NO SUSTITUYE, ACOMPAÑA

Un remake de un videojuego no puede ser 'más de lo mismo' - La Zona

Resident Evil HD, Final Fantasy VII Remake y tantos otros que resucitan con una misma entrega adaptada a nuestros tiempos no vienen para ser sustitutos.

Por Juan José C. 'chibisake' 23 de Septiembre 2016 | 17:23

Vivimos una época en la cual el remake está cobrando demasiado protagonismo como alimento de la nostalgia en medios como el cine o el videojuegos. De hecho, nos hemos adentrado peligrosamente en un círculo vicioso basado en vivir en ciclos que se reinician constantemente mientras parecemos ignorar que esto ocurre. Y resulta peligroso por una sencilla razón: nuestra mentalidad se mecaniza y se olvida de por qué un videojuego es importante en una plataforma o época, llevándonos a la demanda de una copia "con mejores gráficos" que sustituya al producto original porque este "ya se quedó anticuado".

Cuando leo a la gente hablar del remake de 'Final Fantasy VII' quienes más ruido hacen al final son aquellos molestos con que el juego vaya a cambiar su sistema de combate, esa misma gente que luego sacan una bola de cristal para asegurarnos con rotundidad que el juego va a ser una mierda. Y puede que tengan razón, a lo mejor el juego acaba sumido en críticas y hundido en el pozo de la más absoluta miseria, pero eso no sería sino llevarnos a un punto del que aún podemos salvarnos. Porque esa idea tóxica de que el remake tenga que ser como el original es lo que nos lleva al anterior párrafo. ¿Qué sentido tiene buscar un sustituto que haga "viejo" y convierta en "error" al juego original? No todo lo que pertenece al pasado ha quedado obsoleto, y por supuesto que no todos los regresos son buenos.

Parto desde la idea de que el remake ha de ser un producto que ha de mejorar al original, no copiarlo. Y permitidme que lo diga: cambiar tan solo los gráficos para reconstruirlo todo, dejando lo demás tal cual -ignorando incluso que la narrativa de los videojuegos está en constante cambio y evolución- es no saber apreciar el medio, ni tampoco el concepto de este producto. Para actualizar el apartado gráfico ya tenemos a las remasterizaciones, eso que algunos ven como sacacuartos pero no dejan de ser al fin y al cabo un ejercicio de educación para el jugador, que tiene la oportunidad de experimentar el mismo clásico -y no un sustituto- con un lavado de cara visual y sonoro limitado y justo, que no vaya más allá de texturas optimizadas para resoluciones actuales o de modelos de protagonistas retocados para suavizar algo el paso de los años. ¿Y por qué ha de ser limitado? Porque el apartado gráfico va estrechamente ligado al diseño de los escenarios. No tiene sentido reconstruirlo todo -además de que dejaría de ser una remasterización- manteniendo las mismas proporciones, los mismos objetos y las mismas paredes. Tan solo basta con observar esas demos que recrean universos de Nintendo en Unreal Engine 4: todo lo que se ve es precioso, realmente alucinante y detallado, pero también son tremendamente artificiales, ya que esos escenarios no fueron diseñados para contener esa inmensa cantidad de detalles.

El remake ha de ser un homenaje al juego original, un compañero de fatigas en el cual poderse apoyar y no un jugador de fútbol que sustituya al delantero lesionado. No solo tiene la tarea y la obligación de traer al presente un clásico, sino que además necesita experimentar con las posibilidades de la tecnología actual e intentar crear cosas nuevas. Ahí tenemos 'Stranger Things', que no busca sustituir a 'E.T. el extraterrestre' o 'Los Goonies' ni caer en la explotación de la nostalgia, sino que a partir de recursos que marcaron una época y crearon un sello de identidad intenta, y gracias a ello logra, ofrecer algo fresco y nuevo que a su vez está adaptado a nuestros tiempos. 'Stranger Things' crea un tributo, muestra su respeto, no solo a Steven Spielberg y los grandes títulos del pop de los 80 y 90, sino también al espectador adulto que se crió con todos esos productos.

Del mismo modo, si regresamos al medio de los videojuegos, Resident Evil HD Remaster es un ejemplo fantástico de todo esto, puesto que logra la excelencia al saber entender a su audiencia, por saber que va a ser jugado por fans. No solo tenemos un apartado visual más bonito y una atmósfera de juego adaptada a nuestros tiempos, también se añaden nuevos puzles, se introducen nuevos objetos e incluso algunas ubicaciones cambian completamente. El juego experimenta a la vez que ofrece algo nuevo a los fans sin terminar de despegarse de todo aquello que representa al primer Resident Evil. Y es por ello que es perfecto, porque cuando lo juegas puedes disfrutar después del original sin tener miedo a caer en comparaciones ni sentir que este último es un error del pasado.

Ahora que aún estamos a tiempo, dejemos de ser el fuego que culpa a terceros de la ceniza y aceptemos de una vez que los tiempos cambian y, con ello, la manera en la que se muestra una historia a través de distintos formatos. Dejemos que se experimente con las nuevas posibilidades y límites que ofrece la actual generación, que se prueben nuevas cosas y que el concepto de "actualizar un clásico" deje de ser "lo mismo pero más bonito". No siempre un remake es necesario, pero cuando este sea anunciado dejemos, y demandemos, que sus creadores nos ofrezcan cosas nuevas.

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Final Fantasy VII Remake