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Análisis de 'Kingdom Hearts III Re:Mind', un extraño viaje al pasado

La expansión oficial de la tercera entrega numérica de la franquicia crossover nos ofrece una aventura poco convencional y con raras decisiones narrativas, aunque estupendos jefes finales.

Por Daniel G. Astarloa 27 de Enero 2020 | 16:00

Un año después del lanzamiento de 'Kingdom Hearts III' parece que los fans no tenemos suficiente. Queríamos más contenido del que el juego nos ofreció: más historia, explicaciones, mundos, una dificultad que hiciese justicia al sistema de combate. Square Enix no ha dejado de dar soporte al título con novedades como el modo Maestro, pero necesitábamos más. Y de ahí la necesidad de añadir un episodio adicional al juego completo: 'Kingdom Hearts III Re:Mind'.

Un año suele considerarse mucho tiempo para desarrollar una expansión, y sumado a su precio y el hecho de que no haya más DLC anunciado para el título ha creado cierta expectación acerca de lo que se espera de este. Además, la saga 'Kingdom Hearts' tiene la fortuna de contar con un precedente en las expansiones de los juegos base en forma de los 'Final Mix', relanzamientos con mucho más contenido extra y ajustes a lo largo de la aventura. ¿Consigue Square estar a la altura de su propio pasado?

Re:Mind, un recordatorio del final

El contenido principal de esta expansión se centra en el episodio Re:Mind, una visita a las últimas horas de la aventura principal desde una perspectiva distinta. Esta vez saltamos de personaje en personaje, observando lo que sentían o sus acciones durante ausencias de Sora. Es una manera justificada de pasar a controlar a Aqua, Riku y Kairi, entre otras sorpresas, además de añadir algunas escenas que justifican las acciones de algunos personajes durante la gran batalla final contra los trece príncipes de la oscuridad.

Esa es la teoría. A la hora de pasar a la práctica parece que el equipo de desarrollo no se decidiera con cómo aprimarse a esta expansión: los primeros veinte minutos son todo cinemáticas de eventos relacionados con los villanos que deberían estar a lo largo de la aventura, pero al no saber encontrar su sitio se posicionan aquí. No es un mal extra que añadir, pero es extraño y entorpecedor encontrarlos, entre todos los lugares posibles, en el principio de la nueva aventura, y hace cuestionar cuanto menos la dirección hacia la que se dirigía en un principio este nuevo episodio.

Es un problema mayor cuando vamos saltando entre personajes sin un sentido claro al que dirigirnos, como una forma de rellenar huecos del final de la aventura más que como algo adicional. Más de la mitad del contenido de este episodio es material reciclado: la mayoría de jefes, escenas y eventos son cosas que ya vivimos. Es especialmente notorio en caso de haber terminado recientemente el juego, pues este DLC dedica demasiado tiempo a repetir las mismas cosas una vez más.

Además de ello, las nuevas escenas no son del todo satisfactorias. Se centran en dos aspectos: añadir nuevas explicaciones en largas exposiciones a las motivaciones de los villanos y preparar el terreno para la próxima entrega de la saga, aquello que está por venir.

La sombra de los perdidos

Aunque hay problemas mayúsculas con la historia y la repetición de mucho material del juego base aquello que es nuevo brilla con una intensidad especial. Controlar a los dos nuevos personajes que no tocábamos durante la aventura, en especial Kairi, hace que todo sea mucho más fresco. Sus estilos de batalla son renovadores y un tanto particulares, en especial a lo que se refiere a la compañera de Sora. El equipo de desarrollo ha dedicado una especial atención a ella y cómo destaca en combate, y al terminar la historia el poco tiempo que la controlamos se siente como poco. Ojalá hubiese más tiempo con Kairi, que el juego base no trató como muchos fans deseaban.

También brillan los jefes finales adicionales agregados, que son muchos y en grandes cantidades. Por una parte tenemos unos pocos nuevos añadidos en el propio capítulo Re:Mind, los cuales destacan más por el contexto en el que se ubican que por su propio desarrollo. Durante sus batallas podemos ver nuevas interacciones entre personajes, ataques especiales y otras sorpresas que arrancarán más de una sonrisa por parte de los fans que vengan de largo en la franquicia.

Los auténticos combates que brillan son los ofrecidos tras la historia en forma de datos. Tenemos que enfrentarnos a los trece príncipes de la oscuridad en su versión más poderosa más vista hasta el momento. Son casi irreconocibles con respecto al juego base: tienen una enorme cantidad de nuevas habilidades que nos recuerdan a entregas pasadas, sus estrategias pueden variar enormemente y llaman a la nostalgia con nuevas habilidades. Marluxia vuelve a utilizar sus susurros para invocar un contador de la muerte sobre nuestras cabezas, Vanitas invoca sus sombras desde la lejanía como hacía su reminiscencia en 'Kingdom Hearts: Birth by Sleep'...

Dos de las batallas, sin embargo, destacan por la reinvención en el combate y los nuevos estilos de combate que presentan. La identidad de ambos jefes finales es un spoiler tanto para la historia base como para el DLC, pero son fáciles de reconocer una vez se llega a ellos. Por un lado está el miembro XIII de la Organización, un nuevo enemigo presentado para Sora que utiliza habilidades no vistas antes que nos pondrán en un buen aprieto y que exigía reformular lo que el personaje significa para la propia franquicia. Por otro lado, la batalla final con la que cierra la expansión, sin lugar a dudas la más difícil de todas, brilla por ser increíblemente ingeniosa cuando hace uso de habilidades de robo y ataques nuevos vistos que seguro que experimentaremos más a fondo en el futuro de la franquicia, como sucedió con la armadura de Terra o el Desconocido.

Pequeños dulces para los fans

Tras la poco inspirada historia y los espectaculares combates que aprovechan al máximo el sistema de combate de 'Kingdom Hearts' nos quedan los pequeños detalles del DLC, un caramelo para los fans que no puede ser clasificado con la misma precisión que los anteriores apartados. Pequeños extras como la inclusión de las armas Prometida y Recuerdos Lejanos, virtualmente idénticas en la jugabilidad y que presentan un nuevo estilo de combate a cambio de superar los modos de dificultad más altos.

El mayor de estos contenidos es la inclusión del menú premium, una nueva manera de jugar a la aventura completa si decidimos revisitarla. Al crear nueva partida, durante la selección de nuestro estilo de juego, se nos ofrece la opción de facilitar nuestro progreso o bien entrar en un campo de donde sólo salen airosos los expertos. El primero ofrece algunos retos para aprender a jugar y hacer buen uso de las habilidades de Sora además de añadir modificadores que hacen mucho más sencillo nuestro viaje: es un modo perfecto para poner a los más pequeños y que aprendar las bases del control del videojuego, de que aprendan a ser mejores jugadores a través de esos retos. El camino del experto, por otra parte, nos pone a prueba con puntuaciones: cada vez que nos enfrentemos a un jefe final se nos dará como recompensa una nota en base a cuántos modificadores de dificultad adicional hayamos activado, intensificando nuestro progreso con la opción de no curarnos, perder vida progresivamente o incluso combatir con los parámetros de nuestro personaje a Nivel 1. Es un auténtico reto que anima a los jugadores a aumentar su rango hasta el máximo durante la aventura para calificar cuánto has dominado esta entrega y compartirlo con tus amigos.

Al igual que puedes compartir fotogramas y creaciones de imágenes gracias a un nuevo modo de juego al que podemos acceder en el segundo capítulo, un modo de hacer nuestras propias escenas con personajes y ubicaciones de la saga con resultados de todo tipo. Internet parece haber quedado enamorado de este añadido y ya circulan por todas partes imágenes de memes o situaciones absurdas que merecen su propio apartado.

Conclusiones

'Kingdom Hearts III Re:Mind' no es lo que muchos esperábamos. En el apartado de la historia se queda cojo, recicla demasiado material del juego base y su duración es muy escasa, con apenas entre tres y cuatro horas de duración. Si no vamos a hacer uso del menú premium y enfrentarnos a los jefes finales adicionales del segundo capítulo, los cuales pondrán al límite nuestra habilidad de juego a nuevos niveles, no tendremos mucho que hacer. Es una expansión para fans que sepan a lo que se enfrentan, y el precio de 29,99€ puede ser demasiado para muchos. Lo disfrutarás por los combates y las fotos que hacen en las redes sociales.