'Orcs Must Die'! fue uno de los títulos que impulsaron el boom indie cuando todavía estaba desarrollándose. Su jugabilidad fresca y centrada en combinar tanto la estrategia como la acción daban lugar a una experiencia de juego de lo más agradable y adictiva. En resumidas cuentas, la serie es un Tower Defense, género que consiste en evitar que una horda de enemigos alcance un punto crucial a base de ir posicionando torretas, trampas y todo tipo de elementos para parar las fuerzas enemigas. El giro que Robot Entertainment le dio a este género con 'Orcs Must Die!' fue que esta vez no teníamos una vista total aérea, sino que controlábamos a un personaje en tercera persona a lo largo del laberinto por el que intentamos parar a los orcos. No solo disponemos trampas y demás para pararlos, sino que nosotros mismos luchamos contra ellos. Siempre desde una perspectiva defensiva.