REVIEW

Análisis 'Nobunaga's Ambition: Sphere of Influence' de PlayStation 4 y PC

El nuevo juego de estrategia de Koei Tecmo nos sumerge en las grandes batallas japonesas.

Por Xose Llosa 17 de Septiembre 2015 | 21:35

'Nobunaga's Ambition' es una saga que quizá no os suene mucho, pero de solera. El primer juego data de 1983, y desde entonces ha visto decenas de entregas en todo tipo de plataformas. Nos situamos ante una saga a caballo entre la estrategia militar y la gestión político militar, desarrollada por Koei Tecmo, que ahora pega el salto a la nueva generación de PlayStation -también a Steam-, de la mano de 'Nobunaga's Ambition: Sphere of Influence' con el sello Kou Shibusawa y presentado como un juego de "estrategia histórica".

Un viaje histórico

Nos traslada al Japón de 1.600, y desarrollamos en él batallas históricas en una serie de misiones que se mueven entre mediados del siglo XVI y el XVII. De esta forma vamos metiéndonos en el pellejo de oficiales del ejército, y nos encargamos de la gestión militar, las conquistas, las alianzas, pactos políticos... para normalmente conquistar territorio y defender nuestro terreno.

No hay muchos juegos de estrategia en el catálogo de consola, por lo que siempre es una sorpresa agradable toparse con un lanzamiento como este en PlayStation. Esta ha sido mi primera incursión en la saga, pero lo cierto es que he tenido una sensación de total familiaridad. Koei Tecmo nos tiene acostumbrados a nuestra ración de rigor de Warriors, una franquicia por la que, lo confieso, siento una particular debilidad. Dentro de los arcos de cada 'Dynasty Warriors' desde hace varias entregas llega una sub-saga llamada 'Empires' -hace no mucho analizamos la última entrega- que le debe mucho a 'Nobunaga's Ambition'. En Empires tenemos un componente de gestión política muy basado en menús, intercalado con las fases de acción típicas de Warriors. Ese elementos de estrategia está muy inspirado en 'Nobunaga's Ambition', donde sí se lleva a un plano muchísimo más profundo.

Turnos de acción

'Nobunaga's Ambition', al igual que Empires, también plantea una diferenciación clara entre las fases de acción y las fases de gestión. Es un juego de turnos, y cada turno se desliga en estas dos partes: Una primera en la que estudiamos nuestro mapa, intentamos formar alianzas, desarrollar nuestro ejército y hacer crecer nuestros dominios a base de provincias. De esta manera, y como en Warriors muy volcado sobre la figura de los oficiales, vamos haciéndonos más fuertes. Toda esta preparación para la segunda parte, la fase de batalla, donde lanzamos ofensivas a nuestros enemigos.

Cuando llega el cara a cara con tropas enemigas el juego desarrolla los encuentros en tiempo real. Como si de un juego de tablero se tratase vemos los tokens de nuestras tropas y los manejamos a base de comandos sencillos. La acción no se pausa, por lo que tenemos que ser rápidos en nuestras decisiones para calcular las opciones de victoria o partir en retirada.

El primer contacto con 'Nobunaga's Ambition' para mí ha sido muy familiar, porque la experiencia de Empires te hace comprender la lógica de este juego muy rápido. Sin embargo, es más que probable que la primera partida de un profano sea abrumadora y... seguramente la segunda también lo sea. Éste es un juego árido, gráficamente visual pero no vistoso, y lo que nos propone es cercano a un juego de tablero en el que ejecutamos órdenes a través menús. Superada esa enorme barrera de entrada, que esté en inglés seguramente no ayude en nuestro país, el otro gran problema es el ritmo, pausado y complejo en el que los pequeños detalles pesan mucho sobre el resultado. Este es un juego juego, a fin de cuentas, que te invita a sentarte tranquilamente con el mando entre las manos y una taza de café para dedicarle el tiempo y estudio que merece. Sin embargo, y si logramos pasar esta barrera de entrada, tenemos ante nosotros un repaso por la historia bélica japonesa que nos servirá de escenario para pasar muy buen rato.

Para apasionados de la estrategia

Quien realmente disfrutará muchísimo es el apasionado de la estrategia, que a la vez sea un obseso de la historia. Lo que logra 'Nobunaga's Ambition' muy bien, su gran valor, es darnos las riendas. Tomamos un rol de mando, y no sólo somos los directores de una batalla, sino que somos los políticos que deciden el destino de todo un país en una gran guerra. Esa sensación napoleónica de conquista, pactos y traiciones da de sí auténticos culebrones y leyendas de grandeza, que al final es lo que termina por poner cara y ojos a la fórmula de Shibusawa. Que 'Nobunaga's Ambition' es un juego de nicho nos lo escupe a la cara cualquiera de sus screenshots, pero su refinado planteamiento lo convierte en el típico título que al que le gusta, le gusta muchísimo. En terreno japonés hay auténticos obsesos de esta franquicia, y jugando a fondo es lógico comprender las razones. Para resumir de una manera gruesa pero clara qué es lo que nos dispone, sería acertado concluir que tiene más de Risk que de 'Age of Empires'.

La gran carencia de 'Nobunaga's Ambition' viene del lado de lo técnico. A nivel visual es muy pobre, ni en las fases de gestión ni en las de batalla encontramos alarde técnico alguno. El apartado artístico es básicamente una cartografía. Sobre todo en las fases de batalla se echa en falta un aporte gráfico más visual, y aunque por lo general lo técnico no es la clave de este género, sería cínico negar que es importante. Lo que sí echo muy en falta es que haya posibilidad de crear nuestras propias campañas. Además de las misiones que vienen predispuestas, sería muy buen aporte poder crear nuestros propios escenarios para compartir y jugar. Tampoco tiene componente multijugador, algo que otros títulos de estrategia por turnos como 'Civilization' han sabido explotar muy bien.

Conclusión

Se echan en falta opciones y libertad, en general un acercamiento más ambicioso al género... pero 'Nobunaga's Ambition' pone sobre la mesa un sistema de estrategia político-militar muy coherente y refinado volcado en las relaciones diplomáticas. No es un juego para todos los públicos, y el primer mordisco es duro y desafiante, pero intentad responder a esa exigencia y encontraréis un juego muy a tener en cuenta en un catálogo muy poco explotado en consola.