CON MENORES

Los creadores de 'Starbound' denuncian explotación laboral

Cada vez es más frecuente que asistamos a denuncias por parte de grupos de desarrollo sobre la precariedad en sus condiciones laborales.

Por Sergio Mediavilla Gómez 2 de Septiembre 2019 | 10:29

En los últimos años estamos asistiendo a la aparición de diversas quejas y reivindicaciones por parte de los equipos de desarrollo sobre sus condiciones laborales que, anteriormente, no llegaban a hacerse públicas. Tal ha sido la cantidad de reclamaciones, quejas y procesos legales iniciados en este tiempo que se ha terminado acuñando el termino "crunch" para englobar a todas las condiciones laborales que superan con creces los que a día de hoy se consideraría como lógico y normal en un trabajo de estas características.

Han sido varios los estudios que han denunciado estas prácticas, al que ahora debemos sumar a los integrantes de Chucklefish, que además detallan que en ellas también se llevan a cabo técnicas en las que se ven involucrados menores, algo que está totalmente al margen de la ley.

Estudio independiente

En paralelo a estas actuaciones también hemos podido asistir a un renacer de los estudios independientes y a dotarlos de cierto aire romántico en cuanto a condiciones laborales, pero lo cierto es que ninguno parece escapar de esta lacra tan arraigada en el mundo del videojuego. Varios ex empleados del estudio independiente han denunciado en las redes sociales que durante su estancia en Chucklefish han trabajado innumerables horas en el desarrollo de 'Starbound' sin que los máximos responsables del estudio les pagaran por su contribución al proyecto, aprovechando que se trataban de desarrolladores con poca experiencia a la hora de abordar un proyecto de esas características.

Según detallan, la mayoría de estos desarrolladores eran jóvenes y aparecían acreditados en el proyecto como colaboradores, algo que en principio a muchos les pareció suficiente, pues explican que estaban muy contentos con su aportación al título y consideraban que la falta de experiencia era un motivo más que razonable para no cobrar por su trabajo, pese a que habían realizado labores en campos como el de la narrativa, diseño o comunicación a través de las principales vía de contacto del estudio.

Damon Reece, uno de los diseñadores del título, ha sido uno de los primeros en explicar en su cuenta personal la situación vivida durante el desarrollo del proyecto, llegando a explicar que también fue testigo de primera mano de varios comportamientos que no eran apropiados en el entorno laboral. "Puse al menos cien horas de trabajo y no vi ningún tipo de compensación. Era realmente ingenuo y tenía demasiado miedo de pedir que me pagaran, porque cualquiera que lo hiciera sería gritado", explica en uno de sus mensajes.

Ante estas acusaciones desde el estudio se defienden asegurando que en ningún momento se obligó a nadie a participar en el desarrollo, aunque reconocen que sí se valieron de estos jóvenes para progresar en el título, por lo que quedará por ver en qué finaliza todo este caso y si finalmente se ponen fin a este tipo de prácticas.