Análisis

Análisis 'Just Cause 3', un juego con mucho gancho

Tercera entrega de la saga 'Just Cause' de la mano de Avalanche Studios y Square Enix disponible el 1 de diciembre e ideal para comenzar las vacaciones de navidad.

Por Héctor Lasheras Díez 1 de Diciembre 2015 | 01:01

Tercera entrega de la saga 'Just Cause' de la mano de Avalanche Studios y Square Enix disponible el 1 de diciembre e ideal para comenzar las vacaciones de navidad.

Una vez más nos ponemos en la piel del ex agente menos secreto, pero más cualificado, de la Agencia, Rico Rodríguez, en esta ocasión con la misión de salvar Médici. Hemos vuelto a nuestra tierra natal, la hermosa República de Médici en el Mediterráneo, nuestra "Italia" de toda la vida, para descubrir que ahora se encuentra en manos del dictador militar Di Ravello. Este egocentrista con delirios de grandeza tiene sometido el archipiélago mediterráneo, gracias a su principal fuente de ingresos, el bavarium, una especie de uranio que puede servir tanto para generar energía, como para fabricar armas nucleares y que en manos de Di Ravello, más bien es lo segundo.

Nuestro ya más que conocido Rico, o también Demolition Man, especialista en derrocar regímenes dictatoriales, ahora y con el siempre inestimable apoyo de sus amigos, tiene un motivo personal para liberar a estas buenas gentes, que, aunque naturales de Médici, no tenemos muy claro porqué parecen ser todos rebeldes de un cartel mexicano. Sea como fuere y siendo fieles a los puntos fuertes de 'Just Cause', nos encontramos ante un gigantesco juego, tanto por sus 1000 km2 de mapa, como por las más de 100 horas de juego.

Médici se divide en tres "provincias" o regiones: Ínsula Fonte, Ínsula Draco e Ínsula Striate, cada una con diferentes características geográficas, lo que da mucha vida a nuestro estilo de juego, y que a su vez se dividen en localidades. Estas localidades pueden ser tanto pequeños pueblos costeros, como urbes con rascacielos, o complejos militares repletos de cañones, baterías antiaéreas y tanques. Nuestro objetivo es ir liberando estas localidades, que una vez completadas, liberaran a su vez, la región debilitando así el poder de Di Ravello.

La trama principal del juego en algunos momentos nos obligará a dedicarnos a la liberación de asentamientos. Quitando eso, liberar pueblos será una tarea secundaria que podemos realizar o no, según queramos. Y es que 'Just Cause 3' tiene además de la trama principal del juego con sus misiones asociadas; otra tanda de misiones secundarias, como liberar pueblos, así como una tercera tanda de misiones locales o puntuales, asociadas a determinados encuentros fortuitos, como asaltar convoyes de presos. E incluso una cuarta tanda correspondiente a las misiones o retos, que servirían para mejorar nuestras habilidades y equipamientos. Es decir, horas y horas de juego y misiones.

¿Tanto no será repetitivo?

Cabría pensar que, con tantas horas de juego, es imposible que cada misión sea única, pero para nuestra sorpresa nos equivocamos. La línea principal es sencillamente genial, combina de forma magistral un argumento bastante interesante, con inesperados giros de guion, que nos arrancaran un "ooohhhh, no me lo esperaba", todo ellos sembrado por la característica fanfarronería y humor de Rico y sus compañeros, ni demasiado densa, ni demasiado jocosa. Las misiones secundarias, como liberar pueblos, se harían repetitivas si no fuera por el inmenso, superlativo y enorme inventario de armas, vehículos y habilidades (más de 60), lo que nos permite sembrar el caos de las formas más imaginativas posibles. ¿Quieres destruir una estatua con un misil? Puedes. ¿Prefieres golpear a motoristas con vacas colgando desde un helicóptero apache? También puedes. Las habilidades son prácticamente inagotables.

Referente al inventario, el mejor resumen que podemos hacer es que si tiene motor, Rico lo conduce, da igual que sea por tierra, mar o aire, e incluso tendremos un buen número de modelos de aviones, helicópteros, barcos, tanques, coches, motos, lanchas, destructores, lo que sea. 'Just Cause 3' lo tiene. Esto obviamente nos da una libertad total a la hora de desplazarnos entre misiones, pudiendo disfrutar de la conducción de nuestro deportivo o prefiriendo saltar en paracaídas desde nuestro avión, habilidad que ahora se combina con el wingsuit o traje de vuelo, que nos permitirá planear y atacar desde el aire a nuestros enemigos.

Si todo esto no os resulta suficiente, seguiremos contando con nuestro polivalente gancho, al que podremos ir mejorando para agarrar objetos y lanzarnos contra enemigos o engancharnos a vehículos en movimiento, o trepar a las montañas más altas y edificios.

También, dentro de nuestras opciones contamos con la mejora de habilidades, la posibilidad de crear vehículos a medida previo desguace de otros coches en los garajes liberados o realizar misiones de mejora e incluso, usando balizas, solicitar refuerzos rebeldes, en forma de armas o vehículos allí donde nos encontremos.

Entrando en las mecánicas del juego, también nos ha sorprendido muy gratamente, especialmente la IA tanto en términos generales para la estructura del juego, como individual para cada enemigos. En el aspecto general, notamos que a medida que liberamos regiones, la presencia militar se reduce en la provincia; los soldados de Di Ravello que ue patrullan se volverán más o menos hostiles dependiendo también de la provincia donde estemos y el poder que el dictador tenga en ella, medido este en control de asentamientos. Sobre la individual, contamos también con gran variedad de soldados enemigos, mejor o peor equipados, que dependiendo del número de estrellas de alerta que tengamos, entre 1 y 5, irán apareciendo de forma progresiva. Los enemigos no sólo se limitaran a dispararnos, si no que se cubren, huyen de las granadas, se agrupan, utilizan los vehículos que les rodea... En definitiva, hace que todo el combate sea mucho más realista y complejo que limitarnos a disparar, cosa que por otra parte, también podréis hacer, porque estáis jugando a 'Just Cause'.

Por el contrario, la IA de los habitantes de Médici nos resulta algo confusa, quizás los desarrolladores han pensado en la fama de malos conductores que tienen los italianos, en cuyo caso sí es muy realista, de lo contrario, nos encontramos con que al ir conduciendo, estos invaden nuestro carril, se chocan entre ellos, generan atascos y mueren calcinados en sus propios vehículos. No es una queja, desde luego resulta divertido, sobre todo con las frases que nos regalan cuando robamos sus coches "o dios, era un regalo por la crisis de los 40" nos dice un anciano conductor de un deportivo.

Finalmente en el apartado gráfico nos encontramos con un título más que decente. Hablando desde el análisis sobre del juego en la versión de PC, ya en niveles medios nos permite jugar con sombras, efectos de viento y nubes. Para los más pudientes, exprimir al máximo el motor gráfico sencillamente nos deleitara con los destellos en la chapa del coche, los ciclos día/noche, y una fantástica profundidad de campo incluso a 15 km sobre la isla.

La banda sonora y los efectos tampoco se quedan cortos, ajustándose a los momentos de tensión cuando deben y pudiendo escuchar incluso los cambios de marcha en los coches, o las fantásticas explosiones, que en más de una ocasión han hecho pasar un mal trago a mi procesador i5 dado que se pueden encadenar más de 30 segundos de constantes explosiones gigantescas.

En definitiva, 'Just Cause 3' se presenta como un gran título para estas navidades, capaz de entretenernos durante muchas y muchas horas.