¿Hasta dónde tiene que llegar Johnny Depp para que abramos los ojos?

COMPRAMOS Y CELEBRAMOS LA RUINA DE LOS DEMÁS

¿Hasta dónde tiene que llegar Johnny Depp para que abramos los ojos?

Por Sonia Sarria

El 14 de Julio 2018 | 13:23

Tras la agresión de Johnny Depp contra Gregg Brooks en el set de 'City of Lies', las miradas se vuelven hacia Hollywood.

¿Qué más tiene que hacer Johnny Depp para ganarse el rechazo de Hollywood de una vez por todas? Abusos físicos y verbales, corrupción, drogas y ahora agresión. Y, a pesar de todo, ahí sigue. En la cumbre. Recibiendo más y más papeles.

Sólo lo sucedido con su exmujer Amber Heard debería haber bastado para que abriéramos los ojos. Heard lo denunció por violencia machista. El propio Depp confirmó que la maltrataba. Sus —por aquel entonces— administradores confirmaron que la maltrataba. Documentos, testigos y hasta vídeos demostraban que las acusaciones eran ciertas. Y aún así había quien defendía al actor.

Dicen que las denuncias falsas pueden arruinar la vida a un hombre. Bien, pues resulta que Heard presentó denuncias auténticas, ganó el juicio contra su exmarido y expuso cómo era ante el mundo, todo esto en 2016. ¿Y qué ha sido de Depp desde entonces? Pues podemos encontrarle en nada menos que ocho películas. Y no películas menores: 'Alicia a través del espejo', 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos' (cuya segunda parte se estrenará a finales de este año, de modo que cuenta por dos), 'Asesinato en el Orient Express' y 'Piratas del Caribe: la venganza de Salazar'. A Amber Heard, entre tanto, no se le concedieron papeles ni en cine ni en televisión hasta 2017. Sí, está claro que el feminismo destruye a los hombres.

Johnny Depp y Amber Heard

A pesar de que Heard ganó el juicio, Depp no le pagó los siete millones que le debe por estar arruinado. Está endeudado y eso es una lástima, no lo negaré, pero si tenemos en cuenta que buena parte de esa ruina viene de comprar múltiples casas, coches de lujo, yates y aviones privados... En fin, no es como si no tuviese recursos. Parece que es mejor endeudarse que renunciar a su estilo de vida frenético y descontrolado.

Tampoco vayamos a olvidarnos de las drogas. La adicción es un problema muy, muy grave, y no quiero ni pienso restarle importancia. El estrés que implica ser uno de los actores más famosos de Hollywood debe de ser una enorme fuerza destructora y, las drogas, un alivio temporal. A pesar de todo, hay formas de encararlo. Está el estilo de Charlie Sheen, o el estilo de Robert Downey Jr. Y, desde luego, el beber y ponerse agresivo en mitad del trabajo señala qué camino recorre.

Inamovible

Ahora bien, ¿por qué nadie le detiene? ¿Por qué Depp, a pesar de tener a gente contratada para protegerle de sus vicios y de sí mismo, sigue trabajando en ese estado?

Eso nos lleva a su último escándalo. En el set de 'City of Lies', Depp pegó un puñetazo al manager Gregg "Rocky" Brooks, que ha presentado cargos contra él. Pero lo interesante de este caso, es que el fiscal acusa a Hollywood de permitir que hombres poderosos como Depp tengan comportamientos abusivos, a la vez que se toman medidas extremas para protegerles de consecuencias públicas y/o legales. Algo que, viendo las últimas noticias de maltratos y de abuso, cada vez más frecuentes, parece ser muy cierto.

Johnny Depp y Forest Whitaker en City of Lies

No se puede defender a Johnny Depp por lo que ha hecho, ni ahora ni antes. Es una persona que, por un motivo u otro, está casi destruida, y debería dar un paso atrás y rehacer su vida si no quiere que sus problemas vayan a peor. Está bien que se arrepienta, pero con pedir perdón y llorar no es suficiente. Son las acciones que tomamos las que definen cómo somos.

Por eso, su caso también afecta y mucho a Hollywood. Que es un negocio turbio no es ningún secreto, pero que protejan abiertamente a maltratadores, agresores e incluso violadores sólo porque reportan beneficios es despreciable.

La verdad es que se esfuerzan muy poco en esconderlo, de modo que esto no se trata sólo de Hollywood o de Depp, sino también de nosotros: la audiencia que paga, que compra, productos que se han financiado con sangre, drogas y lágrimas.

¿Hasta dónde tenemos que llegar para poner fin a esta situación?

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