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Análisis del ratón 'Razer DeathAdder V2'; un estándar de la marca

Razer ha sentado un estándar en la gama media de su catálogo con este ratón.

Por Marco Gonzálvez 17 de Marzo 2021 | 13:05

A principios del año pasado Razer ponía en el mercado dos nuevos ratones. Por un lado llegaba el Basilisk V2 para quienes no quieren saber nada de cables y por otro el DeathAdder V2, llamado a ser el nuevo referente de la marca en ratones de gama media. Ahora el segundo ha caído en nuestras manos gracias a Razer y queremos hablaros de cómo ha sido nuestra experiencia y el proceso de adaptación tras pasar de un ratón muy distinto en casi todo.

El ratón de Razer para (casi) todos

Antes de recibir este ratón de buen tamaño de Razer había pasado dos años con el más que conocido Logitech G203, uno de los ratones más vendidos por sus grandes prestaciones y su precio, que oscila entre los 20 y los 30 euros. Solía pensar que teniendo un ratón así era innecesario gastar dinero en algo mejor. En parte tenía razón, porque al no tener interés en los videojuegos competitivos y no usarlo más que de manera casual no era necesario mucho más.

Es cuando subes un poco de categoría cuando empiezas a ver que igual sí que conviene apuntar un poco más alto en según qué situaciones. En las semanas que llevo usando el DeathAdder V2 he pasado por varios procesos, empezando por unos días de pura incomodidad al tener que adaptar mi agarre de tipo garra a un agarre de palma por el tamaño de este ratón. De primeras me parecía imposible usar este ratón y ahora, superado el proceso de adaptación, no me veo volviendo a uno más pequeño de ninguna de las maneras.

Donde he notado mejoras en calidad de vida y precisión es en 'Valorant', el único videojuego competitivo al que he jugado durante semanas de forma consecutiva en PC y donde he podido ver una mejoría al cambiar mi viejo Logitech por este dispositivo de Razer. No solo he descubierto que el agarre de palma se adapta mejor a mis necesidades y que me gestiono mejor con un ratón sobre el que puedo apoyar toda la mano, también he notado pequeñas mejoras que están en los detalles.

Hablamos de un ratón con cable y este apartado es importantísimo cuando necesitamos hacer muchos movimientos y muy rápidos. Al cambiar de un cable de plástico, que tiene mayor fricción y se engancha con facilidad, a uno recubierto de tela y diseñado para doblarse con mucha facilidad, se nota rápidamente una mayor comodidad a la hora de moverse por juegos ágiles. Por supuesto este es un problema que en otros ratones se soluciona con la compra de un bungee, pero mejor cuantos menos accesorios sobre la mesa.

A la hora de deslizarse el ratón cuenta con unos apoyos de teflón, que no mejoran excesivamente la fluidez sobre la alfombrilla, pero que sí son mucho más duraderos que el clásico vinilo que se degrada antes. Además la construcción general del dispositivo es sobradamente robusta, sin crujidos o partes que puedan parecer propensas a roturas. Esto, sumado a un peso que ronda los 80 gramos, lo hacen un compañero bastante solvente para el juego competitivo o cualquiera otro uso que se le quiera dar. Eso sí, no es recomendable para zurdos por no tener un diseño simétrico.

Cuando saltamos a la botonera quizás lo más destacable sea el sensor óptico de Razer, que al usar un haz de luz en lugar de contacto metálico se quita de encima uno de los problemas más molestos del mundo de los ratones, el doble clic involuntario. Aquí eso no es problema gracias a este tipo de sensor. También ayuda lo suaves y precisos que son los clics de los botones principales, así como el de la rueda del ratón, que tiene la dureza exacta para no resultar impreciso si se decide utilizar en videojuegos.

También cuenta el Deathadder V2 con dos botones bajo la rueda para modificar los DPI y dos ratones laterales. Todos y cada uno de estos botones son configurables si decidimos usar el software Synapse, pero personalmente no me gusta tener aplicaciones abiertas en segundo plano en el PC (manías personales), así que no he sacado mucho partido de todo lo que se puede personalizar en este ratón.

A pesar de lo anterior destacar que si no os supone un problema tener el programa ejecutándose tenéis la opción de configurar la iluminación LED que se muestra en la rueda y el logo de Razer como buenamente queráis. Podéis elegir entre todos los colores que queráis, hacer que se ilumine al ritmo del sonido del PC e incluso configurar la luz de manera reactiva, haciendo que se ilumine cada vez que pulsáis un botón, una opción muy guay en teclados, pero menos interesante en ratones, donde al hacer clic tenemos la mano sobre la luz y de este modo no se ve.

Al final lo que he conseguido probando el Deathadder V2 es tener una buena papeleta encima, porque ya no me veo volviendo a ratones inferiores salgo que tome la sabia decisión de desinstalar de una vez por todas el maldito 'Valorant'. Mientras necesite un ratón cómo un preciso la propuesta de Razer será lo mínimo que esté dispuesto a utilizar y por eso se ha convertido ahora mismo en un estándar en mi escritorio.