenes y continuar progresando.

El resto de modos de juego son los clásicos de cualquier título de conducción como las carreras rápidas o las contrarrelojes. En este punto no se echa en falta nada, pero tampoco hay nada que merezca la pena destacar. El único añadido son los retos semanales que es una forma sencilla pero efectiva para hacernos salir de la zona de confort y probar otros tipos de motos.

En cuanto a la inteligencia artificial, cuenta con diferentes niveles de dificultad, que están bastante bien ajustados para cada tipo de jugador según su experiencia con las motos. Lo que se echa en falta en los rivales controlados por la CPU son diferentes estrategias a la hora de afrontar la carrera, ya que siempre optan por las trayectorias más simples y directas y todo de una forma algo agresiva.

Ride 3

En el apartado técnico, 'Ride' por fin ha optado por el Unreal Engine 4 para esta entrega, ya que los anteriores motores gráficos se notaban algo anticuados. En este caso, el resultado no es para tirar cohetes, pero sí que se puede apreciar un especial cuidado al modelado de las motos. El inconveniente es que desentonan un poco en los escenarios, que no están tan detallados como las verdaderas protagonistas del título, por no hablar del público. Aquellos que tengan una PlayStation 4 Pro tienen la opción de elegir entre priorizar el frame-rate o la resolución. Suenan muy tentadores los 60fps para un juego de conducción. Sin embargo, el resultado no es para nada bueno y la calidad gráfica baja drásticamente, por lo que es mejor conformarse con los 30fps y tener unas texturas relativamente buenas y dignas de la consola. La optimización no es realmente el punto fuerte de 'Ride 3', porque las pantallas de carga son demasiado largas. Resulta irónico que en un juego de velocidad haya que estar tanto tiempo esperando a que dé comienzo la carrera.

Conclusiones

En definitiva, 'Ride 3' es una muy buena opción para cualquier amante de las motos, especialmente porque se nota que en Milestone también lo son. Eso se puede ver en el nivel de detalle de todos los vehículos de juego y sus posibilidades de personalización dentro de sus partes técnicas. La conducción es muy fina y su mayor baza es la flexibilidad y adaptación para todo tipo de jugadores gracias a las ayudas y a la opción de rebobinado. El aspecto gráfico ha supuesto una mejora gracias al nuevo motor gráfico, aunque todavía deja que desear, sobre todo con el modo rendimiento activado.

7,5

Lo mejor:

- Gran detalle del modelado de las motos.

- Mucho contenido... y el que queda por venir.

- Flexibilidad y adaptación de la dificultad.

Lo peor:

- Modo rendimiento mal optimizado.

- Largas pantallas de carga.

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