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Análisis de 'Ori and the Will of the Wisps' para Xbox One, una aventura extrasensorial

UN MUNDO MÁGICO

Análisis de 'Ori and the Will of the Wisps' para Xbox One, una aventura extrasensorial

Por Sandra García

El 10 de Marzo 2020 | 11:05

Nos sumergimos en un mundo mágico para analizar 'Ori and the Will of the Wisps' en Xbox One, toda una aventura extrasensorial.

Han pasado cinco largos años desde que conocimos a Ori y compañía, aunque parece que fue ayer cuando nos adentramos por primera vez en su mundo. Moon Studios vuelve con energías renovadas para cautivar de nuevo a sus seguidores con una nueva entrega, 'Ori and the Will of the Wisps'. En esta ocasión en exclusiva para la plataforma de Microsoft.

Con una idea similar llega esta nueva aventura en la que, una vez más, tendremos al pequeño Ori como protagonista y deberemos explorar hasta el último rincón de un universo tan mágico que nos dejará sin palabras a cada paso. Aventuras, peligros, nuevas habilidades y más aguardan nuestra llegada. Nosotros hemos podido recorrer su mundo gracias a un código proporcionado por Microsoft para abriros las puertas a su fantasía.

El regreso a un bosque mágico

La emocionante aventura entre los árboles empieza con un inicio inocente y emocional, pero tan pausado como el anterior. En un lejano lugar donde reina la calma y en el cual solo oímos el suave movimiento de las hojas empieza una nueva aventura para Ori. En 'Ori and the Will of the Wisps' dejamos por el momento a un lado sus aventuras con Naru para volcarnos de lleno en su nueva y alada compañera, la hija de Kuro, en el primer vuelo de la misma. Aunque no siempre el primer vuelo resulta sencillo y satisfactorio. La pequeña junto a Ori acaban envueltos en una terrible tormenta que los deja en algún lugar lejano del bosque.

Ori and the Will of the Wisps

Remarcando un ámbito continuista que se extiende a lo largo de todo el juego (en el mejor de los sentidos), 'Ori and the Will of the Wisps' convierte su historia en todo un tributo al inicio de su predecesor, partiendo de puntos similares y trazando una evolución que sigue de cerca los pasos que dimos junto a Ori en su primera aventura. Un bosque ajeno a la luz de los espíritus, que ha perdido su corazón y fuerza, siendo devorado por la oscuridad y sirviendo de perfecto escenario para que nuestro protagonista pueda poner a prueba sus habilidades sin romper la coherencia argumental del mismo.

Así es como partimos a la nueva aventura. Porque 'Ori and the Will of the Wisps' es, ante todo, un título capaz de recuperar toda la esencia del trabajo de Moon Studios para volver con un imaginario renovado y un abanico de cambios muy notables que, sin embargo, no dejan de sentirse y respirarse como 'Ori'.

Apostando por un cambio mecánico

Un punto que notamos especialmente al poco de empezar a movernos por este nuevo paraje de ensueño que se ha visto abandonado por la bendición de los espíritus y devastado por la Podredumbre. Lo hacemos con la obtención de nuestra primera arma espiritual, una hoja de luz que se convierte en una de las principales columnas mecánicas de la obra. Y es que se hace notar el hecho de que sus desarrolladores hayan tomado nota tanto del feedback de su anterior entrega como de otros portentos del género a través de un sistema que se ha refinado y potenciado en todos los sentidos.

Ori and the Will of the Wisps

El más notable, quizás, es el combate, que se presenta como algo mucho más integrado en el juego. Más allá de las posibilidades que nos daba el orbe de luz en 'Ori and the Blind Forest', ahora nos encontramos un sistema que casa más con las ideas del juego, convirtiéndose en una herramienta constante, mucho más rápida y fluida y que suma al concepto general de kinestesia.

Algo que también aporta mucho al sentido más narrativo del juego, mostrando un Ori más fuerte y capaz, que ahora se atreve a empuñar armas, como la citada hoja de luz o el arco en vez de depender de otros. Por supuesto, esto también implica que los enemigos pasen a jugar un papel mucho más importante en el reto del juego, mimetizándose con el resto de mecánicas presentes y suponiendo nuevos retos constantes, con la adición de nuevos movimientos y cambios que nos pondrán contra la cuerdas una y otra vez. Contaremos incluso con retos especiales diseñados únicamente para poner a prueba nuestras habilidades.

Pero si hablamos de ponernos contra las cuerdas es inevitable hablar de los jefes finales. Uno de los puntos, en conjunto, que más echamos de menos en 'Ori and the Blind Forest' y que ahora se presenta con más fuerza debido a la presencia de más enemigos dispuestos a interponerse en nuestro camino. En cualquier caso, queda claro que el estudio se ha volcado para ofrecer las mejores experiencias, tanto mecánica como audiovisualmente hablando.

Todo un tributo a un clásico moderno

Con todo, y como decíamos, 'Ori and the Will of the Wisps' queda lejos de suponerse como un título totalmente innovador. Y es que sus desarrolladores apuestan fuertemente por la nostalgia y los elementos que lanzaron al estrellato a su obra original para ofrecernos un tándem que, si bien muestra múltiples cambios, también se aferra a sus conceptos más clásicos.

Ori and the Will of the Wisps

Pese a no ser las únicas protagonistas en esta nueva entrega, no faltarán las plataformas, que siguen ocupando la mayor parte del espacio del título y se conciben como algo incluso más orgánico y natural, expandiendo sus límites y dando paso a auténticos laberintos que se extienden a lo ancho y largo de un mundo enorme y que deberemos ir explorando poco a poco, según vayamos obteniendo nuevas habilidades.

Así el juego potencia constantemente el backtracking, abriendo caminos donde no los había antes y ofreciendo nuevas posibilidades que nos permiten redescubrir todo su mundo a través de constantes sorpresas. No solo eso, ya que además contaremos con un amplio abanico de habilidades activas (algunas ya conocidas, otras nuevas) y pasivas que nos harán nuestro paso por su mundo, si no más simple, mucho más fluido y divertido. Algo a lo que hay que añadir la valiosa decisión de estructurar su sistema de guardado a través de puntos de control, aunque eso no vaya a evitarnos morir más veces de las que podamos imaginar.

Donde sobran las palabras

Pese a que el continuismo de 'Ori and the Will of the Wisps' se palpa en cada uno de sus puntos, lo cierto es que la nueva aventura cuenta con un factor nostálgico que recupera toda su magia y la eleva al cuadrado. El trabajo audiovisual que se esconde tras el título sigue siendo su mayor proeza, repleta de pequeños detalles, de juegos de luces y sombras o efectos de partículas que se ven acompañadas por la maestría de Gareth Coker y una composición musical capaz de robar el aliento y que van mucho más allá de suponerse como un simple trasfondo.

Ori and the Will of the Wisps

Un baile, mano a mano, entre su apartado artístico y musical que sirven como hilo narrativo, acompañado solo en momentos puntuales por la aparición de NPCs o la aparición del narrador para dar el más mínimo contexto a la obra. Pues el resto, sin necesidad de voces o historias, se ve constantemente narrado por los efectos de un apartado audiovisual sublime, bañado en magia y perlado de pequeñas novedades incapaces de dejar a nadie indiferente.

Incluso así, la imaginación del jugador sigue siendo un punto importante en su elaboración narrativa, así como la aparición, ya comentada, de estos personajes no jugables, que ayudan a ofrecer nuevos matices e historias que quedan ocultas entre las ramas de estos árboles milenarios, solo al alcance de quien las busca y persigue su hilo, expuesto en forma de misiones secundarias.

Una nueva forma de emocionarnos

'Ori and the Will of the Wisps' cumple con todo lo esperado como uno de los títulos abanderados por la gente de Microsoft para este año 2020. Hablamos de una entrega que toma tanto como puede de su obra original y, aunque puede resultar poco rompedora, consigue emocionarnos tal y como lo hizo cinco años atrás. Sus cambios son notables a cada paso que damos, destacando la fluidez de sus movimientos. Además de la inclusión del cross-save con Windows 10 o la posibilidad de jugarlo a 4K y 60 fotogramas por segundo, exprimiendo al máximo el músculo del título.

Nos encontramos, sin duda, ante uno de los grandes lanzamientos del año. Una obra mágica y emocionante se mire por donde se mire, que se erige sobre sus raíces, mejorando sus puntos débiles y explotando los fuertes a través de una nueva forma de entender y jugar 'Ori'. Una nueva forma de vivir sus aventuras y emocionarnos a través de su historia tan sencilla como mágica.

9,5

Lo mejor:

- La integración y mejora del combate como un punto mucho más protagonista

- Su apartado audiovisual, una de las joyas del medio

- Pese a su simpleza, nos hemos visto envueltos en una emotiva historia

- Sus nuevos recursos: cross-save, puntos de control...

Lo peor:

- Puede resultar demasiado continuista

- Se echan en falta nuevas sorpresas

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