REINVENCIÓN

Mejores juegos 2017 #30: 'Zelda: Breath of the Wild', lo sencillo de la complejidad

Hyrule nunca ha sido tan grande, tan bonito y tan completo como en 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild'.

Por Juan Pedro Prat 18 de Diciembre 2017 | 21:40

Creo que soy de los más afortunados en este 'Mejores Juegos de 2017' que estamos llevando a cabo en Zonared. Defender 'Zelda: Breath of the Wild' es una tarea difícil a la par que increíble y no porque el juego no tenga cualidades para sostenerse de pie sobre sus dos patas, sino porque puede que yo no sea el adalid idóneo para tal menester. En cualquiera de los casos, este título ha sido uno de mis pocos contactos con la saga del Héroe del Tiempo y tanto para mi, como para muchos otros, se podría decir que es una experiencia completa.

Debo reconocer que hasta jugar 'The Legend of Zelda: The Wind Waker', mi interés era nulo en esta franquicia, ni siquiera su rico trasfondo o su simbología llamaban mi atención (aunque era conocedor de ella, claro). Tras esto, decidí darle una oportunidad a un icono tan grande como es Link y me propuse completar su primera aventura en Nintendo Switch. La expectativas fueron superadas ampliamente, sobre todo porque pensaba que, al no ser un título de introducción, me iba a encontrar completamente perdido en un mar de referencias que solo un jugador experto en esta saga podría identificar.

No podía estar más equivocado, y me alegré. 'Breath of the Wild' posee una flexibilidad y una adaptabilidad que jamás había visto en un título de estas características. Su contenido es apto para nuevos y para veteranos y todos encontrarán lo que quieren en esta aventura repleta de épica. Su accesibilidad es uno de los puntos más destacados, ya que cualquiera puede disfrutar de la aventura aunque no haya probado jamás uno de los juegos del Héroe del Tiempo. Ser capaz de comprender lo que ocurre en el juego es un síntoma de buen hacer por parte de Nintendo, ya que un jugador novel (en una consola novel) puede agobiarse si no termina de comprender lo pasa a su alrededor. De la misma forma, aquellos que vengan de 'Ocarina of Time', 'Wind Waker' o 'Majora's Mask' no se sentirán apartados, ya que el juego también se modifica para ellos.

Grande, compleja y sencilla

La principal característica de este 'Breath of the Wild' es su mundo abierto. Un Reino de Hyrule que respira libertad por los cuatro costados. Pensar en un mundo abierto de estas dimensiones puede dar hasta pereza, pero cuando vas descubriendo las diferentes zonas, sus conexiones y su coherencia, descubres que ese territorio está perfectamente dibujado y que a los desarrolladores no se les ha escapado el más mínimo detalle a la hora de construir un mapa como el de este juego.

Esta entrega nos da toda la libertad del mundo para hacer lo que queramos y afrontar los diferentes retos como creamos conveniente. Eso sí, el jugador debe saber que ir de cabeza a por el jefe final no es conveniente si no se ha explorado un poco. Zelda: Breath of the Wild' teje una compleja telaraña que conecta la exploración y el combate con la resolución de puzles y características de puro RPG. Así descrito puede parecer algo farragoso y complejo (que lo es), pero el diseño de este título difumina las fronteras entre todos estos aspectos, simplificándolo y conduciendo a los jugadores a que terminen asimilando de manera natural todas las mecánicas del juego.

Todo esto, unido a una historia que se recicla y renueva, dan como resultado uno de los mejores títulos no solo del año, sino de los últimos tiempos. Acceder a un título de Zelda siendo prácticamente un ignorante en el tema y además sentirse cómodo y aceptado por el propio juego es de aplaudir y mucho. Por todos estos motivos, mi juego de 2017 es, sin duda alguna, 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild.

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The Legend of Zelda: Breath of the Wild