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Análisis de 'Lonely Mountains: Downhill' para Xbox One; 'OlliOlli' en bicicleta

DESCENSOS DE LOCURA

Análisis de 'Lonely Mountains: Downhill' para Xbox One; 'OlliOlli' en bicicleta

Marco Gonzálvez Por Marco Gonzálvez

El 30 de Octubre 2019 | 16:00

El proyecto de Megagon Industries ha conseguid cumplir todo lo que se esperaba de él.

Ya en 2016 las sensaciones eran fascinantes al poner las manos sobre 'Downhill Prototype', un proyecto en una fase prematura de su concepción que compartía en TIGForums el desarrollador independiente Daniel Helbig. La idea era la de crear un arcade muy emocionante recreando un deporte extremo como lo es el Descenso BTT. Ahora aquella idea ha salido a la luz bajo el nombre de 'Lonely Mountains: Downhill' y con la firma de Megagon Industries, el estudio compuesto por el propio Helbig y sus compañeros Jan Bubenik y Severin Brettmeister.

Caer y levantarse

Las cosas claras desde el principio. 'Downhill' es uno de los estrenos independientes que más nos han fascinado este año y tememos realmente que no consiga captar la atención que se merece por las fechas en las que ha llegado a PC, PS4 y Xbox One, además de por una ausencia total de ruido o expectación en las semanas previas a su estreno.

Lonely Mountains: Downhill

Lo que ha conseguido que acabáramos verdaderamente enganchados y enamorados de esta propuesta es una filosofía a nivel de diseño y pulido en la fórmula que previamente habíamos visto en clásicos modernos del arcade como 'OlliOlli', 'Hotline Miami' o 'Super Hexagon'. Sobre éste último leí hace años una descripción que resume a la perfección la decisión de diseño más importante a la hora de entender el éxito de estas propuestas. Un amigo decía de Super Hexagon que "en un movimiento maestro, otra chispa de genio, el señor [Terry] Cavanagh ha colocado la tecla de reinicio más a mano que el botón de pánico".

Esa es la guinda puesta sobre un pastel que sabe a nuevo. En los últimos años la bicicleta no ha sido protagonista de ningún videojuego memorable o especialmente divertido. Ahora, en cuestión de meses, hemos tenido dos títulos centrados en el uso más extremo de este vehículo. El pasado mes de febrero por fin se dejó ver 'Descenders', otro título centrado en los descensos por montañas con vistas en primera persona. En esta ocasión eran un proyecto de RageSquid y su aceptación fue bastante positiva, aunque también muy modesta en cifras.

Lonely Mountains: Downhill

En el caso de 'Downhill' nos encontramos con una cámara aérea, unos bellísimos entornos naturales recreados usando el low poly y un diseño de niveles infernal con el que se han generado 16 rutas de descenso divididas en 4 montañas con biomas diferentes. A través de zonas nevadas, desérticas, boscosas y rocosas vamos a tener que poner a prueba paciencia y reflejos, así como memoria y concentración. La dificultad de 'Downhill' se vuelve tan endiablada como el jugador quiera. Hay saltos milimétricos, curvas imposibles, cuellos de botella minúsculos y cuestas a pocos grados de convertirse en paredes verticales. Dominar cada uno de estos elementos naturales es el objetivo último de estas pruebas.

Un total de 16 rutas parece poco (y puede que lo sea), pero debemos tener en cuenta los niveles de dificultad. La progresión funciona así: En cada nueva ruta tenemos la dificultad principiante donde no existe cronómetro, desafíos o reto alguno más allá de completar la ruta tomándonos el tiempo que necesitemos para hacernos con su orografía. Una vez completada dicha dificultad es el momento de subir a la siguiente, donde nos esperan nuevos desafíos como completar la ruta en un tiempo determinado o sufriendo un número máximo de accidentes. Uno de estos desafíos suele desbloquear la siguiente ruta y eventualmente la siguiente montaña.

Soñando con la perfección

Completar todas las rutas y montañas de 'Downhill' es muy sencillo y nos puede llevar poco más de dos horas. Es intentar dominar por completo cada ruta y completar todos los desafíos existentes lo que puede llevarnos unas cuantas semanas (o meses, dependiendo de la habilidad de cada uno). Cada ruta ha sido diseñada con muchísimo mimo y por ello se pueden recorrer decenas de veces sin cansarse, porque hay una gran número de atajos con los que siempre podemos arañar unos segundos al crono y además está la variable de las diferentes bicicletas.

Lonely Mountains: Downhill

Hay media docena de bicicletas disponibles y conseguir desbloquearlas es también otro de los desafíos a tener en cuenta en 'Downhill', pues es necesario completar los desafíos antes mencionados para obtener las piezas necesarias que nos permitan fabricar dichas bicicletas. Cada una de ellas cambia por completo la forma de afronta una ruta completa. Hay saltos que solo pueden realizarse con las bicicletas con mejor suspensión, descensos cuya velocidad máxima solo podremos aprovechar con las más veloces y curvas cerradas que solo serán posibles con las preparadas para estos terrenos complejos.

Lo que venimos a decir es que completar el contenido básico del juego por primera vez es únicamente un tutorial. Toca volver y experimentar con todos y cada uno de los trazados para dominar cada punto de control de cada ruta con la mayor precisión que nuestros dedos y nuestros reflejos puedan conseguir. Obviamente hay un sistema de marcadores para que el mayor desafío no sea el porcentaje de contenido que hemos completado, sino los miles de jugadores que hay ahí fuera haciendo mejores tiempos que tú en ese circuito donde creías que era imposible apurar más.

Lonely Mountains: Downhill

Cierto es que 'Downhill' no es uno de los juegos más refinados de los últimos tiempos. Con relativa frecuencia podemos encontrarnos sin saber muy bien contra qué hemos chocado en nuestro último fracaso o atajando por un salto que hemos realizado por error al colisionar de forma poco creíble contra un obstáculo que no estaba puesto ahí para servir de atajo. A pesar de esto es bastante probable que nos encontramos en muchas más ocasiones enfadados con nosotros mismos por no ser capaces de superar ese tramo concreto usando los atajos que queremos con eficiencia o dando las curvas de la forma más óptima, que enfadados con el juego por ser injusto o no tener algo en su sitio.

Conclusiones

'Lonely Mountains: Downhill' es indudablemente uno de esos juegos a los que llaman "tapados". Una de esas joyas que es posible que no veamos en muchas listas a finales de año o que puede que no vendan lo que merecen, pero sin duda es una de esas que disfrutas y que acabas recomendando a cualquiera que disfrute de esas partidas cortas y frenéticas que ofrecen estas propuestas donde se ha "colocado la tecla de reinicio más a mano que el botón de pánico".

Lonely Mountains: Downhill

No solo estamos ante una obra realmente disfrutable por las sensaciones que da ponerse a los mandos y tenerla delante. También es un trabajo de orfebrería en campos como el apartado visual y el sonoro. Para contrarrestar la sensación de obra genérica que puede venir acompañada del uso del low poly se ha contado con un nivel de detalle fantástico en cada ruta colocando vegetación, rocas, riachuelos y cascadas teniendo en cuenta el sentido que cada una de estas cosas tiene en su entorno. Además se ha optado por privar al juego de cualquier tema musical y en su lugar se aporta un grado de inmersión adicional con los sonidos de los pájaros, el agua, el viento y los increíblemente satisfactorios derrapes de nuestras ruedas. Con esta decisión se ha aplicado un rotundo "menos es más" y prescindiendo del uso de música se ha conseguido que podamos oír respirar a esas montañas solitarias que dan nombre a la obra y que sirven de paso de muestra de respeto por una de las características del deporte que la inspira, la comunión del deportista con el entorno natural.

9,0

Lo mejor:

- De lo más adictivo del año.

- Muy rejugable.

- Escenarios preciosos gracias a un low poly muy fino.

Lo peor:

- Se puede volver repetitivo al tener poca variedad de rutas.

- De vez en cuando la cámara te juega malas pasadas.

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