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Análisis de 'Minoria' para Nintendo Switch, entre la Iglesia y la herejía

Analizamos 'Minoria', la última entrega de Bombservice que va mucho más allá de suponer una simple secuela espiritual de 'Momodora'.

Por Sandra García 21 de Septiembre 2020 | 18:15

Bombservice vuelve al panorama independiente con una entrega que desafía lo creado hasta ahora para dar nueva forma a su mundo, ambientación y mecánicas. Rdein, el autor brasileño conocido por su innegable trabajo y reconocimiento a través de la saga 'Momodora' nos conquista ahora con 'Minoria', un título al que el propio autor tilda de "sucesor espiritual" y que, os adelantamos, consigue mantener la buena forma de sus trabajos anteriores con la capacidad de adentrarse en nuevos terrenos que explorar.

Una llegada que se celebra a pesar de la cancelación de la quinta entrega de 'Momodora', un título que no consiguió convencer con su estilo tridimensional y del que 'Minoria' toma algunas notas para rendirle un silencioso tributo mientras nos muestra la capacidad del autor para trabajar en otros espacios. Sobre ríos de tinta y sangre, nos abrimos paso a través de las calles empedradas de Ramezia para hablar de que nos ofrece la obra.

Entre la Iglesia y la herejía

'Minoria' es, en esencia, un título que no busca tanto cautivar a través de su historia como de su apartado jugable. Un título que cuenta con una propuesta narrativa especialmente interesante y con una gran capacidad para retorcer sus líneas y mostrar nuevas facetas pero que deja su fondo a disposición del jugador o jugadora. Es nuestra decisión el vivir o vivir más allá de lo que nos ofrece su mundo.

¿Y que nos ofrece? Una compleja situación que azota a Ramezia tras la rebelión de las brujas. Las practicantes de la herejía han comenzado a atacar la ciudad y mientras la sangre fluye libre por las calles los fuegos se extienden a lo largo y ancho del lugar. La situación ha llegado a un punto crítico y la Iglesia decide tomar cartas en el asunto. Es hora de exterminar a las herejes que no decidan plegarse ante la voluntad divina.

Así, desde el principio, 'Minoria' plantea un sistema moral invisible, implícito y liderado por nuestras propias decisiones y consideraciones, que obliga a la persona que se pone a sus mandos a posicionarse en favor de uno de los dos bandos. Algo que no haremos de forma neutral, sino en el lado de la Iglesia, controlando a la Hermana Semilla, acompañada de la novicia Hermana Frann. Su misión, la de rescatar a la princesa secuestrada por las brujas, tendrá un propósito mayor: liberar Ramezia de manos herejes. ¿O es la Iglesia quien somete a la ciudad?

A través del desarrollo de la obra contaremos con la aparición de diferentes personajes —escasos, pero no menos de los necesarios— que, junto con la inclusión de un sistema de decisiones, conformarán una trama humana donde, como decimos, el posicionamiento formará un pilar sustancial de su avance. Un sistema para el que contaremos con pequeños fragmentos narrativos que se apoyarán, esencialmente, en la intención del usuario por querer saber más de su mundo, a través de notas, archivos, objetos y gracias, también, a la fuerza de su ambientación.

Abriéndonos paso a través de la Catedral

Con todo, la gran fuerza de 'Minoria' reside en su apartado mecánico. Uno que decide jugar con la fluidez y la velocidad para hacer que cada encuentro pueda resumirse en cuestión de pocos segundos. La diferencia no la marca la fuerza, sino capacidad para abatir a los enemigos antes de que puedan tocarnos. Y es que la dificultad, marca de la casa, permitirá que cualquier rival —incluso los enemigos iniciales— nos elimine con poco más de dos golpes.

Para sobrevivir no solo contaremos con la increíble habilidad de espada de la Hermana Semilla sino que sumaremos el uso de Inciensos como habilidades activas y pasivas. Desde la más simple, como puede resultar recuperar vitalidad, hasta otras más complejas, capaces de provocar lluvias de golpes sobre nuestros enemigos. Un punto importante, ya que encajar suficientes golpes sobre ellos propiciará el poder aturdirlos para eliminarlos con facilidad. Algo a lo que se une la capacidad de bloquear en el momento justo para lanzar un contraataque automático —parry— como respuesta. Una de las grandes propuestas del título, dada su dificultad, pero que puede convertirse en un recurso único. Se echa en falta una barra de estamina con la que limitar sus usos.

Por supuesto, haciendo hincapié en el género al que representa, contaremos con la posibilidad de esquivar y saltar, siendo esencial aprender los patrones de enemigos y jefes finales para no caer en sus ofensivas. Además, cada nivel nos aportará una pequeña mejora de vitalidad y daño realizado. Todo esto sin tener en cuenta la posibilidad de comprar nuevas habilidades y encontrar ciertas mejoras ocultas en su mapa. ¡La exploración es esencial en 'Minoria'!

Una ambientación inolvidable

Y es que, siguiendo los preceptos del metroidvania, el título de Bombservice aboga especialmente por el apartado jugable haciendo uso de un mapa considerablemente grande repleto de pasillos, habitaciones, accesos delimitados y trampas. Un conjunto que aporta, insistimos, la guinda a su propuesta y que consigue sentirse tan fresco como funcional dentro de lo que la escena independiente supone.

Si bien el backtraking no es tan satisfactorio como podría gustarnos y la incapacidad de desplazar el mapa puede jugarnos alguna que otra mala pasada, lo cierto es que la sensación general resulta muy satisfactoria, con un diseño de niveles adaptado a su propio espacio y siempre dispuesto a revelar secretos o sorpresas para hacer que tomar riesgos tenga siempre una recompensa. Si conseguimos salir vivos.

Un conjunto que no funcionaría por si solo si no fuese por el trabajo de su autor, que hace notable el cambio de motor gráfico, dejando atrás Gamemaker para aprovechar las prestaciones de Unity y ofrecernos una clara estética europea medieval que combina sus escenarios en dos dimensiones con la tridimensionalidad de sus personajes y una ambientación de época con un gran poder narrativo que consigue cierta sensación inmersiva en su experiencia.

A ello le acompaña el trabajo de Ólafur Kolbeisson y NotoriusKnave —encargados, respectivamente, de la composición de la segunda y tercera y cuarta entrega de 'Momodora'— que suma un doble fondo a la propuesta de la obra a través de una banda sonora mímica, capaz de tomar forma junto a su escenario y acompañarnos como testigo de nuestra historia junto a la Hermana Semilla y compañía.

Más que un sucesor espiritual

'Minoria' es, al final, mucho más que un sucesor espiritual para sus predecesores. Se trata de una entrega con personalidad propia, que toma parte de lo que su autor mostraba en anteriores trabajos y toma nota de la influencia del trabajo de Hidetaka Miyazaki, mostrando en su línea creativa cierta reminiscencia general de la propuesta del autor japonés sin perder de vista los intereses del título y su conjunto.

No hablamos de una obra capaz de revolucionar el género y lo cierto es que se echan en falta ciertos añadidos que habrían conseguido hacerlo brillar, pero incluso así 'Minoria' es una entrega apasionada, con un apartado narrativo que instiga a explorar más sobre su mundo y un complejo mecánico que da sentido a su exploración y combate hasta el punto de justificar su propia existencia. Un viaje repleto de sombras, donde la luz que se encuentra al final del camino dependerá de cómo decidamos recorrerlo y las decisiones que tomemos a través del mismo.