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Análisis de 'Crossing Souls'. Una "ochenterada" de alto nivel

THE 80s

Análisis de 'Crossing Souls'. Una "ochenterada" de alto nivel

Por José Antonio Rodríguez Gómez

El 18 de Febrero 2018 | 21:00

Un juego capaz de transportarnos a los felices años 80, cuando la ciencia ficción molaba aún más.

Fourattic es un equipo de desarrollo español que demuestran tener un dominio de los píxels y del ambiente ochentero más que a tener en cuenta. Nos traen 'Crossing Souls', un título que hemos analizado en PC y que nos provoca un "regusto" a clásico y ochentero que realmente le sienta de maravilla. Y es que si bien es un juego que no innova de manera exagerada, sí que es una muestra de buen gusto y que deja claro que este equipo tiene mucho que aportar en diversos géneros. Tantos como se atreven a "tocar". Y no son pocos, hay para todos los gustos.

Avanzando, sin más

'Crossing Souls' se basa en un esquema básico y rígido: el juego es lo más uniforme y homogéneo que podamos imaginar. No se mete en camisa de once varas pese al interés por diversificar a la hora de ofrecer un sistema de juego que por igual sirva para puzzles, habilidad, plataformas, acción... incluso se mojan y le meten un par de toques de RPG que hacen que el jugador no tenga en todo momento muy claro a qué género pertenece, o si se trata de una retorcida mezcla o una suerte de cocktail en el que están admitidos hasta los trozos de cal que se caen de la pared.

Pantallazo 1 de Crossing Souls

Vayamos por partes: aquí todos vamos a pensar en algo, queramos o no. Si tenemos unos añillos, diremos que nos recuerda a 'Los Goonies'. Si tenemos menos, a 'Stranger Things'. Ambiente de los 80, el grupo de niños de turno, cada uno con sus habilidades, y un montón de entornos ricamente expresados mediante píxels grandes que no están diseñados sino para pasar por ellos como si de un escaparate se llamase, con vista que mezcla lo cenital con lateral. Muy bien podría haber sido un juego para SNES o Megadrive, respetando las diferencias obvias.

Mezcla de estilos

Lo que más destaca en general es el género de la aventura y las plataformas. El grupo de chavales jóvenes está pensado para que empleemos las capacidades de cada uno de ellos en el momento en el que lo necesitemos. No tiene misterio: si uno no puede escalar, lo hará otro. Si uno no puede pasar bajo algo, lo hará otro, y si hay que zurrarle a algo, escogemos al mejor para la ocasión. Esta jugabilidad tan extraordinariamente básica nos ofrece la posibilidad de no rompernos la cabeza demasiado; tanto es así que salvando algún pequeño objeto oculto, no hay mucho más que seguir en línea recta el escenario.

Pantallazo 2 de Crossing Souls

Aquí no hay misiones secundarias, ni tramas extremadamente difíciles de seguir. Aquí no hay desafíos múltiples, ni enemigos secundarios, ni opcionales. Aquí lo único que hay es avanzar, solucionar algún puzzle, alguna pequeña fase de velocidad y seguir adelante hasta superar por completo el nivel. Y así sucesivamente, con dificultad creciente durante unas 6 horas que, si nos gusta el estilo de juegos de los noventa, se nos harán hasta cortas. Sobre todo si dosificamos y no nos sobrecargamos, momento en el que el juego se podría volver peligrosamente repetitivo.

Pantallazo 3 de Crossing Souls

Estamos ante un producto soft, una muestra de buen hacer pero que lamentablemente no brilla en todos sus apartados. Y es que si bien el conjunto luce bastante decente, si lo destripamos zona por zona nos damos cuenta de que no nos llega a convencer del todo. Para empezar porque, sinceramente, este es uno de esos indies con estilo retro que se nota que se apoyan en los píxels para no recurrir a algún gran apartado técnico. Pero demos el beneficio de la duda y digamos que es una decisión estética por el tema ochentero, sin más. La trama, regular en intensidad. Los controles... no siempre son exactos justo cuando más falta hace: en las fases de plataformas. Lo de tratar de encajar cierto aspecto RPG... no, mejor no. De hecho, es muy forzado y no le hace absolutamente ningún favor. ¿Qué se salva? Que es divertido y que está hecho con una intención totalmente conseguida: la de provocar cierta morriña mediante su estética. Y es que el apartado técnico y la banda sonora, sin ser nada del otro mundo, no están mal.

Conclusión

A nivel de acción, tampoco es especialmente llamativo. La sencillez se acaba apoderando de todo, y si nuestro estilo es el de avanzar sin más, tal vez hemos dado con el producto perfecto, pero generalmente solemos pedir algo más de "material", más profundidad. Si hemos sacrificado hacer otro juego tal vez más "actualizado" en términos técnicos, que sea para algo útil, y no para salir del paso. Tal vez esconder algo más por ahí, tal vez ofrecer algo más de variedad o personajes, o alguna misión más... pero la sensación de vacío se adueña de nosotros y nos damos cuenta de que la sencillez es algo que hay que tratar con delicadeza para que realmente el producto nos consiga llenar. Si no tendremos lo mismo que con 'Crossing Souls': uno más.

6,0

Lo mejor:

- Un buen homenaje a los años 80 mediante un juego de aspecto noventero.

- La banda sonora es excelente.

Lo peor:

- La jugabilidad no aporta ni llena.

Falta profundidad en el argumento.

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