MAESTRO DEL DISFRAZ

Análisis de 'Nobody Saves the World'

Utiliza tus habilidades de cambiaformas para acabar con la Calamidad

Por Pablo Sánchez de Rojas 16 de Abril 2022 | 12:00

Drinkbox Studios, la desarrolladora canadiense que saltó a la fama con los maravillosos 'Guacamelee!', nos trae 'Nobody Saves the World'; un nuevo título cuya propuesta es completamente diferente a la del citado metroidvania, pero que resulta igual de fresca y divertida. Acompañadnos en un viaje apasionante para acabar con la Calamidad.

La historia en la que Nadie salvará al mundo

'Nobody Saves the World', como ya nos adelanta el chascarrillo en el propio título, nos pone en la piel de Nadie, una figura humanoide de aspecto desaliñado que despierta sin ningún recuerdo en una cabaña destartalada (las referencias parodias a los JRPGs tradicionales serán una constante a lo largo del juego). Pronto descubriremos la habilidad de cambiar de forma, mediante la cual podremos alternar entre distintos avatares en cualquier momento y utilizar sus virtudes para superar todo tipo de situaciones. El humor será una constante a lo largo de esta aventura repleta de personajes extravagantes y diálogos absurdos en busca de nuestro objetivo: liberar al mundo de la Calamidad que lo infecta.

Cada forma que adoptemos tiene sus particularidades, ataques y habilidades pasivas. Por ejemplo, la rata envenena y puede meterse por lugares estrechos, la exploradora lanza flechas a distancia, la tortuga se desplaza sobre el agua, y el caballo se mueve muy rápido pero tiene una hitbox mayor. Estas formas tienen además sus tareas asociadas, típicamente ejecutar una técnica un determinado número de veces o derrotar enemigos de maneras específicas. Según vayamos completando estas tareas las formas irán subiendo de nivel, lo cual por un lado nos servirá para ir aprendiendo nuevos ataques, y por otro para desbloquear nuevas formas, hasta un total de 18. Sin querer arruinar la sorpresa, muchas de las formas que vamos desbloqueando son verdaderamente delirantes y siempre propician nuevas formas de jugar.

Al subir de nivel cada aspecto iremos desbloqueando huecos para las habilidades pasivas y los ataques (asociados a cada botón del pad direccional), lo cual da lugar a una de las mecánicas más interesantes del juego: el importar técnicas de otras formas. Así, podemos darle un ataque a distancia a una forma que se centra en el cuerpo a cuerpo, subsanando su principal punto flaco; podremos otorgarle poderosos efectos pasivos, y lo más importante, conseguir ataques con tipos de daño adicionales.

Y es que existen cuatro tipos de ataque diferentes que podremos emplear contra a nuestros enemigos: cortante, contundente, oscuro y luminoso. La importancia de esto radica en que en muchas ocasiones los monstruos de un calabozo tendrán una barrera elemental protegiéndoles que solo podremos romper con ataques de un tipo determinado. Además, el uso de las técnicas consume nuestra barra de magia que recuperaremos poco a poco al realizar el ataque básico exclusivo de cada aspecto, por lo que tendremos que elegir cuidadosamente qué forma emplear y qué técnicas importar, cuándo emplear el ataque básico y cuándo las habilidades que gastan magia, y también desarrollar cierta agilidad a la hora de alternar entre formas para lidiar con las situaciones diversas que se nos pueden presentar.

Saber gestionar las virtudes de cada una de estas formas es imprescindible para superar las mazmorras que ofrece este título. Y es que 'Nobody Saves the World' es ante todo un dungeon crawler, en el cual tendremos que superar numerosos calabozos repletos de enemigos y generados de manera procedural para hacernos con las estrellas necesarias para ir avanzando en la historia. Estos calabozos están enfocados a desafíos puramente de combate, por lo que no encontraremos ningún elemento de exploración o puzles; lo único que iremos recogiendo serán objetos para recuperar salud y numerosas monedas que más tarde podremos utilizar para comprar mejoras y habilidades en las tiendas.

Los calabozos pueden tener condiciones especiales (por ejemplo, no poder cambiar de forma o que los efectos de estado duren más) que le darán algo de variedad al desarrollo y nos obligarán a buscar nuevas estrategias conforme avanza el juego. Algunas veces tendremos que encontrar llaves o matar a una cantidad determinada de enemigos para poder continuar, pero en general se reduce a recorrer un mapa más o menos laberínticos hasta llegar al final. Si nos matan tendremos que volver al principio y el mapeado se regenerará, aunque si hemos llegado hasta el último enfrentamiento activaremos un teletransporte que nos permitirá volver a la pelea final instantáneamente. Con todo, nunca serán excesivamente largos y la mayoría pueden completarse en 10 ó 15 minutos.

Pero 'Nobody Saves the World' es mucho más que combatir, ya que complementa su fórmula de dungeon crawler con un envoltorio de mundo abierto. Pasaremos muchas horas explorando un mapamundi dividido en varias zonas y que hace las veces de hub central desde donde podemos acceder a las distintas mazmorras e interactuar con todo tipo de personajes, muchos de los cuales nos darán misiones secundarias. En este sentido, recuerda un poco al sistema utilizado por 'Tombi!', en el cual cada misión queda registrada en el menú para ser consultadas en cualquier momento. Las tareas que proponen son de lo más variopinto: no solo combates y recados sino también, pruebas de habilidad e incluso algunos acertijos. Entre las tareas de cada forma, las de superar calabozos y los encargos de los gremios y otros personajes tendremos tal cantidad de misiones activas que estaremos constantemente completando tareas, y por tanto recibiendo experiencia y subiendo de nivel, por lo que la sensación de progreso es permanente.

Estas misiones secundarias no son tan opcionales como cabría pensar, ya que los calabozos legendarios que deberemos superar para avanzar en la trama tienen un requisito de estrellas bastante elevado y estaremos obligados a completar gran parte de las tareas opcionales disponibles incluso si únicamente queremos terminar la historia principal. La aventura principal puede durar más de 15 horas que no se hacen aburridas en ningún momento, en parte gracias a su excelente humor.

El tono del juego es ligero y jovial, apostando por las situaciones cómicas y diálogos ingeniosos que contribuyen a crear una atmósfera única. El aspecto gráfico está acorde a este tono desenfadado y presenta unos diseños estilo cartoon muy resultones tanto para las diferentes formas del protagonista como para todos los personajes y entornos. La música acompaña perfectamente, y a pesar de no contar con un número elevadísimo de composiciones, sí son temas muy pegadizos que se incrustan en nuestra cabeza y rápidamente nos encontraremos tarareando.

Al completar el juego tendremos la posibilidad de jugar una Nueva Partida+, continuando con el nivel alcanzado en un modo de dificultad superior. Además existe un modo multijugador que nos permitirá jugar con un amigo en línea, consiguiendo sinergias entre formas aún más locas e impredecibles.

Uno de los indies más recomendables del año

'Nobody Saves the World' es una experiencia fresca, divertida, que no se toma en serio a sí mismo y esa es quizá su mayor virtud. Mezcla a la perfección la propuesta de un dungeon crawler tradicional con la exploración de un mundo abierto repleto de tareas opcionales. Sus mecánicas de cambio de forma invitan a combatir de formas sumamente variadas al permitir mezclar ataques y habilidades entre ellas. Se le nota un gran mimo en su estética y banda sonora, complementando perfectamente al tono humorístico del juego. Y finalmente, su duración es perfecta, ofreciendo considerables horas de diversión sin llegar a alargarse demasiado como para hacerse repetitivo. Estamos, sin ningún tipo de duda, ante uno de los grandes desarrollos independientes de 2022 y un juego extremadamente recomendable para cualquiera con un mínimo interés en su propuesta.