El acto del bombardeo de reseñas se ha convertido en una herramienta basante común con la que ciertos usuarios expresan su disconformidad ante según qué temas a base de dejar reseñas negativas en los juegos de Steam. Esta práctica suele dañar a muchos juegos y desarrolladores a causa de disputas que no encuentran aquí ni el modo ni el lugar adecuados para ser debatidas.
Valve lleva un tiempo intentando luchar contra ellas, aunque sus medidas no eran muy efectivas. Lo primero que hizo fue habilitar unas gráficas que indicaban qué clase de reseñas había obtenido un juego en un determinado lapso de tiempo. Esto permitía a los usuarios ver si un título había sido atacado de esta manera, pero no evitaba el ataque en absoluto. Ahora, la compañía de Gabe Newell ha emitido un comunicado en el que anuncia que su próxima medida será invisibilizar estas reseñas.
Fuera de tema
Estipulan que "una reseña bomba que no tiene nada que ver con el tema" es una "cuyo enfoque se centra en comentarios sobre un asunto que consideramos ajeno a la idea que tendría un futuro comprador sobre si le va a gustar o no el juego, y por lo tanto no es algo que deba considerarse para la puntuación de reseñas". En otras palabras, cualquier valoración motivada por razones ajenas a la calidad intrínseca del título en cuestión.
Para identificarlas, Valve utilizará un algoritmo que detectará cambios inusuales en el flujo continuo de reseñas de los juegos. El sistema de por sí no puede decidir si esto se debe a algún bombardeo de reseñas, por lo que en caso de detectar una anomalía, se enviarán esos datos a un equipo especializado de personas que se encargarán de determinar si son "fuera de tema".
De ser así, Valve contactará con los desarrolladores para comunicárselo y procederá a eliminar esas reseñas del computo global del juego. Es decir, que si el objetivo de estos bombardeos era que las valoraciones de un título pasaran de ser "positivas" a ser "variadas" o "negativas", ahora eso no quedará reflejado, y seguirán apareciendo como "positivas". Estas reseñas bomba, por su parte, no se eliminarán. Podrán seguir siendo consultadas en caso de que algún usuario las considere útiles. De hecho, seguirá permitiendo que se vuelvan a utilizar para calcular las valoraciones globales, pero solo si activamos esta función desde el apartado de ajustes de Steam. Por defecto, vendrá desactivada para todo el mundo.
¿Y si tu reseña es completamente normal pero la has publicado durante un bombardeo? Desgraciadamente, tampoco contará para el calculo global. A pesar de tener un equipo humano dedicado, en Valve explican que no se pondrán a revisar estas reseñas una a una, sino que determinarán la causa general y anularan todas las que comprendan ese periodo de tiempo. Un método que, aunque seguramente sea más efectivo que los anteriores, sigue denotando que la compañía no se vuelca con este problema todo lo que debería, ignorando sus propios efectos colaterales.
Queda en duda si esto se aplicará también a reseñas contra videojuegos que realmente merecen ser objeto de protesta, como la reciente polémica que hubo alrededor del deleznable 'Rape Day', el cual fue retirado de la plataforma antes de salir debido a la multitud de reacciones que lo calificaban como grotesco e insensible. En el peor de los casos, Valve consideraría también estas quejas legítimas como "fuera de tema", lo cual distorsionaría la percepción de muchos títulos a todas luces indeseables, como el ya mencionado.
No obstante, al menos ayudará a que el resto de títulos de la tienda no tengan que verse sepultados bajo un odio gratuito. En los comentarios del comunicado de Valve se puede ver a muchos usuarios descontentos, reclamando que esta era una manera que los consumidores tenían de expresar sus quejas y opiniones. El usuario bigboy41 se refiere a esta medida como una "censura". Pero la realidad es que el boicot violento para este tipo de causas no ayuda demasiado, y suele saldarse con más víctimas que beneficiados. Aunque existen foros y apartados específicos para las quejas y el feedback, muchos usuarios optan por esta vía, la más agresiva, y la que demuestra que más que consumidores dispuestos a ser escuchados, parecen una turba enfurecida que prefiere cebarse con el caos antes que encontrar soluciones.