FPS

Análisis de 'Project Warlock' para PS4; el regreso a los años 90

Project Warlock llega con la intención de hacerse un hueco entre los grandes clásicos FPS de la era de los 90

Por Fco Javier Castro 16 de Junio 2020 | 18:00

Todo en este mundo tiene un principio que se remonta a una época pasada dando origen a la creación. Si hablamos en concreto de los videojuegos, y si nos ceñimos aún más a uno de sus géneros, para ser más precisos, el género shooter en primera persona, comúnmente conocido como first person shooter o FPS, ineludiblemente tenemos que mencionar a 'Doom' y 'Wolfenstein', el padre y la madre que dio forma a este estilo de juego y experiencia. En cualquier caso, aunque sendas sagas disfrutan hoy de entregas modernas, no podemos olvidarnos de aquellos primeros títulos que definieron toda una generación de shooters, marcando los pasos a seguir e incluso las reglas establecidas para un género que incluso llegó a dominar toda una generación, como fue la pasada. El título que tenemos entre manos da un salto hacia atrás en todos los aspectos y recoge el testigo de un estilo muy propio y marcado. 'Project Warlock' es un shooter en primera persona de la época, y se asemeja más a aquellos primeros juegos que nacieron y crecieron durante la era de los 90, obviando por completa las nuevas mecánicas modernas y centrándose en la sencillez y la eficacia. Es un juego de hoy con las tablas de los títulos del ayer. Sed bienvenidos al análisis de 'Project Warlock', sed bienvenidos a los 90.

Nostalgia en estado puro, un FPS de los años 90

La presentación y la puesta en escena de 'Project Warlock' no podía ser más directa. El estudio encargado de dar forma a este título se llama Buckshot Software, un pequeño grupo de desarrolladores con sede en Alemania. Estamos ante un shooter en primera persona con todas las características de los FPS de los 90, al que además hay que añadirle algunos toques extra, como la salsa picante que le da ese toque final al plato. Absolutamente todo lo que ofrecían aquellos FPS prematuros de la época lo encontramos en este título, pero con algún que otro añadido de cosecha propio que lo hace destacar por encima de lo común.

Ante todo, debemos decir que el juego no presenta una historia trascendente ni posee una narrativa poderosa, y como solían hacer los FPS de los 90 se centra más en la jugabilidad y la acción que en preocuparse en contar una buena historia. En todo caso, el juego nos emplaza a encarnar una suerte de brujo que debe detener toda una horda de demonios que está invadiendo la tierra. El trasfondo no va más allá y la historia no es más que puro trámite para que podamos empuñar un buen número de armas y destrozar a todos los engendros que se nos interpongan en nuestro camino. Más allá de eso y de un par de escenas con fondos prenderizados en el que detallan nuestro paso por la historia, no hay nada más, y tampoco es que se le eche en falta. Una vez tomemos los mandos, vamos a a estar más interesados en disparar que en escuchar lo que tengan que decirnos.

Un juego bastante grande para pertenecer al género de los shooters

La campaña está compuesta por cinco mundos en diferentes ubicaciones. Así pues tan pronto nos encontraremos recorriendo unas cloacas como un glaciar congelado, o una ciudad industrial con edificaciones e incluso el antiguo Egipto y sus pirámides. Estos mundos están compuestos a su vez por cinco fases con sus respectivas misiones, lo que da como resultado un total de 60 misiones. El número no es para nada despreciable y es por ello que es uno de los shooters tradicionales más longevos del mercado. Su propuesta vas más allá incluso y el juego nos puede llevar superarlo muchísimas horas.

Cada nivel está realizado a mano y como ocurriera en los clásicos debemos desenvolvernos por ellos, encontrar llaves de colores que nos permitan salvar las puertas que nos cierran el camino, activar interruptores para desbloquear una zona o incluso superar una horda de demonios. Al final de cada mundo nos esperará un jefe que pondrá nuestra pericia a prueba. Y debéis creernos cuando os decimos que estos jefes son bastante duros. Aunque la mecánica en apariencia es muy sencilla; corre, dispara, elude y vuelta a la carga, lo cierto es que son bastante exigentes y presentan varias fases que van evolucionando a lo largo del combate.

'Project Warlock' cuenta con un buen puñado de secretos en forma de paredes ocultas que a su vez contienen no solo munición o salud -este sistema funciona como en los clásicos, con la típica barra de vida-, si no también armas nuevas. Y hablando de armas, tenemos a nuestra disposición una buena colección, algunas tan conocidas como la escopeta o la escopeta recortada de doble cañón, pistola o magnum, lanzacohetes, y un gran arsenal, algo clásico dentro del género de los 90. Y por si fuera poco, no solo nos limitamos a las armas, también tenemos a nuestra disposición un buen puñado de hechizos mágicos que nos ayudan a derribar las hordas enemigas, el cual funciona gastando maná. Todo lo mencionado está a nuestro alcance haciendo gala de una rueda de selección donde podemos elegir en cualquier momento el arma que queramos.

Sistema de progresión dentro de un juego que desconoce por completo el concepto

Lo curioso de 'Project Warlock' es que presenta, ante todo pronóstico, un sistema de progresión del personaje y de las armas. Los chicos de Buckshot Software han optado por incorporar un sistema de niveles, el cual nos abona un punto de experiencia cada vez que ascendamos que luego podemos canjear en "el centro de mando", al que podemos acceder entre misión y misión. Con este sistema, podemos trasformar nuestras armas, incorporándoles una variante que o bien las hace más efectivas o directamente cambia su mecánica. Además, también podemos adquirir puntos extraordinarios con los que comprar mejoras directas que nos permiten tener más salud o recoger más munición, por mencionar algunos ejemplos. Y por supuesto con estos puntos podemos adquirir nuevos hechizos que hayamos encontrado previamente por los mapas.

La dificultad, un fallo de diseño que empaña la experiencia

No obstante 'Project Warlock' tiene, lo que es a nuestro juicio, un fallo de diseño en las dificultades. Para ponernos en contexto, hay 4 de ellas que van desde fácil hasta extremo. En cualquier caso, jugar a la dificultad que está por encima de fácil se antoja frustrante, no por la dificultad en sí si no por el sistema de vidas. El juego incorpora esta mecánica a modo de desafío y el gran problema que tiene es que si pierdes todas las vidas, estás obligado a empezar de cero. Este sistema podría entenderse si el juego fuera relativamente corto o incluso si perteneciese al género roguelike, pero no es el caso. Tras perder todas las vidas, el título nos emplaza al menú y nos propone que empecemos desde el principio, perdiendo por el camino todo el desarrollo del personaje y las armas. El sistema en sí falla en la ejecución y le hace perder todo el sentido a la dificultad. Todo hay que decirlo, y es que en los últimos niveles incluso la dificultad en fácil es bastante exigente, pero seguimos sin verle sentido a que te veas obligado a reiniciar desde el principio perdiendo todo lo conseguido.

Y esto nos conduce inevitablemente al siguiente punto: entre los modos de juego tenemos a nuestra disposición un selector de niveles. El problema que le vemos es que si en algún momento decides reiniciar la partida, o bien pierdes todas las vidas, pierdes todas las armas, mejoras y evolución del personaje, ergo, enfrentarse a los niveles más elevados sin todas esas mejoras se antoja, cuanto menos, imposible y frustrante. Entendemos que la decisión se ha tomado para ofrecer un reto al jugador, pero creemos que con el aumento de dificultad en el selector había mas que suficiente y esta decisión de diseño empaña el buen hacer en las subsiguientes dificultades.

Otro punto en el que tal vez vemos que flojea es en el diseño de niveles, y es que aunque estén realizados a mano, son algo sencillos comparados con los clásicos de los 90. El título intenta salvar los muebles añadiendo un buen número, lo que se traduce en variedad de entornos, pero sacrifica complejidad por cantidad, algo que se podría haber solucionado manteniendo más énfasis en los diseños. Una lástima. Aún así son bastante disfrutables.

El pixel art y los shaders

El apartado visual de 'Project Warlock' recoge el testigo de los clásicos de los 90 y presenta un apartado artístico basado en el pixel y los shaders. En este punto podríamos decir que respeta mucho el estilo de los clásico, aunque se hubiera agradecido un poco más de definición. Tampoco es que se pueda valorar mucho más este apartado; si habéis jugado a los clásicos sabéis de antemano qué esperar de este juego. El título ha sido analizado en una PS4 estándar, y funciona a 60 frames por segundo de forma estable, lo que lo hace una delicia.

Hablar del apartado sonoro de este título es difícil, y no porque contenga pistas difíciles de analizar o efectos sonoros difíciles de cualificar, si no porque son raras las ocasiones donde nos hemos encontrado una selección de temas tan divisibles. Por un lado, hay pistas de audio -las cuales están compuestas en su gran mayoría en formato midi, como los clásicos- que son excelentes, rítmicas, pegadizas, sencillamente increíbles. Pero a su vez, existen muchas otras que son un desastre, monótonas, machacantes hasta el punto de querer desactivar la música por completo. No entendemos si es que han participado en el proyecto dos compositores o qué ha ocurrido aquí, en cualquier caso hay temas que rozan la excelencia y otros que son un horror para los oídos.

Conclusiones

'Project Warlock' es un título que recoge el testigo de los FPS de los 90 e incluso consigue ir un paso más allá. Aquellos usuarios que sepan de disfrutar de este tipo de experiencias quedarán encantados con él, siendo un juego directo, que consigue hacer de la sencillez una virtud. Estamos ante un juego bastante longevo para el género al que pertenece, con variedad de escenarios y enemigos, un buen título para desconectar, agarrar el mando y destruir a todo lo que se nos ponga por delante. Sin más pretexto que el de divertir, es un título excelente para los amantes de los FPS, en especial para los que aún sepan disfrutar de los clásicos. Todo en este juego destila añoranza por aquellos años 90 donde primaba la jugabilidad por encima de todo. Por desgracia, contiene un par de fallos de diseño, como es la dificultad -perdida total de progresión- o algunos escenarios que pecan de sencillez, aún cuando hay mucha variedad y cantidad.